París, 12 feb (EFECOM).- El consumo de electricidad en Francia se redujo un 0,5 % en 2019 respecto a 2018 hasta los 473 teravatios hora (TWh) y se situó en el nivel más bajo de los diez últimos años, mientras la producción cayó un 2 %.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se redujeron todavía más, un 6 % hasta los 19 millones de toneladas, por la sustitución de centrales térmicas de carbón por energías renovables, esencialmente la eólica y la solar, señaló este miércoles el gestor de redes RTE en su resumen del año.
El descenso del consumo se explica por una tendencia de largo plazo de mejora de la eficiencia energética, pero también por la lenta evolución del crecimiento demográfico.
La caída de la producción a 537,7 TWh se debió en primer lugar a una menor disponibilidad del parque de reactores nucleares, con una disminución del 3,5 % de su aportación, que en cualquier caso siguió representando un 70,6 % de la producción total de electricidad.
Más fuerte en términos relativos fue la bajada de la producción hidroeléctrica (-12,1 % a 60 TWh) por la menor cantidad de agua almacenada en los embalses.
Eso provocó un incremento de la demanda para las centrales térmicas, dirigida en concreto a las de gas, que experimentaron un tirón del 24 %, en detrimento de las de carbón, mucho menos competitivas, que sufrieron un bajón del 72 %.
En cuanto a las renovables al margen de la hidráulica, se registró una progresión del 21,2 % para la producción eólica (a 34,1 TWh), del 7,8 % para la solar (a 11,6 TWh) y del 3,6 % para las bioenergías (a 9,9 TWh).
Los intercambios de electricidad con los países vecinos bajaron ligeramente, con un saldo positivo de 55,7 TWh, gracias sobre todo a las exportaciones netas a Italia, Gran Bretaña, Suiza y España, donde los precios fueron más elevados.
Francia vendió 13,9 TWh en España, mientras que importó de ese país 4,2 TWh.
El precio medio de la electricidad en Francia bajó un 21 % en 2019 hasta 39,45 euros por megavatio hora, sobre todo por el abaratamiento del carbón y el gas, así como por unas temperaturas muy suaves durante los picos de consumo en invierno.