El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha instado a los bancos europeos a revisar su modelo de negocio para mejorar su eficiencia y diversificar sus fuentes de ingresos y ha alabado las decisiones adoptadas en este sentido por las entidades españolas.

En la XI Conferencia anual de los Mercados de Capitales organizada por la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME) y la AEB, Hernández de Cos ha destacado la importancia que para el sector financiero tiene estrechar lazos y avanzar "con ambición" en la integración, particularmente en la unión monetaria, una vez consumado el Brexit.

El gobernador ha detallado los desafíos que en su opinión acechan al sector financiero en un entorno de bajo crecimiento y baja inflación, que a su vez ha convertido en normal un escenario de tasas de interés muy bajas en largos periodos de tiempo. La política macroprudencial y la micro supervisión deberán permanecer atentas y preparadas para abordar y mitigar cualquier movimiento que en el futuro presente un desafío a la estabilidad financiera.

Entre ellos, Hernández de Cos ha querido destacar los tipos de interés en niveles muy bajos durante periodos prolongados, que repercuten en la rentabilidad de los intermediarios financieros en general, y de los bancos en particular. Ello, a su vez, tiene un efecto colateral que es la asunción de riesgos; los bancos, ha explicado, tienen a adoptar políticas de riesgos "excesivamente laxas".

Asimismo, ha mencionado nuevos desafíos como los procedentes de las nuevas tecnologías y los ciberataques, los relacionados con el cambio climático, y los derivados de políticas de gobernanza poco rigurosas.

EL PROBLEMA DE LA RENTABILIDAD

Por lo que respecta a la rentabilidad de las entidades, financieras, se trata de un problema más regional que global, ya que los índices de rentabilidad de los bancos son muy heterogéneos. Mientras en Canadá, Suecia o Estados Unidos son relativamente altos, en Japón y en la zona del euro se encuentran en la parte baja de la tabla, con el añadido, en el caso de los bancos europeos, de que su rentabilidad no ha alcanzado todavía los niveles precios a la crisis.

Este escenario puede afectar negativamente a la estabilidad financiera, ya que la baja rentabilidad limita la capacidad de los bancos para generar colchones de capital internamente y para hacer frente a nuevas crisis.

Las entidades financieras deben intensificar sus esfuerzos para adaptar sus modelos de negocio a este nuevo contexto donde es más difícil seguir siendo rentables; deben mejorar su eficiencia reduciendo costes y mediante procesos de consolidación y reestructuración.

Sobre este punto, Hernández de Cos ha incidido en el éxito de la diversificación geográfica emprendida por algunos bancos españoles antes de la crisis, que no sólo ayudó a hacer frente a la recesión, sino que "aún representa una fuente creciente de ingresos".