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Economía

Alimentos en máximos de 28 años y la subida de la gasolina y los hoteles confirman que el IPC subió en mayo un 8,7%

La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) escala al  4,9%, su nivel más elevado desde octubre de 1995.

10 junio, 2022 09:37

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El Índice de Precios al Consumo (IPC) vuelve a subir en mayo, tal y como señalaba el indicador adelantado. La inflación cierra el mes en el 8,7% debido al encarecimiento de las gasolinas, los alimentos y los servicios de alojamiento. En total, cuatro décimas más que en abril, lo que deja entrever las dificultades que va a haber para poner coto a la subida de los precios. 

Si se analiza la evolución de los distintos productos, destaca la subida de la categoría de otros aceites combustibles (95,4%) donde está el aceite de girasol. También se encarecen un 45,4% los hoteles, y el aceite de oliva sube un 36,5%. Las gasolinas, que están marcando récords en los monolitos, se encarecieron un 23,5%; mientras que el gasóleo registró un alza del 33%. 

En el caso de la alimentación, como categoría general, vemos que la subida respecto al año pasado en mayo alcanza el 11%. Supone la mayor en los últimos 26 años. La energía ha repuntado un 36,5%, aunque la electricidad ha tenido un peso menor en la evolución de la inflación en el mes de mayo. 

En el último año, la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua se han encarecido un 32,1%; los aceites y grasas han elevado sus precios un 44,7%; los huevos son un 25,3% más caros; y el transporte personal cuesta un 15,3% más por el mayor coste de los carburantes. Además, muchos alimentos registran subidas de dos dígitos en sus precios, como la leche (+16,5%) y cereales (+16,3%).

Si se analiza la evolución de la inflación subyacente, que no incluye los precios de alimentos no elaborados ni productos energéticos, escala al 4,9%, su nivel más elevado desde octubre de 1995.

Su evolución es preocupante dado que refleja cómo, poco a poco, la subida de los precios se va trasladando al resto de la economía. De hecho, se puede comprobar cómo lleva subiendo desde el mes de septiembre de 2021 de forma ininterrumpida. 

La subyacente lleva un decalaje de 3 o 4 meses respecto al índice general. Esto es lo que hace que se pueda prever que quedan aún meses de subidas de precios generalizadas. 

Efectos de la guerra

Estos datos denotan cómo la subida de precios se está convirtiendo en el principal problema del Gobierno. De hecho, todavía no ha podido aplicar el destope del gas (aprobado este jueves en el Congreso), que debería reducir hasta un punto de IPC en los próximos meses.

Desde el Ejecutivo insisten en que las medidas adoptadas hasta ahora en respuesta a guerra en Ucrania han reducido la inflación entre dos y tres puntos porcentuales en el curso de este año 2022, según aseguró la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

La vicepresidenta reconoció que la guerra contra Ucrania "está teniendo ya importantes efectos económicos y sociales" en toda la Unión Europea. En el caso de España, apuntó que el impacto más importante "se da en el ámbito de los precios".

Vista la incertidumbre que aún se mantiene por la guerra y el efecto en los precios, el Gobierno ya anunció su intención de prorrogar las medidas puestas en marcha que, según Calviño, "están siendo muy eficaces" para contener el alza de precios.

Estanflación

Por su parte, el Banco Mundial advirtió que la economía global se encamina a una estanflación similar a la de los años 70. En su último informe de Perspectivas económicas mundiales aseguró que, en los últimos meses, los daños que había provocado la pandemia de la Covid-19 se han agravado.

La economía global se enfrenta a un reto sin precedentes no visto en las últimas décadas. La guerra de Ucrania ha incrementado el riesgo de que el mundo tenga que afrontar años de crecimiento débil y aumento de precios. Es decir, un período de estanflación. Una situación que puede tener "consecuencias dañinas" para las rentas más bajas.