La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una rueda de prensa.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una rueda de prensa. UE

Economía

Europa arranca la carrera para cumplir los objetivos del 'Green Deal' de cara a 2030

La vuelta de la actividad por el avance de la vacunación compromete alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de cara a 2030.

1 septiembre, 2021 02:33

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La llegada de septiembre va a hacer coincidir dos pistoletazos de salida en Europa. Por un lado, se espera que el avance de la vacunación provoque una aceleración, casi sin precedentes, de la actividad en el Viejo Continente. Del mismo modo, los Gobiernos de la UE van a verse obligados a poner en marcha importantes planes de reducciones de emisiones si quieren llegar a cumplir los objetivos fijados en el marco del Green Deal.

Dos cuestiones que, para ser conjugadas, van a requerir de importantes esfuerzos a los dirigentes comunitarios. Tras año y medio de frenazo, las economías europeas necesitan pisar el acelerador para hacer cuadrar las cuentas, consolidar la recuperación, la creación de empleo y el control del déficit.

De la mano de esta vuelta de actividad, los países van a ver cómo cuestiones aletargadas durante más de un año como el tráfico aéreo van a registrar importantes crecimientos. Una cuestión que, irremediablemente, va a ocasionar aumentos en las emisiones y en los consumos energéticos en un contexto en el que el objetivo debería ser reducirlas al máximo.

Reducción del 55% en las emisiones en 2030

Y es que las metas que se han fijado no son, precisamente, fáciles de alcanzar. El pacto entre los estados de la UE estableció que los 27 Estados miembro harían que Europa fuera el primer continente climáticamente neutro para 2050. Para lograrlo, fijaron una meta intermedia que está mucho más cerca de lo que parece: reducir las emisiones en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990.

Para ello, una de las principales palancas se encontrará en la electrificación de la movilidad. Los diferentes planes adscritos a los fondos Next Generation tienen entre sus puntos más destacados dinamizar el mercado de vehículos eléctricos, así como el desarrollo de la infraestructura de carga necesaria para saciar las necesidades de las nuevas flotas. Uno de los puntos que más impacto puede generar ya que el 20% de las emisiones totales registradas en la UE proviene del transporte por carretera

Un proceso que tiene que ser tremendamente rápido puesto que, a partir de 2026, el transporte por carretera entrará en el comercio de emisiones. Esto provocará que la contaminación que genere tendrá un precio, lo que debe estimular el uso de combustibles más limpios y la rápida transición a tecnologías limpias.

Un punto en el que, por primera vez, participará la aviación comercial cuyos carburantes llevan años beneficiándose de excepciones a la hora de abonar tasas. Ante esta situación el sector va a vivir una tremenda revolución en materia de combustibles sostenibles. Unos cambios tremendamente profundos a los que también deberá hacer frente la movilidad marítima. 

Viviendas eficientes y verdes

Pero si importante es el reto de la movilidad en materia de movilidad, tanto o más lo es el de la vivienda. En su conjunto, los edificios son responsables del 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En este contexto, el fondo social para el clima pretende apoyar a los ciudadanos en riesgo de pobreza energética con 72.200 millones de euros durante en siete años. Esta herramienta pretende mitigar los costes de renovación de vivienda para aquellos colectivos más expuestos a los cambios que permitan garantizar que la transición pueda ponerse en marcha,independientemente, de las capacidades económicas de los ciudadanos.

Además de las viviendas, los edificios públicos también deberán renovarse para utilizar más energía renovable y ser más eficientes energéticamente. Los compromisos fijados señalan que deberá renovarse, al menos, el 3% de la superficie total de todos los edificios públicos anualmente. Del mismo modo, establece un objetivo de usar un 49% de energías renovables en los edificios para 2030. Además, los Estados miembro están obligados a aumentar un 1,1% al año el uso de energías renovables en calefacción y refrigeración, hasta 2030.

En definitiva, una serie de metas que si ya eran ambiciosas cuando se pusieron sobre la mesa, la crisis del coronavirus ha hecho aún más complejas de alcanzar. Los próximos meses serán claves para entender cómo los Gobiernos comunitarios van a ser capaces de estimular su actividad económica a la vez que van alcanzando las reducciones de emisiones previstas en sus planes. El reloj no para y 2030 cada vez está más cerca.