La inflación se disparó hasta el 9,8% anual en marzo, su tasa más alta en 37 años. Así lo indica el Instituto Nacional de Estadística (INE), que también recoge una subida del IPC de un 3% en marzo en relación al mes anterior y elevó de golpe su tasa interanual más de dos puntos.
Por su parte, el IPC interanual encadena su decimoquinta tasa positiva consecutiva, según los datos avanzados publicados este miércoles. Con todo, los datos definitivos sobre el alza de los precios no se conocerán hasta entrado el mes de abril.
Según Estadística, el aumento del índice se debe al repunte de los precios de la electricidad, los carburantes y los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayores en marzo de este año que en igual mes de 2021.
También incorpora una estimación de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que aumentó en marzo cuatro décimas, hasta el 3,4%, su valor más alto desde septiembre de 2008.
Además, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 9,8%, más de dos puntos por encima de la de febrero. Mientras que el indicador adelantado del IPCA avanzó un 3,9% en tasa mensual.
Fuentes de Economía han explicado que un 73% de este alza se debe al impacto de la invasión de Ucrania sobre los precios de la energía y los alimentos no elaborados. Por eso es urgente desplegar el Plan Nacional de respuesta adoptado ayer, que "permitirá revertir esta tendencia alcista, frenar el aumento de costes a empresas y familias e iniciar a corto plazo la reducción de la inflación hasta niveles más moderados", sostienen.
De hecho, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, alertó este martes de que los efectos de la guerra en Ucrania van a suponer "un incremento adicional de las tensiones inflacionistas". La clave es que el conflicto está generando "una especie de shock energético". Y eso se nota en el precio de la luz.
El gobernador afirmó que la guerra afecta a la economía a través de varios canales. Entre ellos ha citado el de las materias primas, ámbito en el que tanto Rusia como Ucrania son productores, especialmente de materias primas energéticas, de las cuales además Europa es "muy dependiente".
"Esa mayor dependencia genera un incremento de precios que afecta negativamente a la economía", explicó, aunque la economía europea es muy dependiente, "la española no es de las más dependientes".