La cadena de supermercados Dia utilizó una sociedad conjunta creada con Eroski dentro del operativo ideado por su ex consejero delegado Ricardo Currás para "alterar artificialmente" las cuentas de la compañía y que no reflejaran que se desviaban de los objetivos marcados.
Así se desprende del informe forense elaborado por EY que investiga las irregularidades cometidas por la antigua cúpula directiva de Dia, y al que ha tenido acceso Efe.
El documento afirma que las maniobras dirigidas a maquillar los resultados fueron "instruidas y promovidas por Currás con la participación de Antonio Arnanz, ex director financiero; Juan Cubillo y Luis Martínez, anteriores responsables de la dirección comercial; y con el conocimiento total o parcial de Amando Sánchez".
"Currás mantenía reuniones de cierre mensuales donde comunicaba la cantidad que había que registrar en concepto de complemento de ingresos accesorios y de regularización de entradas de mercancías sin atender a ningún criterio económico o contable distinto al de llegar a un Ebitda en línea con lo presupuestado", reza el informe.
También revela que Currás ordenó usar Red Libra -la central de compras conjuntas constituida junto a Eroski en 2017- para contabilizar incorrectamente una previsión de ingresos y de esta forma mejorar en 21 millones de euros las cuentas de Dia España.
Concretamente, la directora general de Red Libra -Susana Pagés, de Dia- recibió el encargo de contactar con 58 proveedores de marca blanca y proponerles elevar sus precios un 15 % de cara a 2018 a cambio de aceptar "bonificaciones y descuentos" que compensaran esa subida de costes.
De esta forma, el aumento de gastos se aplazaba a 2018 mientras que en las cuentas de 2017 ya se apuntaba una previsión de ingresos que sirvió para mejorar las cifras de ese año.
De acuerdo con el informe, Pagés manifestó su disconformidad con esta práctica "por ser contraria al propósito de Red Libra, cuya misión era mejorar las condiciones de compra" y no empeorarlas; el propio Currás la tranquilizó diciendo que era "conocedor de la situación" meses después.
Eroski decidió romper la sociedad conjunta en abril de 2018, y entonces lo justificó por un cambio en su estrategia de compras.
Otra de las estrategias utilizadas para inflar los resultados fue incluir "estimaciones no justificadas de ingresos" en los registros de la sociedad DWT, participada al 100 % por el grupo, con sede en Suiza y que se encargaba de "negociar las condiciones comerciales con los proveedores internacionales".
Los técnicos de EY encontraron correos electrónicos en los que se demuestra como Currás ordenaba a través de otros directivos que se elevaran algunos conceptos de forma artificial.
También recurrieron a regularizar "entradas sin factura", una "práctica habitual" en Dia a lo largo de toda su historia que según EY fue cuestionada por el auditor KPMG, pero Currás declinó cambiar.
En los correos electrónicos intervenidos a diferentes directivos, se observa que esta cuestión generó polémica a nivel interno: "Creo que hemos pasado los límites de lo razonable y estamos en zona de franco peligro", reza uno de ellos.
En otro, una responsable de Comercial precisa que "como en años anteriores, hasta que no se vayan los auditores y sin autorización de Antonio (Arranz, ex director financiero)" no se puede proceder a "desregularizar" estas entradas.
Además, no se provisionaron los bonus a la alta dirección -de esta forma se aplazaba ese gasto para el ejercicio siguiente- y se retrasó "intencionadamente" la contabilización y el pago a proveedores que suministraban bienes de equipo.
El informe de EY concluye que las prácticas irregulares fueron "ocultadas" tanto al consejo de administración como al auditor, KPMG, y eran producto de "instrucciones que emanaban de la más alta dirección", lo que permitió eludir el sistema de control interno.