València, 5 feb (EFECOM).- Un tercio de la industria azulejera está ya en manos de accionistas externos, bien de fondos de capital riesgo o de inversores internacionales, una tendencia de concentración que continuará a medio plazo en un sector que afronta retos como el uso de energías alternativas y la deslocalización de producción en un contexto de crecimiento del mercado de EEUU.
La industria cerámica española, ubicada casi en su totalidad en la provincia de Castellón, mantiene su condición de potencia mundial en el sector siendo el quinto productor mundial, el segundo en exportaciones por volumen y el tercero por valor, según los datos recogidos en el informe sectorial de esta industria correspondiente a 2020 presentado este miércoles por la consultora Deloitte.
En 2019 creció un 4 % en ventas debido al incremento del 2,7 % de las exportaciones y del 8 % de las ventas nacionales, y las previsiones apuntan a alcanzar entre el 1,5 % y el 2 % este año.
Con Francia como primer destino y EEUU en segundo lugar, con 259 millones de ventas, el informe prevé un gran potencial de crecimiento del mercado estadounidense para la industria cerámica y augura que podría duplicar sus exportaciones a este país en los próximos tres años.
Los permisos de construcción y las viviendas terminadas muestran unas tasas de crecimiento acumuladas del 5,4 % y el 7,2 %, respectivamente, unido a la sustitución de soluciones tradiciones (moqueta) por pavimento cerámico, que hacen prever una posición más relevante de EEUU.
El informe de Deloitte indica que la tendencia de la concentración del sector "no va a parar", según el socio de la consultora Gerardo Yagüe, y así lo muestran las operaciones corporativas realizadas en 2019 y las dos que se han llevado a cabo este enero.
El año pasado se materializaron cinco operaciones: la compra de Ferro por Esmalglass por 412 millones de euros, la de Keramex por Pamesa, la adquisición del grupo británico Victoria PLC de Íbero (Iberoalcorense), la entrada del fondo Realza Capital en Tencer y la de Investindustrial en TheSize (Neolith).
Solo en enero de 2020 ya se han producido otras dos, la compra de Azulev por parte de Rocersa y la fusión de Colorker y Saniceramic Group.
La concentración se focaliza cada vez más en las grandes compañías (de hecho, cinco grandes firmas aglutinan la mitad de la rentabilidad del sector), un proceso que genera dinámicas competitivas positivas y que muestra que un país basado en los servicios puede tener una industria rentable, han asegurado.
En el ámbito de los suministros y materias primas, el sector se enfrenta al incremento de los derechos de CO2, cuyo coste acumulado por déficit de derechos podría duplicar los actuales hasta 2030 (de 25 a 40 dólares).
A ello se añade el endurecimiento de las regulaciones en emisiones de gases de efecto invernadero, lo que podría provocar la pérdida de competitividad de la industria española respecto a otros países productores menos exigentes o políticas energéticas diferentes a las europeas, como China.
De ahí que el informe recomiende al sector anticiparse mediante la innovación y productos de mayor valor añadido y las energías alternativas al gas, todavía con escasa implantación en la industria azulejera.
La industria tiene que decidir "qué quiere vender -más valor añadido o competir en precio-, dónde -países de menor renta, Europa y países de alta renta como Estados Unidos y Canadá-, cómo -las fuentes de energía- y dónde va a producir -si la producción sale de España y mantiene aquí el diseño y la innovación-", han manifestado.
También debe centrarse en una gestión financiera eficiente y eliminar las existencias, como de hecho comenzó ya a hacer en 2019.
El estudio analiza también la competencia del azulejo italiano, con el que mantiene una diferencia de precios del 50 % (es más barato el español), pero la industria española presenta curvas de crecimiento y rentabilidad más elevadas.
Deloitte ha elaborado este análisis a partir de la información financiera de 43 compañías que facturan 3.157 millones de euros, el 12 % del total.