El BCE avisa del riesgo de prolongar sus estímulos y pide a Gobiernos actuar
Estrasburgo (Francia), 11 feb (EFECOM).- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, llamó este martes a los Gobiernos a apoyar el crecimiento de la eurozona con sus políticas fiscales o estructurales, ante el riesgo de que prolongar su política de estímulos aumente los efectos secundarios de la misma.
"La política monetaria no puede, y no debería ser la única opción. Cuanto más tiempo se mantengan nuestras medidas acomodaticias, mayor es el riesgo de que los efectos secundarios se hagan más pronunciados", dijo Lagarde en su primera comparecencia ante el pleno del Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo (Francia).
El BCE ha aplicado desde 2014 una política monetaria acomodaticia -basada sobre todo en aplicar bajos tipos de interés a las entidades y llevar a cabo compras de deuda y otros activos- que ha sido clave para el repunte de la economía del euro, pero no ha logrado impulsar la inflación hasta cumplir el objetivo de situarla en una cota próxima, pero inferior, al 2 %.
Con los tipos de interés todavía en mínimos, aumentan las voces -sobre todo en Alemania- que critican el perjuicio que esto supone para los ahorradores y alertan de la aparición de posibles burbujas de precios en ciertos activos, como la vivienda.
Así quedó patente en varias de las preguntas que dirigieron los eurodiputados a la jefa del BCE, sobre todo desde las bancadas de los Conservadores y Reformistas, de Identidad y Democracia -que aúna a formaciones nacionalistas y euroescépticas- y, en menor medida, del Partido Popular Europeo.
Lagarde afirmó que son "totalmente conscientes" de que la política de bajos tipos de interés del BCE influye sobre los ingresos por ahorros, la valoración de los activos, la toma de riesgo por parte de los inversores y los precios de la vivienda.
Pero aseguró que el BCE "vigila de cerca los posibles efectos negativos para asegurar que no pesan más que el impacto positivo" de esas medidas.
Sin embargo, incidió en que la política monetaria no puede ser el único factor de apoyo a la economía de la eurozona, por lo que "otras áreas políticas -sobre todo las políticas fiscales y estructurales- también tienen que hacer su parte".
Argumentó que, precisamente en un entorno de tipos bajos, la política fiscal puede ser "muy efectiva". "Puede apoyar el crecimiento del área del euro, lo que, a su vez, aumenta la presión sobre los precios y al final lleva a mayores tipos de interés", dijo.
El BCE, la Comisión Europea o el Fondo Monetario Internacional vienen advirtiendo a los Gobiernos de la eurozona de que, a la política monetaria, cada vez le queda menos margen para responder si la situación económica se deteriora y pidiéndoles que echen mano de su política presupuestaria para apoyar el crecimiento.
En la práctica, esto pasa por que aquellos con margen fiscal lo utilicen para invertir y que aquellos con altos niveles de deuda o déficit sigan consolidando sus finanzas.
"La Comisión considera que la política monetaria por sí sola no es suficiente (...). La economía de la eurozona debería ser apoyada con reformas favorables al crecimiento y un política fiscal diferenciada", dijo durante el debate parlamentario el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
A pesar de reconocer los efectos indeseados, Lagarde defendió que la política de estímulos del BCE ha servido para impulsar el crecimiento, crear condiciones favorables de financiación, reducir el paro y, más recientemente, para proteger frente a la mala situación global.
También para aumentar la inflación, aunque menos de lo deseado. "Nos hubiera gustado mucho más, y quizás este hubiera sido el caso si se hubieran usado otras políticas en conjunción con esta", apostilló en su réplica a los diputados.
Por otra parte, Lagarde instó a prepararse "lo mejor posible" ante los retos globales de la digitalización y el cambio climático puesto que "nos afectarán, estemos listos o no".
En este sentido, recordó que el BCE tendrá en cuenta en la revisión de su estrategia de política monetaria, que llevará a cabo en 2020, cómo afecta el cambio climático al entorno en que operan los bancos y los riesgos que puedan emanar de este.
En el frente de la digitalización, el emisor europeo está estudiando junto con otros bancos centrales la posibilidad de introducir una criptodivisa (moneda virtual) de carácter público, una iniciativa que fue aplaudida por varios eurodiputados.
Por último, la exministra francesa llamó a completar la unión bancaria, con un sistema común de garantía de depósitos, y la unión de mercados de capitales europeas, así como a introducir una "función de estabilización" macroeconómica que actúe como "línea común de defensa" ante la crisis.
La Eurocámara adoptará mañana una resolución sobre las actividades del BCE en 2018, como hace cada año.
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