Los consumidores han empezado a abandonar marcas por su impacto medioambiental, pues el 61 % afirma que estaría "menos dispuesto" a comprar el producto de una empresa si sabe que sus prácticas son dañinas para el ecosistema.
Esta es una de las conclusiones de un estudio de economía circular encargado por ING a la compañía del Financial Times Group Longitude, que añade que la mayoría de los encuestados (el 83 %) saben que su comportamiento y sus elecciones pueden tener un efecto positivo en los desafíos medioambientales mundiales.
Asimismo, el 79 % piensa que las empresas no ofrecen suficiente información sobre el impacto de sus productos.
Sin embargo los consumidores siguen siendo parte de un modelo de "economía de conveniencia" que se basa en "coger, hacer y desperdiciar" en vez de una "economía circular" que se guíe por la premisa de "reducir, reutilizar y reciclar".
El 54 % de los compradores eligen productos de bajo coste o "fast-fashion" (moda rápida) en lugar de otros más caros y duraderos a la hora de comprar ropa, comida o dispositivos electrónicos, y al 42 % le preocupa la seguridad de los datos al alquilar este tipo de dispositivos, añade el estudio.