El Tesoro Público se desmarca de la petición de condonar deuda pública emitida para hacer frente a la pandemia que representantes de los dos partidos del Gobierno de España han respaldado en los últimos días. El director general de la institución, Pablo de Ramón-Laca, ha afirmado este lunes que la clave está en que hay "mucha confianza" en la capacidad de gestión económica del país.

Ramón-Laca ha esquivado así la cuestión sobre el manifiesto que un centenar de economistas europeos, entre los que figuran la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y el responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez, han firmado para solicitar al Banco Central Europeo (BCE) que renuncie al cobro de los bonos soberanos emitidos en plena pandemia que figuran en su balance. Es más, el director general ha señalado en una entrevista en Televisión Española que no le preocupa "demasiado" esta iniciativa.

Sin llegar a situarse en la tajante negativa del BCE, el responsable del Tesoro Público ha puesto el acento en que la deuda española es "más sostenible año a año". En este sentido, a pesar del fuerte ritmo de endeudamiento de España, la intervención del BCE ha permitido afrontar este proceso con tipos mucho más llevaderos para las arcas públicas y a mayor plazo de vencimiento.

Cuestión de rating

Del mismo modo, ha insistido en que más allá de la cuestión de la condonación, la mejor forma de asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la deuda española es garantizar el crecimiento estructural a largo plazo. En su opinión, esto es algo que ya "se está haciendo" mediante el programa de reformas e inversiones anunciado por el Gobierno, si bien es cierto que lo ha calificado de "muy ambicioso".

Como prueba de la confianza de los mercados en la capacidad económica de España ha destacado la "altísima" calificación crediticia que la deuda soberana consigue por parte de las principales agencias de rating. "Saben que la deuda española es sostenible, eso da mucha tranquilidad y permite seguir emitiendo siempre y cuando se utilice para crecer", ha sentenciado.

Ante la previsión de que la ratio de deuda pública alcance un 118% del PIB este año, Ramón-Laca ha defendido que "ahora no es momento de la consolidación fiscal", mientras que ha defendido la capacidad del Gobierno de ponerse a ello cuando la situación económica general sea más holgada.

Tanto que el director general del Tesoro ha afirmado que "nadie duda de las credenciales de este Gobierno a la hora de reducir la deuda cuando hace falta". Un discurso al que ha sumado la coletilla de que "incluso Alemania", firme defensora de la disciplina fiscal, se ha situado a favor de estas tesis ante la gravedad del impacto alcanzado por la pandemia.

Tarjetas 'revolving'

Puesto que el Tesoro también es responsable en buena parte de la regulación financiera española, Ramón-Laca ha adelantado que es posible que en el futuro se revise la regulación en torno a las tarjetas revolving para establecer un tipo de interés máximo aplicable a estos productos. Recientemente la Justicia se ha pronunciado, aunque de forma difusa, para calificar algunos contratos de usureros.

No obstante, ha señalado que el establecimiento de topes podría tener otras consecuencias no tan beneficiosas para sus usuarios como la limitación de la oferta de crédito para los clientes más vulnerables. Es por ello por lo que ha anticipado que cualquier decisión al respecto se tomará "tras realizar un riguroso análisis de las consecuencias".