La recesión que espera a Alemania en los próximos meses podría ser más larga y dura de lo calculado hasta ahora. Así lo cree Goldman Sachs, que acaba de publicar un informe en el que por primera vez se habla de cuatro trimestres seguidos de contracción económica en la locomotora del euro, es decir, de un año entero.
Doce meses en los que la economía alemana sufriría una caída del 1,1% en un escenario que el banco de inversión considera que es susceptible de empeorar. Si se llegara a una situación de racionamiento energético, la caída del PIB alemán en 2023 alcanzaría el 2,8%.
Son datos preocupantes porque contienen el impacto que va a tener en la economía el paquete de apoyo fiscal valorado en 200.000 millones de euros que puso en marcha el Gobierno de Olaf Scholz para hacer frente a la crisis energética.
A pesar de estas ayudas, Goldman espera que los consumidores alemanes sigan recortando su consumo en un contexto de alta inflación en el que las familias se están empobreciendo y en el que la industria muestra "signos de debilitamiento", pese a haber aguantado el verano con más fortaleza de lo esperado.
En septiembre, la inflación alemana escaló al 10,9%, su nivel más alto en los últimos 70 años, situándose ya por encima de la de países como España y de la media de la zona euro.
El país afronta, así, en una situación de altos precios con crecimiento negativo, un escenario muy temido por los economistas. Hace poco más de una semana el Gobierno alemán advirtió de que su economía se encaminaba a una recesión, con una caída del PIB del 0,4% en 2023.
Es un dato más próximo a la caída que también este mes ha estimado el FMI para la economía alemana en su informe de otoño, donde recogió una contracción del PIB en 2023 del 0,3%.
Impacto en España
Una severa contracción de la economía alemana en 2023 podría ser la puntilla para la economía española. Son ya dos los servicios de estudios que en los últimos días han anticipado una recesión técnica, aunque en este caso "corta" y poco profunda para la economía española este invierno.
BBVA Research prevé que esa contracción se inicie ya en el último trimestre de este año y que el PIB español crezca un 1% en 2023. Mientras, Funcas rebaja ese crecimiento al 0,7% el próximo año tras señalar la misma recesión técnica.
En ambos casos, son previsiones de débil crecimiento, pero algo mejores a las hechas por Goldman Sachs, que acota el avance del PIB el próximo año al 0,6%.
Por su parte, otros organismos, como el Banco de España, no han hablado de "recesión" en sus proyecciones macroeconómicas, pero este organismo tampoco ha querido hacer pública su estimación económica del cuarto trimestre del año, lo que muestra que abre la puerta a esta posibilidad.
En un momento en el que la economía española está sufriendo por daños exógenos -como la crisis energética-, lo que ocurra en Ucrania y en la zona euro es determinante para la recuperación.
De hecho, en su informe de revisión a la baja del PIB, Funcas recordó que "la industria de los países más dependientes del gas ruso, como Alemania e Italia, se enfrenta a un corte del suministro que casi con total seguridad originará una recesión, con efectos negativos para las exportaciones españolas".
Solidaridad europea
Ayudar a Alemania a afrontar el corte de suministro de gas ruso es en este momento una prioridad para la Comisión Europea. De hecho, los economistas de Goldman recuerdan en su informe que la solidaridad de los socios europeos está siendo un hecho y pone como ejemplo los envíos de gas de Francia a Alemania.
Precisamente, este jueves, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente español, Pedro Sánchez, acordaron construir un "corredor verde" entre Barcelona y Marsella que sustituya al Midcat pero que sirva para enviar gas al norte de Europa y aprovechar, así, la capacidad regasificadora de España.
Sin embargo, Alemania es uno de los 'halcones' que ha llegado con más reticencias al Consejo Europeo de esta semana para acordar soluciones energéticas, entre las que figura establecer un tope al gas.
Si la recesión en Alemania es más dura de lo anticipado, se complicará la hoja de ruta del Banco Central Europeo de subir tipos para combatir la inflación. No obstante, en este momento la preferencia del Bundesbank es clara: contener la escalada de los precios es más prioritario que aupar la economía tras años de estímulos en Europa.
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