La confianza del consumidor bajó 3,2 puntos en agosto en relación al mes anterior, hasta situarse en 49,9 puntos debido a la bajada de la valoración de la situación actual y, principalmente, a la caída de las expectativas, en un contexto de crisis por el Covid-19.
De esta forma, la confianza del consumidor encadena otro mes a la baja, tras caer 7,6 puntos en julio, después de dos meses de ligeras subidas, según ha informado el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
El empeoramiento de la confianza del consumidor en el octavo mes del año se debe a la caída de 5,9 puntos del indicador de expectativas, hasta 70,1 puntos y al descenso de 0,4 puntos de la valoración de la situación actual, hasta 29,7 puntos.
El índice de confianza del consumidor de agosto sigue recogiendo un contexto especial y atípico debido a la crisis global motivada por el virus Covid-19.
Según precisa el CIS, esta situación de excepcionalidad sigue afectando, lógicamente, a las valoraciones de la situación actual y de las expectativas de los consumidores en España.
El trabajo de campo se realizó del 17 al 21 de agosto 2020, en la fase de nueva normalidad y con unas expectativas que siguen condicionadas por el clima de incertidumbre existente.
Con la bajada de la confianza registrada en agosto, este indicador experimenta una disminución del 41,7% desde febrero, con unas pérdidas del 60,8% del índice de situación actual y del 26,5% en el de expectativas.
En todo caso, tanto el índice de confianza como el de valoración de situación actual y expectativas contabilizan niveles muy similares a los obtenidos en 2012 y principios de 2013, y también a los que se dieron en 2008 y principios de 2009, que son los valores más bajos de la serie.
Respecto a la evolución de la valoración de la situación actual, la bajada de 0,4 puntos, hasta los 29,7 enteros, se debe a la evolución negativa de sus tres componentes: la valoración de la situación económica actual (-0,1 puntos), las valoraciones del mercado de trabajo (-0,5 puntos) y la valoración de los hogares (-0,5 puntos).
Tanto el dato de valoración de la situación económica actual, 8,9 puntos, como la valoración del mercado de trabajo, 14,6 puntos, son de las peores valoraciones obtenidas hasta este momento, junto con las que se obtuvieron a finales de 2008 y principios de 2009 y finales de 2012.
En relación con los datos de agosto de 2019, la evolución es "muy negativa" en todos sus componentes. Así, la valoración de la situación económica desciende 63,5 puntos con relación a la de hace un año, las opciones que ofrece el mercado de trabajo se valoran en 66,2 puntos, por debajo del valor de hace un año y la situación en los hogares desciende de manera más limitada, -14,6 puntos en los últimos doce meses.
En cuanto a los componentes del indicador de expectativas, los mayores descensos se producen con relación a las valoraciones sobre la evolución de la economía en el futuro inmediato, con 6,9 puntos menos, y con relación a la futura evolución de la situación de los hogares, con 6 puntos menos, mientras que el futuro mercado de trabajo se califica negativamente en 4,9 puntos menos que en el mes de julio.
En términos interanuales la evolución es "claramente negativa", ya que las expectativas respecto a la situación económica del país retroceden 27,3 puntos y las referidas al futuro del empleo ceden 12,7 puntos, en tanto que las expectativas de los hogares acumulan una bajada de 16,4 puntos en el último año.
Descenso de 36,1 puntos
Respecto a agosto del año pasado, el ICC desciende 36,1 puntos, con una pérdida en términos absolutos para la valoración de la situación actual de 53,4 puntos y una bajada menor en el caso de las expectativas de 18,8 puntos.
En términos porcentuales, el perfil de la evolución registrada es prácticamente idéntico, con un descenso del ICC de un 41,9% como resultado de la pérdida del 64,2% en la valoración de la situación actual y de la caída del 21,1% en las expectativas.
El ICC recoge mensualmente la evaluación de la evolución reciente y las expectativas de los consumidores españoles relacionadas con la economía familiar y el empleo, con el objetivo de anticipar sus decisiones de consumo. El indicador recoge valores de entre 0 y 200, considerándose que por encima de 100 la percepción es positiva y por debajo, negativa.