Las familias españolas no volverán a consumir como lo hacían antes de la pandemia al menos hasta 2024, según coinciden en afirmar Funcas, el Consejo General de Economistas y BBVA Research.
La inflación, la moderación salarial, el encarecimiento de las hipotecas y el coste de la energía harán que el consumo de los hogares salga de este bache -al que algunos llaman ya 'crisis'- más tarde que el PIB.
A pesar de que los servicios de estudio y organismos oficiales han ido revisando a la baja las previsiones de crecimiento para la economía española este año y el próximo, lo cierto es que todavía es posible que se cumpla el objetivo del Gobierno de recuperar el PIB previo a la pandemia a cierre de 2023. Esto es, antes de las elecciones generales.
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Sin embargo, el consumo de los hogares seguirá en 'crisis' cuando los ciudadanos acudan a las urnas. BBVA Research no espera que se recupere hasta 2024, Funcas no descarta que haya que esperar incluso a 2025 y el Consejo General de Economistas evita fijar una fecha, pero no ve posible que esa recuperación se produzca antes de 2024.
Son muchos los frentes abiertos que están golpeando el poder adquisitivo de los españoles, pese a que en la Seguridad Social se han registrado cifras récord de ocupados. Y lo peor -desde el confinamiento- parece estar por llegar. Los economistas esperan que en otoño la situación empeore para el bolsillo familiar.
Un otoño difícil
"Se espera todavía un ligero crecimiento del consumo en el tercer trimestre (+0,5%, frente a más del 3% en el segundo), gracias al ahorro acumulado durante la pandemia. Pero a partir del otoño la tendencia será negativa por la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación y las incertidumbres acerca del rumbo de la economía", explica a este periódico el director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres.
Esto hará que la caída del consumo -que en un primer momento se acotó a 2020 en las previsiones económicas- se extienda durante un lustro en España.
"El consumo de los hogares será el componente de la demanda interna que más lentamente se recupere en esta crisis: mientras que el PIB podría regresar a niveles de 2019 durante la segunda parte de 2023, se tendría que esperar a 2024 para que el consumo de los hogares lo hiciera", afirma el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso.
En estos momentos, el consumo privado es todavía un 5% inferior al anterior a la pandemia. Funcas es aún más pesimista y considera que "esa brecha no se cerrará antes de 2024 o 2025".
Desde el Consejo General de Economistas (CGE), la previsión tampoco invita al optimismo.
"Nos espera una ralentización muy fuerte del consumo en otoño y como mínimo, en el primer semestre del año. España se va a ver muy afectada por el endurecimiento de la política monetaria. La mayor parte de las hipotecas españolas son a tipo variable. A esto se suma la inflación en el 10,4% y la subyacente ya en el 6,4%. Esto corroe la capacidad adquisitiva de las familias", señala el presidente de la Comisión Financiera del CGE, Antonio Pedraza.
El ahorro que los hogares acumularon en los meses de confinamiento es un colchón para superar este trance. El problema es que, como advierte el Banco de España, ese ahorro está repartido de manera desigual.
Fueron las familias mejor situadas y con un mayor nivel de renta las que más ahorraron. Y la inflación golpea con más fuerza a las rentas bajas. Por ello, es conocida entre los economistas como el "impuesto a los pobres".
Funcas estima que la tasa de ahorro de los hogares bajará este año hasta el 7,6%, un valor con el que volverá a situarse próximo a la media histórica.
"Esto es casi cuatro puntos menos que en 2021, lo que equivale a una inyección de cerca de 30.000 millones de euros en gasto en consumo", explica Torres.
Sin embargo, como puntualiza Cardoso, el "exceso" de ahorro no es consuelo para los hogares con menos ingresos, que son los que están destinando una mayor proporción de su renta al consumo de la energía.
Pacto de rentas
En este contexto, Pedraza afirma que sería fundamental alcanzar un pacto de rentas para que una subida de los salarios no dispare aún más la inflación.
Desde el CGE también se pide al Gobierno un cambio en la política económica para hacer frente a los difíciles meses que están por venir.
"Vamos muy atrasados frente al resto de Europa en la recuperación. Ahora tenemos un diferencial positivo, que es el turismo, porque está menos gripado que la industria. Pero es difícil que lo podamos aprovechar para igualarnos frente a nuestros socios europeos con la actual política de gasto público del Gobierno", advierte Pedraza.