Ginebra, 13 feb (EFECOM).- Credit Suisse logró en 2019 un aumento de sus beneficios netos del 69 %, hasta los 3.400 millones de francos suizos (3.200 millones de euros), aunque el año estuvo marcado para el segundo mayor banco de Suiza por escándalos de presunto espionaje que llevaron a su consejero delegado, Tidjane Thiam, a anunciar su dimisión, efectiva a partir de mañana.
Los beneficios antes de impuestos (ebitda) ascendieron a 4.700 millones de francos suizos (4.400 millones de euros), un ascenso del 40 %, beneficiados de operaciones como la venta de su plataforma de inversión InvestLab a la española Allfunds Bank o la revaluación de las acciones de Credit Suisse en SIX Group.
La mesa directiva propondrá en la asamblea general del 30 de abril un dividendo de 0,27 francos suizos (0,25 euros) por acción
En el cuarto trimestre de 2019, el banco logró unos beneficios netos de 1.200 millones de francos suizos (1.120 millones de euros), un ascenso del 104 % con respecto al mismo periodo de 2018, mientras que el ebitda totalizó 1.500 millones de francos suizos (1.400 millones de euros), un crecimiento del 70 %.
Thiam presentó estos resultados en su último día al frente de Credit Suisse, subrayando que desde su llegada a la entidad en 2015 "se inició un profundo programa de reestructuración de tres años con el objetivo de crear un valor sostenible para los accionistas".
El año pasado "empezó con un complicado mercado y escasa actividad de los clientes en el primer trimestre", aunque con la mejora de la situación a mediados de año se recuperó el ritmo hasta llegar al final del año 13 trimestres consecutivos de crecimiento de beneficios.
Thiam anunció su dimisión la semana pasada, tras la polémica generada en la empresa por el descubrimiento de varios casos de vigilancia ilegal a responsables de distintas áreas de la empresa.
El antiguo director de operaciones de Credit Suisse, Pierre-Oliver Bouée, ordenó someter a vigilancia al menos a dos exmiembros de la junta directiva de Credit Suisse: Peter Goerke (exdirector de recursos humanos) e Iqbal Khan, quien se ocupaba de la gestión internacional de fortunas en la entidad.
La prensa suiza publicó recientemente que Bouée, quien dimitió en octubre, también ordenó vigilar a la organización medioambiental Greenpeace, a raíz de que hace tres años activistas de la ONG interrumpieran una asamblea general del banco en Zúrich.
Aunque el consejero delegado Thiam insistió todo el tiempo en que desconocía estas operaciones, e investigaciones internas del banco le eximieron de toda responsabilidad, la imagen de la entidad había quedado tocada.