La economía española se frena, pero también la escalada de la inflación. El INE ha confirmado el estancamiento económico del que venían advirtiendo distintos organismos públicos y privados. España creció en el tercer trimestre un pírrico 0,2%, según el dato avanzado en la Contabilidad Nacional del organismo estadístico.
Este dato de PIB es un jarro de agua fría después de que en el segundo trimestre del año se registrara un crecimiento mayor de lo esperado (1,5%). En un primer momento, se esperaba que con el apoyo del turismo fuera posible una recuperación más sostenida, pero los datos que se fueron conociendo poco a poco de la evolución del verano ya anticipaban este estancamiento.
Con todo, todavía es posible que en términos interanuales el PIB acabe experimentando un avance de alrededor del 4% en 2022. En los datos anualizados, las complicaciones se notarán a partir de 2023, cuando hay organismos que solo prevén un avance del PIB del 0,7% en el año tras una recesión "corta".
[¿Se puede estar en crisis con un crecimiento del 4%?]
La noticia positiva la ha dado el IPC que se ha moderado en octubre, según el dato avanzado, hasta el 7,3% gracias a la bajada de los precios de la luz y en menor medida del gas. No obstante, el llamado "efecto base" también es relevante en esta contención de la subida, ya que las comparativas se hacen con meses en los que la inflación ya estaba disparada en España en 2021.
El avance de la Contabilidad Nacional da nuevos argumentos a los organismos que anticipan el incio de una recesión corta -dos trimestres en negativo- en España. Ese semestre en negativo sería el que comprende los últimos meses de 2022 y los tres primeros de 2023.
No obstante, el dato del PIB no ha sido una sorpresa. De hecho, hace unos días, un directivo del INE avanzó que el crecimiento del tercer trimestre sería próximo al 0%.
[El INE anticipa que el crecimiento del tercer trimestre será "en torno a cero"]
Con un crecimiento del 0,2% y una inflación del 7,3% se puede hablar en España de "estanflación", que se produce cuando el PIB no crece y el IPC permanece en niveles altos. De hecho, la inflación subyacente no ha variado y se mantiene en el 6,2%, de acuerdo con el avance hecho público este viernes.
No obstante, congelar la economía es uno de los objetivos del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación tras una década de estímulos, acentuada por las ayudas para la pandemia. Si se cumple el pronóstico del banco central, lo más probable es que toda la zona euro registre una recesión en 2023 de la que España no será ajena.
Los datos de la evolución intertrimestral del PIB reflejan una caída del consumo de las empresas que registró un dato negativo del -0,2%, mientras que el consumo de los hogares se redujo una décima frente al trimestre anterior -hasta el 1,1% a pesar de las vacaciones-. Ha sido el consumo público el que ha permitido tirar de la economía con un avance del 0,6% en estos meses frente a los tres anteriores.
También las exportaciones evolucionaron de manera positiva en la foto que hace la comparativa anual, pero en términos intertrimestrales registran un frenazo -al crecer un 1,3%, frente al 4,9% anterior-.