El economista José María Gay de Liébana, uno de los rostros más conocidos de la economía española, ha muerto a los 68 años. Lleva años tratando de acercar la materia al gran público, algo para lo que se aprovechaba de su locuacidad, simpatía y su particular forma de contar las cosas.
Cercano, de trato atento y cariñoso, rara era la ocasión en la que Gay de Liébana no trataba de ayudar a los periodistas a hacer más entendibles las cuestiones económicas. Eso sí, con su estilo un tanto atropellado a la hora de hablar, pero que no le impedía dar explicaciones brillantes y consistentes sobre la materia.
Gay de Liébana era Doctor en Economía y Derecho, profesor de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de Barcelona.
La economía
Defendía que era importante que el mundo de la universidad se acercara a los medios de comunicación para que la gente pudiera entender la economía. No solo eso, también porque consideraba que de ese modo se podía amplificar el conocimiento financiero de los ciudadanos. Una de sus grandes obsesiones.
Saltó a la fama durante la Gran Recesión de 2007, cuando se mostraba como un Economista indignado. Sus opiniones no dejaban indiferente a nadie, y nunca rechazaba meterse en cuestiones polémicas. Lo ha demostrado en sus constantes participaciones públicas en medios como La Sexta, La Vanguardia, Cope o TV3.
Tan mediático era que Santiago Segura le llamó para realizar un cameo en una de las películas de Torrente.
Una de sus grandes pasiones era el fútbol. Aficionado del Espanyol de Barcelona, analizaba cada año las cuentas de los principales clubs de fútbol. Esa fue su particular manera de darse a conocer, y de dar a conocer la economía. Comparar los datos de Real Madrid y Barcelona le abrió las puertas de los medios de comunicación, y del gran público. De hecho, es autor de un libro titulado La gran burbuja del fútbol: los modelos de negocio que oculta el deporte más importante del mundo.
El partido más importante
En su extensa obra literaria también abordaba otras de sus grandes pasiones como la contabilidad financiera, el futuro del euro digital o cómo debería abordarse el asunto de las criptomonedas.
El mundo de la economía llora hoy la muerte de uno de sus grandes valedores, aunque llevaba meses luchando el partido más importante de su vida después de que le extirparan un tumor en el riñón.
Un partido que ha jugado hasta el último minuto. Ahora solo queda darle las gracias y, como bien decía él, enviarle "abrazos virtuales y entusiasmo a raudales".