José Enrique Devesa (Valencia, 1960) es una de las voces más autorizadas en el análisis del sistema de la Seguridad Social. Profesor de Economía financiera y Actuarial de la Universidad de Valencia y consultor del Observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson, fue miembro del Comité de Expertos que desarrolló el Factor de Sostenibilidad del sistema de pensiones de 2013 que el Gobierno ha decidido derogar.
Es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, miembro del Instituto de Políticas de Bienestar Social y ha publicado numerosos artículos sobre este tema. La entrevista se hace pocas horas antes de que la patronal se levante de la mesa de negociación para la reforma de las pensiones.
¿Es inevitable recortar las pensiones, aunque a los políticos les cueste asumirlo?
Va a haber que recortar cada vez más. Ya desde 2011 hay una reforma, cuyo periodo transitorio acaba en 2027, que amplió la base reguladora de 15 a 25 años, lo que supone un recorte de entre el 4 y 5% de la pensión. Lo que ocurre es que en tanto tiempo se diluye y no se nota. Quitando la parte contributiva, el déficit del sistema es de unos 30.000 millones. En los Presupuestos para el año que viene hay una transferencia de 28.000 millones para taparlo. Otra cosa es que se disfrace para que parezca que hay menos a través de gastos impropios, transferencias para mejorar la sostenibilidad del sistema...
No es un sistema sostenible...
No ha empezado a jubilarse la generación del baby boom y eso significa que el sistema va a sufrir más tensiones de gasto porque se van a jubilar más personas, con pensiones altas porque han trabajado prácticamente toda su vida y con una esperanza de vida más alta. Se nos viene encima una tormenta perfecta. Ahora hay un déficit de 2 puntos del PIB y en 2050, podría ser de 5 o 6 puntos, es decir, puede triplicarse. Antes o después habrá que recortar.
Se nos viene encima una tormenta perfecta. Antes o después habrá que recortar
La clave es cómo. ¿Es acertada la subida de las cotizaciones?
Habrá que repartir entre todos: pensionistas actuales, los que están a punto de jubilarse, los afiliados, los jóvenes que no han empezado a trabajar… Subir el tipo de cotización tiene dos implicaciones. Una es que no mejora la pensión porque el tipo de cotización no interviene en la fórmula para calcular la pensión inicial. Es decir, el mecanismo de Equidad Intergeneracional propuesto sube un 0,6% la cotización, pero no beneficiará a los que van a cotizar más porque no va a repercutir en su pensión. Y además, destruye empleo.
Subir las cotizaciones no beneficiará a los que van a cotizar más y destruye empleo
Se calcula que esa subida del tipo de cotización puede suponer un recorte de 36.000 personas trabajando. Dadas nuestras cifras de desempleo, no es mucho, pero incide en una situación en la que España lidera los datos de desempleo de la UE.
¿Ha sido un error volver a ligar las pensiones al IPC en vista de cómo está la inflación?
Hablar de error aquí puede ser mal interpretado. Desde el punto de vista técnico, va a suponer una tensión adicional en el sistema respecto a lo que habría supuesto revalorizar con el IRP [Índice de Revalorización de las Pensiones], el mal llamado índice del 0,25%, porque en realidad, ese porcentaje se aplica sólo cuando el sistema tiene problemas de sostenibilidad. Como todos estos años los hemos tenido, el IRP fue del 0,25%, hasta que en 2018 decidieron no derogarlo de hecho, pero sí volver al IPC.
Ahora, se va a aprobar en trámite parlamentario la subida del IPC en un año en el que la inflación va a ser bastante elevada. Tomando la media interanual de los 12 meses anteriores a diciembre, estará alrededor del 2,5%. Cuanto mayor sea la inflación, mayor será el gasto en pensiones. Y además, esto se consolida. Ese 2,5% que se sube este año, el año que viene se mantiene. Y la suma de estas cantidades asusta.
El 2,5% de IPC que se sube este año, se mantiene. Y la suma de estas cantidades asusta
Siempre se dice que los pensionistas tienen poca capacidad de reacción y que si pierden poder adquisitivo es difícil que lo puedan compensar con otras rentas. Para esto hay vías, como poder combinar pensión y trabajo para los que están pensando en jubilarse. Otra opción es revalorizar solo con el IPC a los que tienen pensión baja. Es discriminatorio, pero hay veces que no hay más remedio. Con la reforma actual, los afiliados van a tener que cotizar más años, con un tipo de cotización más alto. Y se va a reducir la pensión inicial respecto al último salario.
¿Cuáles son los puntos débiles de la reforma de 2021?
Está la revalorización con el IPC, también la modificación de coeficientes que en unos casos, han subido mucho, en otros existe la posibilidad de cobrar un cheque... La última medida que tenían que introducir este lunes es el mecanismo de Equidad Intergeneracional. No es un mecanismo de Equidad Intergeneracional, aunque tenga ese nombre porque no ajusta las pensiones para las futuras generaciones sino que solo incorpora una subida del tipo de cotización de 0,6 puntos a pagar de 2023 hasta 2032.
