El presidente y consejero delegado de Deutsche Bank España, Antonio Rodríguez-Pina (Madrid, 1964), es uno de los financieros con más solera de la banca extranjera en nuestro país. Tomó las riendas de la filial del gigante alemán en el mercado español en el año 2004, pilotó las dificultades de la crisis financiera, reorganizó el negocio y ahora, se muestra satisfecho con la presencia de su marca en España.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, su trayectoria siempre ha estado ligada al mundo de la banca y a entidades con presencia global, como Banco Santander, Salomon Brothers o Credit Suisse. En este momento, es también miembro del comité ejecutivo de Deutsche Bank para EMEA.
Desde Alemania, su consejero delegado, Christian Sewing, ya ha advertido que se debería endurecer la política monetaria 'más pronto que tarde'.
Este debate tiene muchos ángulos. El primero tiene que ver con los bancos europeos, que han sufrido enormemente la política de tipos de interés del BCE y en concreto, con los tipos negativos que tenemos que afrontar por la facilidad de depósito. Con la intención de que los bancos tuvieran la mínima liquidez guardada y prestaran más a la economía, ya desde la anterior crisis, el BCE penaliza la liquidez cobrándonos un interés.
Los grandes bancos europeos han salido muy debilitados de la crisis de 2008 frente a los americanos
Eso nunca lo hizo la Reserva Federal. Diez años después de la crisis financiera, los grandes bancos europeos han salido muy debilitados en su valor y capacidad de generar negocio y por tanto, en su capacidad de invertir y crecer frente a la banca americana. Esta política monetaria tan expansiva, que era necesaria para ayudar a Europa para salir de la crisis, ha perjudicado a los grandes bancos. No obstante, mi presidente quería llamar la atención sobre el impacto de la inflación.
¿Ya no es 'transitoria'?
Hay un debate entre los economistas sobre si es transitoria o si tiene visos de ser estructural, en cuyo caso sería un problema. La inflación es un problema para las economías. Y en Europa, en función de cómo se maneje la inflación en otras áreas, puede hacernos perder competitividad y poder adquisitivo en aquellas capas de la población que no pueden aumentar sus ingresos a la velocidad que suben los precios.
La inflación va a ser una estrategia legítima de los gobiernos para salir del endeudamiento
No obstante, la inflación tiene un reverso: uno de los grandes problemas de las grandes economías es el aumento del endeudamiento que se ha producido en las últimas décadas. La inflación es una forma de reducirlo. La deuda nominal se mide contra PIB. En un ejemplo, si tenemos una inflación del 4% durante cuatro años y se puede gestionar que no haya una pérdida enorme de competitividad con otras políticas económicas, pasados esos cuatro años tendríamos un 20% menos de deuda contra PIB. Sin haber tenido que repagar deuda. Simplemente porque el PIB ha ido creciendo a su tasa real más la inflación. Esa va a ser una estrategia legítima de todos los gobiernos para salir del alto endeudamiento.
En Estados Unidos sí se atisban ya retiradas de estímulos y subidas de tipos...
En la anterior crisis financiera en Europa las soluciones tardaron muchos años. La Reserva Federal reestructuró la banca americana muy rápido y la economía por sus condiciones estructurales se sanó muy pronto. La economía americana recuperó su nivel de PIB anterior a la crisis en menos de la mitad de tiempo que la economía europea. Y dentro de esta, aquellas economías que tienen más rigideces estructurales, como la española, tardan aún más. La economía española recuperó su nivel de PIB de 2009 en 2017, tardó casi nueve años. En esta crisis, está ocurriendo algo similar.
Hay que controlar la inflación porque es un impuesto para todo el mundo
En el extremo, China acabó con más PIB que con el que empezó la Covid en 2020, EEUU lo recuperará este año y España será más bien a finales del año que viene. Ahora bien, la gestión de esta crisis en Europa ha sido mucho más eficiente que la anterior. Los elementos estabilizadores de la caída de la demanda que se produjo con la Covid han funcionado. El problema ahora es que esos planes añaden endeudamiento y se van a mantener los tipos muy bajos, lo que no deja de ser gasolina para las economías. Ahora ha aparecido la inflación y hay que controlarla porque es un impuesto para todo el mundo. La única forma de hacerlo es subir los tipos y si suben los tipos, se dañará la velocidad de recuperación de las economías. Ese es el debate.
