Hace no muchos años se popularizó la expresión 'autopistas de la información' para referirse a internet. Ahora, cuando la red ya forma parte de nuestras vidas hasta en los aspectos más insospechados, el concepto adquiere otro sentido, casi literal, que anticipa las características del transporte por carretera del futuro a todos los niveles: infraestructuras, vehículos... incluso los mismos conductores circularán al mismo tiempo que los datos que generan sus movimientos y las condiciones de las vías. El objetivo es ganar en eficiencia, sostenibilidad y seguridad.
El Informe de Tendencias de Transportes (ITT Report) Smart Roads 2019, presentado por Indra, anticipa buena parte de este nuevo ecosistema en el que la tecnología, la conectividad y el papel protagonista del internet de las cosas (IoT) permitirán no solo cuantificar todos los datos que genera el tráfico rodado sino generar un valor a partir de esos datos y aprovechar su análisis para profundizar en la manera de gestionar la movilidad.
El contexto que describe el documento abre la puerta a las empresas tecnológicas para que participen activamente en el sector adoptando un papel de partners. Conceptos como el IoT, el big data o la inteligencia artificial, combinados con la creciente implantación de la tecnología 5G o el blockchain, por ejemplo, dibujarán un nuevo 'mapa de carreteras' para todos los actores.
Tecnología que notaremos en el día a día
¿Pero cómo le afectará esto al conductor medio? Las ventajas son incalculables. Se habla de una mejora en la gestión del tiempo. La tecnología ayudará a mejorar la eficiencia en los desplazamientos. La recogida de datos y su análisis en tiempo real permitirá establecer patrones de tráfico sobre la marcha y automatizar muchos de los parámetros que afectan a las vías, por ejemplo adaptándolas a lo que suceda en un momento determinado, a prevenir el tráfico o a detectar incidencias de cualquier tipo.
Expertos de Indra opinan que todo este flujo de información, apoyado por la inteligencia artificial y la realidad virtual, transformará los centros de control de tráfico en el verdadero cerebro del concepto conocido como Smart Roads al que alude el nombre del documento y que, además de lo expuesto, tendrá otras implicaciones.
Por ejemplo, la conectividad. La tecnología permitirá no solo la comunicación de los vehículos con la vía sino de los automóviles entre sí, lo que es un terreno abonado para la implantación definitiva del coche autónomo como base para una circulación más ordenada y eficiente, en el marco de los llamados Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS). La gran ventaja de esta filosofía no es únicamente una valoración del momento actual sino incluso el pronóstico preciso a varias horas vista del estado de un punto de la red de carreteras.
Respeto por la eficiencia y el medioambiente
Esta nueva manera de entender la movilidad también tiene aparejada una clara vocación medioambiental. Muchas de las soluciones que se proponen en el informe ya ofrecen ventajas per se en este frente; algo lógico dado el énfasis en primar la sostenibilidad de las infraestructuras y la eficiencia circulatoria: no hay que olvidar que buena parte de la contaminación de las ciudades se debe a los coches y más cuando los atascos son continuos. Esta concepción de la circulación inteligente se manifiesta en los Sustainable Urban Mobility Plans (SUMP), herramientas que integran todos los factores que afectan en este sentido.
Al mismo tiempo parece que, en el futuro del tráfico rodado, los sistemas de peaje también darán un salto de calidad hacia métodos más inteligentes, autónomos y que ofrezcan más comodidad para los conductores. Se prevé que se incorporen paulatinamente modelos de plataforma IoT que aprovechen esta conectividad. El resultado serán puntos de peaje dinámicos y de tarificación variable según la intensidad del tráfico o el grado de contaminación de un vehículo, su peso o el número de ocupantes.
Por otra parte, Indra también estima que, para un funcionamiento seguro de todo este ecosistema que traza la movilidad conectada, en la que el coche autónomo parece llamado a ocupar un papel protagonista, es primordial blindar el sistema no ya con regulaciones adaptadas, sino con tecnologías que eviten interrupciones del flujo de datos, el acceso no autorizado al control de las infraestructuras o a los datos de los conductores, por ejemplo al efectuar los pagos en peajes. La tecnología blockchain se antoja especialmente útil en este ámbito.
Experiencia al servicio de las personas
Poner en marcha estas soluciones es acercar el futuro. Y, por otra parte, la digitalización del sector también supone un negocio estimado potencial de 30.000 millones de dólares en el año 2022. De ahí que este Informe de Tendencias de Transportes (ITT Report) Smart Roads 2019 constituya una guía muy útil para ubicarse en este escenario y contextualizar los cambios que, poco a poco, iremos notando cuando circulemos por una carretera.
Entretanto, Indra mantiene su apuesta por soluciones tecnológicas para el día a día que ayuden a reducir el número de accidentes y a mejorar la calidad de vida de los conductores dentro y fuera de las ciudades. La empresa española tiene más de 2.500 proyectos desarrollados en un centenar de ciudades de 50 países, lo que supone una experiencia inestimable de cara a liderar la movilidad del futuro, la que ya empieza a transformar nuestras carreteras.