JJOO, desarrollo económico y medallero: todo estadística
Las Olimpiadas son un momento especial. Un momento que disfruta de un aura que casi ningún otro evento a nivel mundial es capaz de crear. En ellas compiten directa y pacíficamente atletas de todo el mundo, incluso de países normalmente enfrentados o sin relación diplomática ninguna. Se llama pax olimpica. Pero este aspecto no es el único en crear expectación.
Mucho se ha debatido en las últimas semanas sobre la capacidad real del país que hospeda las competiciones para que este hito repercuta en su crecimiento económico. No ahondaremos en este punto, porque los datos se han demostrado claramente contradictorios: frente al éxito rotundo de Barcelona 92 o Londres 2012, ha habido fracasos muy sonados, como Los Ángeles 84 y Atenas 2004.
¿Pero qué pasa con las medallas? ¿Existe una correlación entre el nivel económico de un país, el hecho de que sea anfitrión de unos Juegos y la capacidad de sus atletas de ganarlos? La respuesta es afirmativa si nos atenemos exclusivamente a la serie histórica. Los datos a nuestra disposición demuestran claramente cómo el hecho de organizar unos JJOO representa un claro acicate para el medallero del organizador.
En este sentido, por ejemplo, España conserva todavía el récord de 22 medallas de Barcelona 92. Sin embargo, hubo dos excepciones que parecen confirmar esta regla. Francia, en las Olimpiadas de París de 1924, consiguió 38 medallas frente a las 41 que obtuvo en su participación anterior, Amberes 1920. Por su parte, Estados Unidos, en las Olimpiadas de Atlanta 1996, consiguió 101 medallas frente a las 108 que obtuvo en su participación anterior, Barcelona 1992. Por lo tanto, la probabilidad de que ocurra este suceso desde el año 1900 hasta la actualidad es de dos sobre 28 o, lo que es lo mismo, del 7,1%.
Además, el hecho de ser un país organizador parece influir sobre su potencial para ganar medallas mucho más allá del año en el que se disputan los Juegos en su territorio. Entre 1900 y 2016, se entregaron 15.932 (puntuando como una unidad las medallas de deportes de equipo) en 28 juegos. Si sumamos todas las placas de los países que al menos organizaron unos JJOO entre estos años, se obtienen 11.437, es decir, el 71,78% del total. Este dato enlaza con la correlación entre desarrollo económico y competitividad en los Juegos, porque los países organizadores suelen ser economías desarrolladas.
Sin embargo, a pesar de lo que dice la estadística, es necesario puntualizar que existe un enorme punto de interrogación que afecta a esta edición en particular: el impacto de la pandemia, que afecta de distinta forma a los Juegos, desde la presencia de público en las competiciones hasta la forma en la que los atletas se han preparado para ellas.
Los datos a nuestra disposición demuestran claramente cómo el hecho de organizar unos JJOO representa un claro acicate para el medallero del organizador
Hemos podido presenciar esto último en el equipo español: desde la ausencia de la campeona de bádminton Carolina Marín, que no pudo acudir por una lesión, a los diplomas olímpicos de deportistas que han obtenido medallas en Juegos anteriores como la nadadora Mireia Belmonte o la halterófila Lydia Valentín, que han tenido que lidiar con lesiones que han influido en su preparación para los Juegos. A esto hay que sumar otra novedad en la ecuación, la cuestión sobre la salud mental que ha introducido en los Juegos nada menos que Simone Biles, la gimnasta que sorprendió en los Juegos de Río y que se presentaba como la favorita de su disciplina en Tokio hasta que decidió retirarse de la mayoría de las competiciones para las que se había clasificado, admitiendo que le estaba costando gestionar la presión. Finalmente, a todos estos factores se debe añadir la retirada de Usain Bolt, que ha dado paso a toda una nueva generación de corredores en atletismo.
Todos estos elementos están haciendo de Tokio 2020 probablemente uno de los Juegos Olímpicos más atípicos de la historia moderna.
A punto de llegar al final de la competición, Japón se ha posicionado en el tercer puesto en el medallero, por detrás de China y Estados Unidos. Aunque la probabilidad de superar estrictamente el número de medallas sea del 92,9%, puede ser que Japón no supere estrictamente las 41 medallas de Río de Janeiro 2016. Es decir, puede volver a ocurrir un hecho excepcional como Francia en 1924 o Estados Unidos en el 1996.
¿Añadirá China a su recuperación económica tras la pandemia el éxito deportivo de superar las 70 medallas de su última participación? Sí, es muy probable que China supere las 70 medallas. ¿Habrá el primer sorpasso en número de medallas de China a Estados Unidos en la historia? No, es altamente improbable que China supere a Estados Unidos en número de medallas.
***Manuel Marín es managing director, responsable de Data Science & Analytics de FTI Consulting.