Desde que empezó la crisis económica en 2008, el número de españoles que abandonaba el país para labrar su futuro laboral en otros lugares no ha hecho más que crecer. Y la opción de regresar, aunque cada vez más popular, sigue estando obstaculizada por la ausencia de un plan nacional y unificado de retorno.

Cabe recordar que, en 2011, la agudización de los efectos de la crisis elevó la cantidad de emigrados hasta niveles de mediados de la década de los años 70 del siglo XX, en pleno éxodo rural.

No obstante, la cifra de personas que emprenden el viaje de vuelta lleva en ascenso desde 2013, a pesar de una breve caída del dato en 2018, según detalla el portal de estadísticas alemán Statista. 

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Los expertos recuerdan que los proyectos de retorno tienen lugar especialmente en momentos determinados. Por ello, una vez pasados estos puntos concretos (el fin de una estancia de movilidad universitaria, por ejemplo), el retorno cada vez tiene menos probabilidades de suceder.

Entre los motivos aducidos para no volver, tanto por quienes desean como quienes no desean hacerlo en algún momento, se encuentran la situación de desempleo, la económica y las peores perspectivas de futuro en España comparadas con el país de residencia.

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A las razones económicas se unen las dificultades prácticas para regresar que afrontan quienes ya han decidido volver.

Diego Ruiz del Árbol es fundador y director ejecutivo de Volvemos.org, una empresa pionera formada en 2016 por emigrantes retornados que se dedica a facilitar este proceso. Desde sus inicios, han ayudado a 3.000 personas a retornar a España.

Medidas exitosas

Según Ruiz del Árbol, las ayudas a empresas por contratar trabajadores que vuelvan de un ciclo profesional en el extranjero no es una de las medidas más útiles para fomentar el regreso. En cambio, señala que el asesoramiento, acompañamiento y comprensión son las herramientas que más precisan las personas que contactan con Volvemos.org.

A conclusiones similares llega el informe ‘Marxar per tornar’, publicado por la Generalitat de Cataluña en 2016 sobre las experiencias de profesionales catalanes que habían vuelto de estancias de distinta duración en Londres. 

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El documento señala que los entrevistados daban gran importancia al “choque cultural inverso”: a su regreso de Inglaterra, donde la mayoría había pasado varios años, los jóvenes se encontraban con un entorno completamente diferente que les resultaba ajeno y difícil de navegar.

Esto era particularmente marcado en la vida profesional. Varios trabajadores explicaban que la cultura empresarial y laboral era distinta, lo cual dificultaba la transición. Además, los entrevistados señalaban que carecían de una red de contactos laborales en Cataluña, de modo que tenían que “empezar de cero”.

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Los planes institucionales que existen, todos ellos gestionados por las comunidades autónomas, aplican medidas destinadas a paliar estos problemas. 

Así, por ejemplo, el Plan Aragón Retorno Joven del Instituto Aragonés de la Juventud incluye asesorías, convenios con empresas, y ayudas de hasta 3.000 euros para afrontar gastos de desplazamiento, entre otros. Desde su puesta en marcha en 2018, ha ayudado a regresar a 349 aragoneses menores de 35 años.

Plan nacional

Precisamente, una de las críticas más repetidas sobre cómo gestionar el retorno de aquellos que desean volver es la falta de un plan nacional unificado que se dedique a esta problemática, sí bien sí existe una ‘Guía del Retorno’ elaborada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. 

Los gobiernos regionales tienen también sugerencias para complementar a nivel estatal las medidas que ellos llevan a cabo. Por ejemplo, Antonio Rodríguez Miranda, Secretario de Emigración de la Xunta de Galicia, señala que fomentar el retorno resulta complicado por la dificultad de homologar títulos obtenidos en el extranjero.

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El secretario añade que también son necesarias “políticas de vivienda destinadas a familias españolas retornadas, poner en marcha iniciativas específicas de apoyo a la integración laboral de los retornados y revisar y corregir la fiscalidad tanto de estas personas como de los emigrantes”.

Un intento reciente de unificar esfuerzos a nivel estatal fue la aprobación en 2022 del ‘Plan de atracción y retención de talento científico e innovador a España’, del Ministerio de Ciencia. Los cálculos del Ministerio es que las medidas detalladas en el plan, agrupadas en tres ejes y uno transversal, estén en funcionamiento pleno a finales de 2023.

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Su ámbito de actuación, los profesionales del sector científico, es de innegable importancia. Además, se trata de uno de los sectores que presenta mayores brechas en la remuneración extranjera frente a la nacional.

No obstante, desde Volvemos.org recuerdan que los científicos son sólo uno de los múltiples grupos profesionales que forman parte de la emigración española. 

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De hecho, los datos de la compañía fundada por Ruiz del Árbol, indican que este perfil profesional supone apenas el 0.5% de las personas que se ponen en contacto con ellos.

Así, los actores implicados insisten en que continúa siendo de gran relevancia el desarrollo de un plan nacional que aune todos los esfuerzos por fomentar el regreso de los profesionales españoles en el extranjero.

Quienes regresan

Desde Volvemos.org señalan dos perfiles recurrentes entre las personas que emprenden el viaje de vuelta. El primero se trata de un profesional de unos 35 años de edad, que dejó España durante la crisis económica de 2008, y, tras un ciclo vital y profesional en el extrajero, desea volver y trabajar en nuestro país.

No parece que haya ningún sesgo de actividad económica para este tipo de persona, que incluye a trabajadores desde el sector sanitario hasta el marketing. Esta categoría era la predominante antes de la pandemia, pero ahora comparte protagonismo con otro perfil.

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Este segundo perfil incluiría a profesionales que emprenden el regreso a España sin abandonar sus puestos de trabajo en otros países, y utilizando la modalidad de teletrabajo que tanto se ha popularizado a raíz de la Covid-19.

Ruiz del Árbol incide en que la pandemia ha supuesto un punto de inflexión en la cantidad de personas que requieren sus servicios.

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El director ejecutivo de Volvemos.org compara el fenómeno con la “Gran Dimisión” que el coronavirus está provocando desde 2020 en Estados Unidos, y que se está viendo replicada en otras partes del mundo. El término hace referencia al aumento sin precedentes en el número de trabajadores que han abandonado sus puestos de trabajo desde el principio de la pandemia.

La explicación más frecuente es que las cuarentenas, el aislamiento social y las restricciones de movilidad han llevado a una reordenación en las prioridades de un gran número de personas.

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En el caso que nos ocupa, Ruiz del Árbol explica que muchos españoles en el extranjero han adelantado el momento de la vuelta, tras concluir que “nunca iba a darse un momento perfecto para regresar”.