Y en Europa esto entronca con el eterno pulso entre el norte y el sur. ¿Cómo va a equilibrar el BCE esos intereses?
No lo saben. En la crisis anterior, el debate norte-sur, los hombres de negro… alimentaron el auge de los populismos, que los hay de derechas y de izquierdas y son malos a los dos lados. El mundo se está dando cuenta de que las recetas populistas no aportan nada. Son partidos que se van desinflando porque sus planteamientos son poco realistas. Pero sí que Europa y Alemania se han sensibilizado sobre las consecuencias sociales y políticas que tienen ciertas políticas económicas.
Europa tiene que acostumbrarse a la austeridad, pero sigue necesitando tipos muy bajos
Alemania es un país acostumbrado a la disciplina financiera, un país que le tiene un miedo atávico a la inflación, que funciona con unos niveles de endeudamiento muy bajos y que se da cuenta de que hay que ser más competitivo en un escenario en el que Europa ha perdido comba frente a Estados Unidos y China. Las grandes compañías que están absorbiendo la cadena de valor son las grandes tecnológicas. Google ya no es un buscador, es una empresa de todo. Lo mismo pasa con Amazon... Y nada de ese valor está viniendo a Europa. Las fintech más grandes del mundo son chinas y americanas. Europa tiene que ser competitiva y, por tanto, acostumbrarse a la austeridad, pero sigue necesitando tipos muy bajos y estímulos para recuperarse.
Una de las diferencias de esta crisis frente a la de 2008 ha sido la salud de la banca.
En la crisis financiera, la banca fue una parte del problema y actuó como acelerador. Fue una crisis de exceso de endeudamiento de empresas, particulares y también de los bancos que no tenían capital suficiente y partidas de balance delicadas. En el caso de España, por la exposición al sector inmobiliario. Los bancos grandes que tenían todavía negocios rentables fueron construyendo sus bases de capital con sus propios recursos, pero aquellos que no podían necesitaron ayudas públicas. La consecuencia es que el número de bancos se ha reducido en España en un 80%.
En toda esa década, los bancos fueron parte del problema, si bien seguían siendo un servicio muy útil de transacciones de las compañías. No hay que olvidar todos los servicios que presta un banco, como se ha visto en la Covid. Ahora se ha puesto de manifiesto la ventaja que supuso la reestructuración del sector bancario en España.
También el sector público ha actuado de forma distinta...
Los planes de ayuda europeos y del Gobierno, con los préstamos ICO, han sido amortiguadores que han ayudado a que no todo el golpe recaiga en los bancos. Son ayudas que han permitido que no haya un incremento significativo de la morosidad a pesar de la situación económica tan extrema y negativa. Sin los ERTE, habría subido el paro y la morosidad de los particulares; sin los préstamos ICO, habría muchas empresas que no habrían podido financiarse y habría aumentado la morosidad.
Todo el mérito no ha sido de los bancos, pero han sido fundamentales en canalizar las ayudas públicas
Todo el mérito no ha sido de los bancos, pero los bancos han sido fundamentales en la canalización de esas ayudas públicas y en que la economía siguiera funcionando. Otra cosa que hemos descubierto y ha supuesto una ventaja es que ha habido una aceleración de la digitalización de nuestras operaciones tanto desde el punto de vista de los empleados como de los clientes. Esto nos va a ayudar a acelerar la digitalización acompasados con nuestros clientes y es importante porque los bancos empezamos a competir con empresas digitales nativas en nuestro sector. La Covid nos ha ayudado en la carrera que tenemos los bancos por ser más eficientes a través de la digitalización.
¿Cómo esperan que evolucione la morosidad cuando venzan las líneas ICO?
Los departamentos de riesgos de los bancos tienen la obligación de ser cautos y pesimistas. Se ha pensado que todas estas ayudas transitorias se acabarían y probablemente, hubiera un aumento importante de la morosidad. No es obvio. No digo que no se pueda producir, pero lo que estamos viendo es que muchas empresas se están recuperando.
