¿Cuánto va a costar a Rusia la guerra de Ucrania? ¿Cómo impactará la nueva geopolítica en la geoeconomía? Los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirman que el conflicto bélico devastará la economía ucraniana durante "muchos años", las sanciones internacionales serán un duro golpe para Moscú y China seguirá acortando distancias con Estados Unidos en su carrera por convertirse la primera potencia económica mundial.
Aunque la pérdida de vidas siempre es la parte más dolorosa de cualquier conflicto bélico, el World Economic Outlook (WEO) que se presentó este martes en Washington aporta cifras interesantes sobre cuál será el impacto de esta invasión que se inició el 24 de febrero de 2022, un momento en el que la economía global estaba pendiente de la variante ómicron para seguir avanzando en la recuperación del shock que había supuesto la pandemia.
Cuando pasan más de 50 días desde la primera bomba, el FMI estima que Ucrania perderá este año el 35% de su PIB, esto es, más de 47.500 millones de euros. Sin embargo, los daños económicos a medio y largo plazo superarán con creces esa cifra.
"Incluso si la guerra terminara pronto, la pérdida de vidas, la destrucción del capital físico y la huida de ciudadanos impedirán gravemente la actividad económica durante muchos años", afirma el FMI tras reconocer la dificultad que tiene hacer predicciones exactas en medio de una guerra.
Para Rusia, el impacto económico de la guerra será menor, pero no por ello pequeño. El FMI pronostica que las sanciones de Occidente y el coste militar se llevarán por delante un 8,1% del PIB ruso este año y otro 2,3% en 2023, caída que representa más del 10% de la economía. Si a esto se resta la estimación previa anterior para su crecimiento en 2022, el efecto va más allá, ya que se ha revisado en 15,7 puntos a la baja la previsión para el PIB ruso en un momento en el que tenía que recuperarse del golpe sufrido por la pandemia.
El coste en términos de riqueza se acercaría en dos años a los 135.500 millones de euros, esto es perder uno de cada 10 euros que genera el país.
Los ciudadanos rusos notarán esta pérdida de riqueza. El desempleo casi se multiplicará por dos y la tasa de paro alcanzará el 9,3% este año, para bajar al 7,8% el que viene. Además, la escalada de los precios ahogará las economías domésticas, puesto que alcanzará el 21,3%, siempre según las estimaciones incorporadas en el WEO que están sujetas a la máxima cautela por la incertidumbre sobre cuánto durará la guerra.
El WEO certifica que el aislamiento internacional está haciendo daño a la economía rusa con medidas como la expulsión de algunos bancos del sistema de pagos SWIFT o los planes anunciados por grandes consumidores para desvincularse de la energía rusa, en especial de la Unión Europea.
Además, subraya cómo "la pérdida de confianza de los inversores provocará una caída significativa de la inversión y el consumo privados" en Rusia que solo podrá ser "parcialmente compensada" por el gasto fiscal que haga el Gobierno.
Prueba de los efectos de esa pérdida de confianza, es que pese a las medidas anunciadas en los últimos dos meses por el banco central ruso para tratar de paliar los daños sufridos, el rublo ha caído cerca del 60% frente a los niveles previos a la invasión. También los diferenciales de la deuda soberana emitida por Moscú han aumentado más de 2.500 puntos básicos y las Bolsas han sufrido con el cierre temporal. A esto se suma la salida de muchas industrias potentes de Rusia en sectores como la aviación, las finanzas, el software o la agricultura.
Esta pérdida de riqueza salpicará a otras economías fuertemente conectadas con Rusia y Ucrania, como Bielorrusia y muchos Países Bálticos. Pero también tendrá un impacto en la economía global, ya que el FMI recortó este martes su previsión de crecimiento para el conjunto del planeta al 3,5% (un 0,8% menos de lo esperado en enero) en 2022.
China frente a EEUU
Esta guerra y la pandemia han acelerado una batalla por la hegemonía mundial que desde hace décadas mantenían Estados Unidos y China, un pulso en el que la primera potencia mundial contaba con clara ventaja antes de la pandemia.
Sin embargo, las revisiones a la baja que ha venido ajustando el FMI en los últimos meses afectan con más dureza a Estados Unidos que al gigante asiático.
Según el WEO, China crecerá un 4,4% este año y otro 5,1% el próximo, dato muy por encima de la evolución de la economía mundial. Esto supone un recorte del 0,5 frente a las previsiones que se publicaron el pasado enero y una rebaja del 1,4 si se toman como referencia las anunciadas el pasado octubre.
En el caso de Estados Unidos, el crecimiento será en 2022 del 3,7% y en 2023 del 2,3%, por debajo de la media mundial. Pero el recorte es del 0,6% frente a enero y alcanza el 2,5% desde octubre.
Estos datos se han publicado después de que este lunes la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) anunciara que la economía de China creció en el primer trimestre del año un 4,8% interanual. Un dato que sorprendió a los analistas debido a que el país sigue estando afectado por confinamientos para hacer frente a las nuevas olas de la Covid-19 y a que la guerra de Ucrania también está impactando en las economías de Asia.
Pekín se ha marcado el objetivo de crecer en 2022 un 5,5%. Sería su avance económico más bajo en tres décadas, pero a la vista de las previsiones del FMI sería todo un logro conseguir esa meta. Si logra acercarse, será un nuevo revés para Washington que tiene que conseguir impulsar su economía en un momento en el que la Reserva Federal está retirando estímulos y subiendo tipos de interés para combatir la inflación que se ha agravado, precisamente, con esta guerra.