La mayor economía europea está sufriendo su dependencia energética de Rusia y su récord de inflación lo evidencia. En concreto, la inflación interanual en Alemania se disparó en septiembre hasta el 10,0 %, lo que la sitúa en el nivel más alto de los últimos 70 años.
Esta evolución se debe principalmente al alza de precios de la energía, que escaló a un 43,9 % en relación con el año anterior, según los datos avanzados este jueves por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
En agosto, la tasa interanual se había situado en el 7,9 %, después de que en los dos últimos meses se hubiera registrado incluso una ligera ralentización: en julio fue del 7,5 % y en junio del 7,6 %, mientras que en mayo había sido del 7,9 %.
Respecto al mes anterior, el índice de precios al consumo (IPC) subió un 1,9 %, de acuerdo a estas estimaciones, basadas en datos de varios "Länder"(estados federados) y a la espera de las cifras definitivas que Destatis publicará el 13 de octubre.
Cabe resaltar que la difusión de estos datos coincide con la presentación del informe de otoño de los principales institutos económicos del país, según el cual "la crisis del gas lastra el desarrollo de la economía y que alertan de que en 2023 la primera economía europea no podrá escapar de la recesión".
Aumento de los precios energéticos
De hecho, los institutos contemplan un drástico aumento de los precios de la energía, alzas en los costos de la producción que llevan también a subidas en otros productos y a niveles de inflación que no se veían desde la década de los setenta.
De esta forma, los nuevos pronósticos suponen una revisión a la baja respecto a los presentados en la pasada primavera, cuando se contaba con una recuperación tras la crisis global precipitada por la pandemia.
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Además, estiman que el crecimiento del producto interior bruto se situará este año en el 1,4 %, mientras que seis meses atrás calculaban que se alcanzaría el 2,7 %. Para 2023 calculan una contracción del 0,4 %, frente al crecimiento del 3,1 % que estimaban aún en primavera.