España ha sido un ejemplo de salida de la crisis desde el punto de vista sanitario. Somos una de las economías más abiertas
España ha sido un ejemplo de salida de la crisis desde el punto de vista sanitario. Somos una de las economías más abiertas por el alto índice de vacunación. Hay empresas españolas que están en niveles de facturación superiores a 2019. No sabemos lo que ocurrirá, pero no atisbo que haya un muro de morosidad en seis o 12 meses.
A pesar de la recuperación, Bruselas quiere que España haga los deberes con reformas estructurales. ¿Cuál es su receta?
El objetivo debe ser mantener la solvencia de la economía española a medio plazo. Es decir, mantenerse como un país en el que haya interés por invertir, por quedarse. Muchas reformas tienen implicaciones políticas. Hay un grado de flexibilidad que un mercado laboral soporta desde el punto de vista social. Pero hay que tener un mercado laboral que funcione, que genere empleo, que no genere grandes bolsas de paro, que sea un incentivo para que haya inversiones. No me corresponde decidir hasta qué punto debe llegar la flexibilidad del mercado laboral. Pero por una decisión electoral, no se pueden tocar variables que pueden perjudicar la solvencia de la economía española. Y una de ellas es la reforma laboral.
Por una decisión electoral, no se pueden tocar variables que pueden perjudicar la solvencia de la economía española. Y una es la reforma laboral
¿Podemos volver a tener problemas de solvencia?
La cuestión es qué nivel de endeudamiento podemos soportar para financiarnos en términos razonables. En verano de 2012 no hubo un solo inversor internacional que quisiera comprar deuda española a un año al 7% de interés. Esto fue anteayer. Lo que no queremos es llegar a esa situación.
Todas las medidas que hacen un país competitivo son tendentes a la austeridad
Si nos dedicamos a gastar más de lo que tenemos como país, a aumentar los déficits, a perder competitividad… A todos los gobiernos les gustaría regalar dinero a la gente, pero no se puede. El dinero no es infinito. O lo generamos y financiamos nosotros, lo que quiere decir más impuestos, o se lo pedimos prestado al mercado y nos vamos endeudando hasta un punto en el que se corta el crédito. Lo hemos vivido hace relativamente poco. Hay que tener cuidado porque todas las medidas que hacen un país competitivo son tendentes a la austeridad, a controlar el gasto no productivo, a fomentar la responsabilidad individual, el ahorro...
¿Qué papel quieren jugar los bancos en Next Generation?
La banca puede ser un amplificador de esos fondos con préstamos. Esto representa más capital para las empresas. Y además, va a participar en el análisis de esos clientes… La banca va a ayudar en este proceso.
¿Y en que la UE cumpla con sus objetivos 'verdes'?
Alemania es un país vanguardista en energías renovables. Por sus características se puede permitir el lujo de pensar en estas cosas antes que los demás. Tiene una sensibilidad especial y Deutsche lo ha aprovechado aplicando la gobernanza y el medioambiente a nuestro negocio. La cuestión es cómo se traslada eso al ESG en distintas vertientes. Desde los programas de rehabilitación de viviendas para particulares con Avanza Credit hasta las operaciones en las que participamos de emisiones de deuda 'verde' de gobiernos y empresas.
El ESG [Medioambiente, Social y Gobernanza, por sus siglas en inglés] nos está obligando a analizar el tipo de operaciones que financiamos y va más allá de la banca. Todas las empresas del mundo están en ello.
El problema es que la transición energética es cara y más con este precio del gas…
Sí. Pero lo importante es que está para quedarse. Estamos viendo picos en el gas, pero no es descartable que se normalice el precio. La transición a las renovables terminará encontrando puntos de equilibrio.
El mundo no está preparado para funcionar solo con renovables. Hay que examinar los objetivos de descarbonización
Lo que se está viendo es que el mundo no está preparado todavía para funcionar solo con renovables. Igual hay que volver a examinar los objetivos de descarbonización. A lo mejor hay que ir más despacio en la generación de electricidad para que no se produzcan esos picos de precios y hay que enfocarse en otras cosas: coches que consuman menos, fábricas con menos emisiones… Pero la tendencia va a ir en ese sentido y a mejor.
