Los datos están poniendo contra las cuerdas la estrategia del Gobierno para combatir la pobreza energética, una de las grandes banderas que abanderaba la coalición de izquierdas cuando pactó para llegar al poder. El 10,9% de la población española no puede mantener caliente su hogar, esto es, más de uno de cada 10, según una nueva encuesta de Eurostat con datos de 2020 (los últimos disponibles).

El dato es demoledor, puesto que este porcentaje es 3,4 puntos mayor que el del año anterior en el que gobernó Pedro Sánchez en solitario. Y ello a pesar de que en 2020, la energía se pagaba a precios mucho menores que en este momento. Según la encuesta de la oficina estadística europea, en 2019, la población española que afirmaba encontrarse en esta situación de dificultades era del 7,5%.

Entre las familias con menores ingresos, la situación es aún peor, ya que más de dos de cada 10 hogares españoles (el 22,3%) no puede mantener caliente su hogar. En este grupo se encuentran los más vulnerables, familias cuyos ingresos se sitúan por debajo del 60% de la media nacional. Esto representa un aumento de 2,7 puntos frente a 2019, según la estadística cuyos datos recopila Europa Press este martes.

Aunque la encuesta de Eurostat recoge la fotografía de 2020, un año de dificultades económicas por las repercusiones de la pandemia en el empleo, el panorama de 2021 no es mejor por el impacto que la crisis de la energía está teniendo en la factura que pagan las familias por la luz y la calefacción.

Octubre de este año cerró como el mes con precios más altos para el megavatio hora (MWh), con una cotización media de 200 euros en el mercado mayorista. Según la OCU, esa situación se trasladó a los particulares y ese mes, la factura media de la luz de los hogares superó los 100 euros. Los precios actuales son algo inferiores, pero siguen siendo casi cuatro veces superiores a los de hace un año con los datos actualizados por OMIE este 9 de noviembre.

Y las previsiones para los próximos meses no son esperanzadoras. Así lo ha reconocido ya la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, que la pasada semana afirmó que "no es descartable" que se registren precios altos del gas en los mercados internacionales "hasta bien entrado 2022".

Este encarecimiento de la energía se está trasladando ya al resto de la economía y los productos básicos, como el pan, el aceite o los huevos, también son más caros que hace un año.

Preguntada por el impacto de la crisis energética en los bolsillos de las familias españolas la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, defendió este lunes el esfuerzo del Ejecutivo para combatir este problema y recordó que el Gobierno aprobó a finales de octubre el incremento de la cuantía mínima del bono social térmico. Este cheque, según sus cálculos, rondará los 90 euros de media por consumidor vulnerable que pueda acceder a él.

Peor que la media europea

Estas cifras colocan a España en niveles que recuerdan a los momentos de salida de la última crisis financiera que llevó a la economía a tocar fondo en 2012. Dos años después, en 2014, el porcentaje de familias que no podían mantener su hogar en condiciones térmicas adecuadas era cercano al 11,1%. Precisamente ese año se marcó un récord desde que comenzó a publicarse esta encuesta en 2003.

La nota que consigue España en este terreno es peor que la de la media europea. De acuerdo con los datos de Eurostat, el 8,2% de la población de la Unión Europea (UE) no pudo mantener su hogar caliente en 2020.

https://www.elespanol.com/invertia/empresas/energia/20211026/gobierno-euros-consumidores-vulnerables-pagar-aumentara-cobertura/622438331_0.html

Los europeos que están en peor situación son los de los países del Este, encabezados por Bulgaria (27,5%) y Lituania (23,1%).

Como era de esperar, a pesar del frío, en los países más ricos el número de hogares con este tipo de problemas son muy pocos. En Suiza el dato se desploma al 0,3% y en Noruega al 0,8%. Mientras, en Austria es un 1,5%.