El consumo de cemento en España se incrementó un 5,9 % en 2019 en comparación con el año anterior, hasta 14,25 millones de toneladas (800.000 toneladas más que en 2018), aunque en el segundo semestre redujo a la mitad el ritmo de crecimiento.
Esta ralentización desde el pasado junio, con una caída registrada del 0,2 % en tasa interanual "sin incidencia en el empleo", coincidió con el frenazo del mercado inmobiliario en España y el bajo volumen de la inversión publica en infraestructuras (en su peor nivel desde 1983), según los datos aportados este jueves por la Agrupación de Fabricantes de Cemento (Oficemen).
El presidente de Oficemen, Víctor García Brosa, ha pronosticado que en 2020 "la situación de ralentización se prolongará" durante todo el ejercicio, para cerrar previsiblemente con un alza del 2 % en comparación con el cemento consumido en 2019.
García Brosa ha apuntado que esta previsión a un año vista "tiene que ver con la débil evolución de la inversión pública". En este sentido, se ha mostrado confiado en que aumente el desarrollo de la infraestructura social y ha puesto como ejemplo la depuración de aguas.
Solo en diciembre, el consumo de cemento cayó más de un 10 % con respecto al mismo mes de 2018 (100.000 toneladas menos), lo que supuso el mayor descenso del año y, según García Brosa, "influido en parte por la incertidumbre política".
Las exportaciones de cemento acumulan ya más de dos años y medio en números rojos, después de que 2019 disminuyeran un 23 % en comparación con 2018, hasta más de 6 millones de toneladas, en tanto que las importaciones se duplicaron el año pasado frente al precedente.
García Brosa ha culpado de esta pérdida de competitividad del cemento español en los últimos años al "elevado coste energético" para fabricar cemento en comparación con las empresas europeas y a la subida "disparada" del precio de los derechos de emisión de CO2, que favorece a otros países que pagan menos por este motivo.
Precisamente el cemento, según Oficemen, se enfrenta al reto principal de la descarbonización. La agrupación ha reivindicado al hormigón como parte de la solución para combatir los efectos del cambio climático.
El director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, ha alertado sobre la necesidad en España de sustituir más rápidamente los combustibles fósiles para producir cemento por residuos.
En este apartado, Oficemen asegura que las fábricas españolas producen el 26,5 % del cemento mediante residuos, muy lejos de la media europea (46 %) y del país que encabeza el ránking (Austria, con el 81 %).
Zaragoza también ha puesto el acento en la escasa ejecución de obra pública en España y su incidencia en el sector del cemento.
"No hemos notado mejora alguna ni incrementos de obra pública en 2019", ha resaltado el directivo de Oficemen, quien ha reiterado como compensación el papel destacado de la vivienda y la edificación no residencial.