La Unión Bancaria fue uno de los grandes avances de la última crisis, pero se ha quedado sin completar.
Ha habido muy pocas fusiones transnacionales y ninguna que haya creado un gran campeón europeo del tamaño de los grandes bancos chinos o americanos. Europa es un territorio con un PIB y población comparables a EEUU, pero muy fragmentada en regulación, en preferencias políticas... Para ser más competitivos debería haber cierta homogeneización. El sector bancario es un ejemplo, pero pasa también con otros.
La banca europea para ser más competitiva necesita más tamaño y más eficiencia y eso a nivel doméstico es muy difícil de conseguir
No hay nada más que ver la capitalización de los bancos europeos y de los americanos para inferir las consecuencias que va a tener eso respecto a las fortalezas relativas de un sitio y de otro. La banca europea para ser más competitiva necesita más tamaño y más eficiencia y eso a nivel doméstico es muy difícil de conseguir. Más consolidación de la que ha habido en España y aún así, los bancos siguen siendo muy pequeños en términos globales. La consolidación es muy importante, pero tiene que haber homogeneidad en regulaciones.
¿Cómo ha influido la reestructuración de la banca española para el negocio de Deutsche Bank en este país?
Somos un banco global, uno de los grandes bancos de inversión, un banco minorista y el único banco extranjero que mantiene una red de oficinas en España con una cuota superior al 1% a nivel nacional y presencia en todas las grandes ciudades. Todos nuestros competidores extranjeros con redes de oficinas tiraron la toalla.
Desde el inicio de la crisis se ha racionalizado entre el 40% y 50% de las oficinas en España. Antes, teníamos unas 180 oficinas y el debate de si nuestra red era suficiente para competir con las entidades españolas. Ahora tenemos 158 y haciendo muy poquito hemos ganado mucha cuota. La combinación de digitalización y racionalización del número de sucursales nos pone en una situación de fortaleza. Nuestra red es más competitiva que hace 10 años porque antes la presencialidad era más importante.
Además, somos un banco con fortaleza relativa en aquellas áreas que veo con crecimiento. La banca pura retail tiene márgenes muy bajos. La banca de empresas tiene mayores márgenes, más valor añadido, en el ahorro personal tenemos buenos fondos y productos de inversión… Tenemos una buena división de crédito al consumo orientada desde hace tiempo al ESG, a temas de rehabilitación… Es una cartera de productos que nos hace ser competitivos y rentables a pesar de ser más pequeños que muchos de nuestros competidores.
También han hecho una apuesta por la banca privada...
Nuestro core market es Europa, un continente en el que hay mucho ahorro y un Estado del bienestar muy fuerte. La optimización del ahorro de la gente va a ser una demanda de las sociedades europeas.
Tener experiencia y conocimiento del ahorro va a ser un valor añadido
Los bancos nos estamos dando cuenta de que tener experiencia y conocimiento del ahorro va a ser un valor añadido para las sociedades. España es uno de los mercados en los que nos interesa tener una presencia fuerte. De los wealth management [gestión de patrimonios] globales somos el único que tiene oficinas en todo el territorio. Eso nos ayuda a prestar un servicio mejor para las familias con empresas y grandes patrimonios.
La inflación trae represión financiera y la gestión del ahorro puede aumentar las desigualdades entre el cliente que paga por ese asesoramiento y el que no puede...
El problema es más de educación financiera y de conocimiento que de nivel de renta. Existen muchísimos gestores de fondos y vehículos para que uno pueda invertir sus ahorros con independencia. Una de las lecciones que sacamos de la anterior crisis es que el nivel de conocimiento financiero de las sociedades era mucho más bajo de lo que pensábamos. Todo tipo de agentes económicos tomaron decisiones erróneas. Desde particulares y pymes a grandes empresas que quebraron y hasta bancos.
Es importante que la gente aprenda a ahorrar, a planificar, porque eso es lo que les va a dar libertad. Es más importante el conocimiento que el volumen absoluto de riqueza para tener acceso a inversiones buenas. Se puede invertir con un ETF [fondo cotizado] con 500 euros.