El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha admitido que la bancarrota de Rusia "ya no es un evento improbable" a raíz de las sanciones aplicadas al país, que sufrirá una "recesión profunda" por la guerra con Ucrania, cuyo impacto supondrá una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento mundiales de la institución.
"El incumplimiento ('default') de Rusia ya no es un evento improbable", reconoció Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI durante un encuentro con la prense a propósito de la situación en Ucrania, donde explicó que "no es que Rusia no tenga dinero", sino que las sanciones aplicadas imposibilitan a Rusia usar este dinero.
"No voy a especular sobre lo que puede suceder o no, pero solo quiero decir que no hablemos más del incumplimiento de pago de Rusia como un evento improbable", añadió.
Asimismo, la economista búlgara indicó que en estos momentos el FMI no mantiene relaciones programáticas o políticas con Rusia y su oficina de Moscú no está operativa, añadiendo que el "régimen de sanciones sin precedentes" contra Rusia hace muy improbable su acceso a los derechos especiales de giro (DEG), lo que requiere la participación de intermediarios financieros, entidades financieras y la disposición de una parte.
Por otro lado, la directora del FMI advirtió de que las sanciones implementadas han provocado una contracción abrupta de la economía rusa, llevándola a una "profunda recesión" en la que la depreciación del rublo impulsa al alza la inflación y reduce sustancialmente el poder adquisitivo y el nivel de vida de la gran mayoría de la población rusa.
"Puedo decir categóricamente que la economía rusa está experimentando una fuerte contracción", aseguró Georgieva, para quien el factor clave a este respecto será la duración de la guerra y del régimen de sanciones a Rusia, así como si este régimen de sanciones puede o no profundizarse aún más con las exportaciones de energía de Rusia.
De este modo, Georgieva ha admitido que la profunda contracción de la economía de Rusia y los potenciales contagios significativos a otras economías vecinas tendrán un efecto probable en las perspectivas económicas mundiales, que el FMI actualizará el mes que viene, cuando las proyecciones de crecimiento serán revisadas "a la baja".
"Ocurrió lo impensable: tenemos una guerra en Europa", subrayó Georgieva, señalando que los efectos secundarios del conflicto para el resto del mundo se transmiten a través de precios más altos de las materias primas, así como de la reducción de ingresos reales debido a la inflación y del impacto en las condiciones financieras y la confianza empresarial.
Ayuda a Ucrania
El directorio ejecutivo del FMI aprobó este jueves un desembolso para Ucrania de 1.400 millones de dólares (1.280 millones de euros) en el marco de su Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) para ayudar al país a hacer frente a las necesidades urgentes de financiación y mitigar el impacto económico de la guerra.
"Por supuesto, estamos dispuestos a hacer más. A medida que evolucionen las condiciones en el país, haremos todo lo posible para estar a su servicio", declaró Georgieva.
En este sentido, explicó que el FMI está discutiendo con Ucrania qué puede ser más necesario como apoyo para asegurarse de que el funcionamiento de la economía ucraniana, el Banco Central, el Ministerio de Finanzas y las autoridades clave se adapten mejor a las circunstancias de la crisis actual.
"Estamos listos para proporcionar financiación adicional si fuera necesario", prometió Georgieva.