Los salarios reales (esto es, descontando el efecto de la inflación) caerán en España al doble del ritmo que lo que lo harán en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según ha informado la entidad multilateral este viernes en un informe.
En concreto, los salarios reales de los españoles caerán un 4,4% durante el presente año, mientras que en el conjunto de la OCDE el descenso será de algo más del 2%.
"Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios al consumo en España siguen subiendo a niveles máximos históricos", recoge el informe de la OCDE.
El organismo ha destacado que la tasa de paro de España esté ya por debajo de sus niveles precrisis, aunque ha criticado que todavía está en un nivel "estructuralmente alto".
"La entrada al mercado laboral [permanece] difícil para los jóvenes", ha criticado la entidad, recordando que su tasa de paro es 1,5 superior a la registrada antes de la crisis. Esto se debe en gran parte a las pérdidas de empleo en segmentos de servicios de bajos ingresos, como la hostelería, el comercio minorista o el transporte.
Un aspecto relevante del informe presentado este viernes, aunque hace referencia a la OCDE en general, es el conocido como 'monopsonio', el término que describe la situación en la que las empresas tienen un poder "unilateral" a la hora de fijar sueldos y lo usan para deprimir los salarios y el empleo a niveles por debajo de los que existirían en un mercado competitivo.
"Los empleadores en mercados laborales monopsónicos probablemente deprimen el empleo y pagan salarios más bajos para lograr mayores beneficios", ha destacado la OCDE.
En este sentido, el organismo ha recomendado que los reguladores deberían prestar atención a las consecuencias para los trabajadores a la hora de examinar propuestas de fusiones y adquisiciones. La entidad con sede en París también ha recomendado promover la negociación colectiva.
"Los salarios mínimos también se pueden usar para atajar los efectos negativos del monopsonio y la concentración. Bajo el monopsonio, los salarios mínimos, si se sitúan en un nivel razonable, bajan el coste marginal de contratar al nivel más bajo de la distribución salarial", ha explicado. En este sentido, un salario mínimo podría elevar el empleo y los sueldos en mercados con esta característica, teniendo un impacto mínimo en el paro.