Luego, si hay desviaciones, se podrá ajustar. Pero aplicar el Factor de Sostenibilidad ya suponía que mejoraría el déficit en 0,9 puntos en 2050 y a partir de ahí seguiría subiendo para empezar a bajar en 2060. El mecanismo de Equidad Intergeneracional de esta reforma no va a llegar al ahorro que generaba el Factor de Sostenibilidad.
El mecanismo de Equidad Intergeneracional de esta reforma no va a llegar al ahorro que generaba el Factor de Sostenibilidad
Lo que ocurre es que está encubierto porque se distribuye entre más cotizaciones, se va a recortar el gasto de una manera que no se sabe y se pueden volver a subir las cotizaciones en un futuro. Si a los economistas nos ha costado entenderlo, para la gente de la calle, será aún más complicado. Falta el trámite parlamentario y hay que esperar pero, va a aumentar el gasto y va a crear tensiones en el mercado laboral por aumentar las cotizaciones.
Entonces, ¿va a ser peor que el mecanismo que va a sustituir?
El mecanismo de 2013 era más transparente porque decía: 'si te jubilas en 2040, la pensión inicial va a bajar un X%'. Así, se podía calcular si convenía aceptar el recorte o seguir trabajando en función de la empresa y el convenio empresa. Las reglas de juego eran claras. Actuaba sobre las pensiones. El de ahora actúa sobre la cotización, sobre un recorte de pensiones que no sabemos cómo va a ser. Hace falta un sistema transparente, que no genere dudas. Y no uno cada vez más complicado.
El Factor de Sostenibilidad de 2013 era más transparente que el Mecanismo de Equidad actual
¿Somos un país generoso con la tasa de reemplazo [diferencia entre el último salario y la pensión inicial]?
Somos uno de los grandes países con esa tasa más alta, con un 80%, frente a Alemania, que tiene un 40%, Suecia, con 45%... Casi todos los países de nuestro entorno tienen unas tasas de reemplazo muy alejadas de las que tenemos nosotros. Tenemos un problema porque frente a otros países, las pensiones son más altas de lo que nos parece.
Dicen que nuestro sistema es más generoso, pero al mismo tiempo, que tenemos pensiones muy bajas. ¿En qué quedamos?
No se puede generalizar. España es uno de los países con una tasa más baja en el porcentaje de personas mayores de 60-65 años que trabaja. En EEUU, el porcentaje es de un 18%, en Suecia un 10%... En España, es del 0,3% para los hombres y del 1,8% para las mujeres. Estamos muy alejados en esa media de otros países y compatibilizar trabajo y pensión, podría ser parte de la solución.
Compatibilizar trabajo y pensión, podría ser parte de la solución.
¿Es buena idea financiar vía impuestos el déficit del sistema?
Al final, las pensiones se van a pagar. Si no entra suficiente dinero vía cotizaciones, se necesitarán transferencias. Pero los sistemas tienen que ser autosuficientes. No pueden estar en déficit permanente, como en España. Si esta situación se mantiene durante mucho tiempo restará inversiones en otras partes del Estado. Es un problema que no se ve.
El año pasado nos dimos cuenta de que el Sistema Sanitario podría estar mucho mejor, cuando vemos la tasa de abandono escolar, ocurre igual. Estamos muy volcados con el sistema de pensiones, lo cual es entendible desde el punto de vista político, pero eso hace que nos olvidemos de Dependencia, Sanidad, Educación… Esa fue una de las razones por las que en Suecia se hizo una reforma en el año 2000. El déficit en pensiones lastra la inversión en otras patas del Estado de bienestar. Y esto no se percibe fácilmente.
¿El contrato intergeneracional tiene salud para resistir?
Un sistema de reparto siempre tiene transferencias intergeneracionales. Es un contrato implícito. No hay conflicto entre jóvenes y mayores. Los jóvenes cobrarán pensión. El importe dependerá del esfuerzo que hagamos estos años. Pero en todo caso, la relación entre su pensión y su salario, va a bajar.
Los jóvenes cobrarán pensión. El importe dependerá del esfuerzo que hagamos estos años
Bajará mientras se pide que paguen más cotizaciones. ¿Es un agravio?
Van a recibir palos por todas partes. Van a subir las cotizaciones, van a tener una tasa de prestación más baja, casi seguro que se van a jubilar más tarde… Todo eso se compensa porque se supone que la esperanza de vida va a aumentar. De lo que se trata es de buscar una equidad intergeneracional.
Un sistema que sea equitativo: que una persona se jubile ahora o dentro de 20 años cobre una cuantía similar. Pero se van a subir las cotizaciones, se va a cambiar la fórmula de cálculo de la pensión, se va a retrasar la edad de jubilación… Todo esto genera tensiones y a los que va a afectar más es a los que entran ahora en el mercado laboral.
