Tokio, 17 feb (EFECOM).- La economía de Japón se contrajo un 6,3 por ciento interanual en el último trimestre de 2019 debido a la caída del consumo doméstico, lo que supone su mayor retroceso en seis años y llega en medio de la preocupación por el impacto del coronavirus.
Entre los pasados meses de octubre y diciembre, el producto interior bruto (PIB) de Japón retrocedió un 1,6 % en comparación con el tercer trimestre de 2019, según la estimación preliminar publicada este lunes por la Oficina del Gabinete.
El principal motivo de esta evolución negativa fue el desplome del gasto de los hogares, del 11,3 % interanual y del 2,9 % intertrimestral, y se atribuye al nuevo incremento del impuesto sobre el consumo (IVA) que entró en vigor el pasado octubre.
El consumo doméstico, que representa en torno al 60 % de la economía nacional, registró una ligera recuperación en trimestres previos y favoreció a la continuada expansión del PIB, aunque su recaída vuelve a evidenciar la fragilidad de la demanda interna en momentos de incertidumbre.
Japón aplica desde el pasado 1 de octubre una subida del IVA de dos puntos porcentuales, hasta situarlo en el 10 %, una medida prevista por el Gobierno que lidera Shinzo Abe para costear el creciente endeudamiento provocado por el envejecimiento demográfico en sus sistemas públicos de salud y de pensiones.
Las exportaciones, otro de los componentes que más habían contribuido a la buena racha de la economía nipona, experimentaron una caída del 0,4 % interanual y del 0,1 % respecto al tercer trimestre de 2019, en el contexto de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
Más pronunciada fue la caída de la inversión corporativa en capital, del 14,1 % respecto al mismo período de 2018 y del 3,7 % intertrimestral.
En cambio, la inversión pública creció un 4,6 % entre octubre y diciembre respecto a un año antes y un 1,1 % en comparación con el tercer trimestre, debido a los estímulos aplicados por el Ejecutivo de Abe para mitigar el impacto negativo del impuesto del IVA.
La contracción del PIB es la más pronunciada desde la que se registró en el tercer trimestre de 2014, del 7,4 % interanual y también debida entonces a un incremento del IVA, en ese caso desde el 5 al 8 %.
Así lo recordó en un comunicado el ministro nipón de Economía, Yasutoshi Nishimura, quien también atribuyó la caída del consumo en octubre-diciembre al impacto de varios tifones de intensidad elevada y otras condiciones meteorológicas desfavorables.
El Gobierno mantiene su confianza en que la economía "continuará en una recuperación moderada", aunque también "se mantendrá vigilante por el impacto del coronavirus en la economía doméstica y en el exterior", según dijo el ministro en el texto.
Se teme que en el primer trimestre de este 2020 el PIB nipón se resienta por el efecto del brote del COVID-19 en China sobre los grandes productores industriales nipones, así como sobre el gasto de los turistas extranjeros que visitan Japón en esas fechas.
Gigantes de la talla de Toyota y Nissan, los dos mayores fabricantes de vehículos del país, se han visto obligados a detener temporalmente o a reducir las operaciones de sus plantas en China o incluso en Japón, debido a problemas en la cadena de suministro y otras dificultades logísticas derivadas del brote.
Otros sectores como el del transporte aéreo, los servicios y el comercio minorista se verán previsiblemente afectados por la caída del turismo procedente de China (el principal país de destino de los visitantes extranjeros en Japón), así como por el "efecto contagio" sobre los turistas de otros países y los propios nipones.
En vistas a esta situación, el Ejecutivo anunció la semana pasada que destinará 15.300 millones de yenes (unos 128 millones de euros) a medidas para reducir el impacto económico del COVID-19 y para contener su propagación, procedentes de un fondo de reserva para situaciones de emergencia incluido en el presupuesto estatal.