Atenas, 5 feb (EFECOM).- Grecia comienza a salir de una década de crisis pero los retos para la modernización de su economía persisten y son necesarias más reformas para darle dinamismo, según un informe publicado hoy por el Instituto para Investigaciones Económicas e Industriales (IOBE), afín a la patronal.
El talón de Aquiles es el bajo nivel de inversiones, que tan solo alcanza la mitad de lo que sería necesario para que la economía del país se acerque a las de las demás de la eurozona, afirmó el director general de IOBE, Nikos Vettas.
Además, la economía griega está caracterizada por la baja productividad, la precaria aportación de la industria al producto interior bruto (PIB), poco interés por la innovación y una deuda pública muy alta, añadió.
Según el informe, para que Grecia consiga a medio plazo un repunte fuerte de la economía es necesario que aumente la aportación de la industria al PIB, que crezcan las exportaciones y mejoren la calidad de los productos y los servicios.
Vettas destacó que tras una década de extrema incertidumbre, los índices de confianza del consumidor y del clima económico están en sus niveles más altos, de los últimos veinte años el primero y doce el segundo.
IOBE estima además que el crecimiento en 2019 alcanzó el 2 % del PIB, y que en el año en curso oscilará entre el 2,2 % y el 2,5 %, por debajo de las estimaciones del Gobierno, que parte de un incremento del PIB del 2,8 %.