¿Es acertado fomentar los planes de pensiones colectivos?
Si la tasa de reemplazo en el futuro va a ser más baja, la idea es compensar con un ahorro mayor. Hasta ahora hemos estado muy confiados en las pensiones porque nos daban una tasa de reemplazo elevada. Pero todo el ahorro privado es bueno. Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido... tienen sistemas complementarios más desarrollados. Aquí se está iniciando el trámite parlamentario para que las empresas no tengan un coste tan elevado y que las pymes se puedan incorporar a un plan de empleo colectivo.
Ya hay mecanismos para hacer planes de pensiones conjuntos, pero no se han utilizado porque falta el espaldarazo fiscal
De todas formas, en la actualidad ya hay mecanismos para hacer planes de pensiones conjuntos. Pero no se han utilizado porque falta el espaldarazo fiscal para incentivar a los empresarios a montar un plan de empleo y hacer aportaciones.
En los Presupuestos se incluyó que los planes individuales estén menos remunerados para impulsar los planes de empresa. ¿Se hizo bien?
Este año, se pueden aportar 2.000 euros como máximo a un plan de pensiones. Antes eran 8.000. En 2022 se va a pasar a 1.500 euros. O aporta la empresa al plan de empleo o se tiene que diseñar un sistema en el que parte del salario vaya al plan de pensiones. Pero han empezado la casa por el tejado. Se ha recortado la cuantía que los individuos pueden aportar al plan de pensiones sin dar facilidades para los planes de empleo. Deberíamos copiar el sistema de Reino Unido, que ha tenido éxito.
Han empezado la casa por el tejado para fomentar los planes de empleo
Se suben las cotizaciones, se pide aportar más a los planes de empresa… Y mientras hablamos de la precariedad laboral. ¿Es realista?
Hay que ahorrar desde el principio. Eso implica que quien tenga una mayor capacidad de ahorro debería dedicar más y el que menos, menos. Pero debería ser fácil canalizarlo a través de un vehículo. Lo bueno de hacerlo a través de la empresa es que no se ve. Hay una labor psicológica en este tipo de planes. Otra opción es que por defecto, cuando una empresa crea un plan de empleo, incluya al trabajador y este tenga que pedir expresamente salir. Esto es la economía conductual.
Muchas de estas medidas son impopulares y es difícil un consenso político...
A veces me pongo en la piel del político y pienso que yo haría cualquier cosa, menos bajar las pensiones. Hay una línea roja y la Unión Europea nos dice lo contrario: hay que bajar el gasto. En el paquete de medidas que hay en el Parlamento no hay ninguna que recorte el gasto. Todas son para aumentarlo. Llegan a un acuerdo en la parte fácil: no recortar la pensión.
A veces me pongo en la piel del político y pienso que yo haría cualquier cosa, menos bajar las pensiones. Hay una línea roja y la UE nos dice lo contrario
Cuando hay que empezar a recortar, como cuando se comentó el aumento de la base reguladora a 25 años, que puede suponer una bajada del 9% de las pensiones, empiezan a saltar todos. Incluidos los sindicatos. En 20 de los 27 países europeos, tienen en cuenta toda la carrera laboral. Aquí estamos alejadísimos. Esto es un recorte como promedio, pero beneficiará más a los que más han trabajado.
Con todo esto, ¿derogar la reforma de 2013 ha sido un error?
Desde el punto de vista académico, la reforma de 2013 era una buena reforma. La UE dio el visto bueno. Tenía dos patas. Una era el Factor de Sostenibilidad que no se ha llegado a implantar y va a ser sustituido por el mecanismo de Equidad Intergeneracional sin haber nacido. Y la otra, el IRP del que decían que solo revaloriza un 0,25%. No dicen que si la situación hubiera sido buena, con el IRP se podía revalorizar hasta el IPC más 0,5 puntos. Estas cosas nadie las cuenta. Hemos tenido la mala suerte de que no ha podido ser así por la crisis de 2008 y la Covid.
La reforma de 2013 era una buena reforma. Si la situación económica hubiera sido buena, se podía revalorizar la pensión hasta el IPC más un 0,5
Pero se ve venir la salud del sistema de pensiones. Sabemos que en 30 años, en lugar de las 10 millones de pensiones de ahora, va a haber 15 o 16 millones de pensionistas. Así como los economistas nos equivocamos en otras predicciones, en temas de la Seguridad Social es fácil acertar dentro de unos límites.
El País Vasco quiere más competencias en materia de Seguridad Social. ¿Es lo que faltaba?
Piden la gestión, tener la base de datos, pero pagar a través de transferencias del Estado. Para hacerlo ellos, tendrían que asumir la deuda. Y si miramos el conjunto del sistema, la deuda asusta. Hablamos de 2,5 o 3 veces el PIB. Eso no se podría trasladar a las comunidades autónomas. Es un tema delicado. Quieren gestión, pero no asumir la deuda. Y, menos aún, con lo que se viene encima con la generación del baby boom.