Tras el hundimiento del PIB en los meses del confinamiento, la economía española creció un 16,7% en el tercer trimestre del año. Un tiempo en el que el coronavirus dio un respiro a la sociedad y permitió recuperar buena parte de la actividad, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En términos interanuales, el PIB español entre julio y septiembre fue un 8,7% menor al de hace un año. Se trata de una caída inferior a la distancia interanual que marcó la economía en el peor momento de la pandemia, cuando el desplome alcanzó el -21,5%.
Como era de esperar, estos datos suponen una mejora histórica frente a la evolución económica de España entre abril y junio, periodo en el que el cierre de la economía para paliar los efectos de la crisis sanitaria hundió el PIB español un -17,8%, una caída en tres meses sin precedentes desde la Guerra Civil.
El Gobierno había estimado que la economía española habría crecido un 13,5% entre julio y septiembre. Los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral de España publicados por el INE mejoran esa previsión.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha celebrado este dato al señalar en un mensaje difundido a los medios de comunicación que "los datos que hemos conocido esta semana muestran la fuerte reactivación de la economía y el empleo durante el tercer trimestre del año".
"En un contexto atípico, marcado por los rebrotes y por la ausencia de turismo internacional, la economía española ha crecido más de un 16%, se han creado casi 570.000 puestos de trabajo, y han salido un 80% de los trabajadores en ERTE", ha subrayado.
No obstante, estos datos deben tomarse con cautela, ya que el organismo estadístico explica que la dificultad que tiene en este momento hacer estimaciones sobre la economía permite augurar que este dato se someterá a futuras revisiones con cambios que pueden ser superiores a lo habitual.
En cualquier caso, hay indicadores positivos, aunque ahora la clave será ver qué ocurre con el cuarto trimestre que va a estar marcado por los efectos de los rebrotes en la maltrecha economía mundial y española.
De momento, con los datos publicados este viernes, el empleo de la economía, medido en términos de horas trabajadas, mejoró un 24,7% intertrimestral, es decir, comparado con el trimestre del confinamiento.
Pero en términos interanuales, las horas trabajadas han caído un 6,2%, una tasa que es 18,7 puntos superior a la de entre abril y junio. También los puestos equivalentes a tiempo completo bajaron un 5,5%. Esto supone un descenso de más de un millón de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
En cuanto a los salarios, la remuneración de los trabajadores ha caído un 4,6% interanual, aunque se ha recuperado un 9,3 puntos frente al peor trimestre económico y sanitario vivido hasta la fecha por la Covid-19.
Más consumo interno
La recuperación de la demanda nacional, frente a los tres meses anteriores, fue clave para este impulso, ya que fue 11 puntos superior, aunque en términos interanuales cae en 7,8 puntos. La demanda externa solo mejoró 1,8 puntos frente al trimestre previo, con una aportación de -0,9 puntos.
El gasto en consumo final ha mejorado, aunque es un 6,8% menor al del mismo periodo de 2019, cuando la economía española ya mostraba signos de desaceleración.
En el caso de los hogares, el gasto en consumo final ha caído un -10,4% frente al mismo trimestre de 2019, aunque aumentó en 14,8 puntos frente a abril y junio.
También el gasto final de las Administraciones Públicas experimentó un crecimiento del 3,7%, lo que supone seis décimas más que en el trimestre precedente. En este punto se incorpora el dato del gasto sanitario, que está aumentando para hacer frente a la Covid-19.
La inversión de los hogares en vivienda y construcciones aumentó en 12,5 puntos, mientras que la inversión en maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento avanzó en 22,8 puntos. Y la inversión en productos de la propiedad intelectual aumentó 1,2 puntos frente al trimestre precedente. Pero todos siguen en tasas negativas.
Exportaciones y extranjeros
Las exportaciones de bienes y servicios sufrieron una caída del 17% frente al mismo trimestre de 2019. No obstante, el avance intertrimestral es de 21,1 puntos.
Dentro de este epígrafe es significativa la caída del -74,3% que sigue experimentando el gasto de no residentes en España. Frente al trimestre precedente el dato mejora en 24,9 puntos, pero está lejos de recuperarse y todo apunta a que seguirá hundido ante las nuevas restricciones.
Por el lado de la oferta, la industria manufacturera ha experimentado tasas negativas del -4%, la cosntrucción del -11%, los servicios del -9,8% y las ramas primarias suben un 5%. Todo ello en términos interanuales. Si se compara con el trimestre anterior, los datos mejoran, como era de esperar.
La construcción despunta
Por sectores, en términos de empleo, es la construcción la que está tirando del mercado laboral en los últimos meses, con un incremento de 28,3 puntos frente al trimestre previo. Su caída interanual es ya 'solo' del -2,8%.
En el dañado sector servicios, la mejora fue de 19,3 puntos por la reapertura de muchos comercios y hostelería, pero cae un -6,5%. En el sector industrial, se avanzó en 12,2 puntos, con una caída del -8,6% interanual. Y en las ramas primarias, el incremento en el tercer trimestre fue de 7,5 puntos y en términos interanuales la caída es del -1%.
Es también preocupante el dato de productividad que sigue en terreno negativo, con un -3,4% en la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo. Medida por horas trabajadas la variación interanual es del -2,7%.
Por contra, el coste laboral unitario creció un 4,6% frente al trimestre precedente, lo que supone 3,6 puntos más que la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía.
En la nota de prensa difundida por el INE este viernes, el organismo recuerda que los efectos económicos de la pandemia Covid-19 vienen poniéndose de manifiesto en los
agregados de la Contabilidad Nacional de España desde el primer trimestre de 2020.
En ese sentido, es evidente que "el impacto sobre la actividad estadística y sobre la coyuntura económica de las medidas adoptadas para combatir sus efectos tanto sobre la salud pública como sobre la actividad económica y el empleo, plantea, desde entonces, un desafío sin precedentes".