La desigualdad entre hombres y mujeres sigue estando entre las principales preocupaciones de la sociedad, gobiernos e instituciones. En los últimos años, en España, se han dado pasos importantes en ese sentido, sobre todo en ámbitos esenciales como el laboral. De hecho, los primeros planes de igualdad ya fueron definidos en la Ley Orgánica 3/2007, pero no tuvieron ese carácter obligatorio hasta 15 años después con la entrada en vigor del Real Decreto 901/2020, que impone la obligación a las empresas de más de 50 trabajadores de contar con un Plan de Igualdad. Afortunadamente, y más allá de la normativa, la concienciación ya había calado sobre todo en grandes empresas (de más de 250 trabajadores) que, para transmitir esa imagen de transparencia y apoyo a las mujeres, iban trabajando por su lado en políticas por la igualdad.



El salario y los puestos de responsabilidad, donde las mujeres tradicionalmente solían brillar por su ausencia, están en el punto de mira. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al 2021, el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administración de las empresas que forman parte del Ibex-35 fue del 30,7%, tres puntos por encima del porcentaje del año anterior y subiendo desde el 2012. Si fijamos la vista en la presencia de mujeres en puestos de presidencia de empresas, mientras que el dato es casi anecdótico (no llega al 6%), el porcentaje de Consejeras se ha duplicado en los últimos nueve años y el de directivas se situó en 2021 en el 19,66%, dos puntos por encima que en el ejercicio del 2020.

Con este escenario, el pasado 16 de febrero se firmó el III Plan de Igualdad 2022-2025 del Banco Sabadell, que abarca medidas y acciones para integrar ese principio de igualdad en la empresa: contra las conductas discriminatorias por razón de género, la igualdad de trato y oportunidades (priorizando al sexo menos representado en los procesos de selección y promoción), facilitar la corresponsabilidad y la conciliación, una presencia equilibrada entre hombres y mujeres en todos los niveles profesionales así como prevenir y penalizar el acoso laboral, sexual y/o por razón de sexo. Banco Sabadell puede presumir de ser el primero en el sector bancario que se adapta a los nuevos requerimientos legales en materia de Igualdad.

Pioneros en el sector bancario

De hecho, la firma del plan del Banco el pasado 16 de febrero, fue suscrita por el 100% de la representación legal de las personas trabajadoras de la compañía. Y, después de comprometerse y cumplir con alcanzar el 40% de representatividad femenina en los mandos intermedios y un 30% en cuanto a directivas, entre otras cosas, ahora el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha reconocido una vez más la labor en este sentido de Sabadell con la renovación del Distintivo de Igualdad de la Empresa.

Este reconocimiento destaca la tendencia continua de mejora en la presencia de mujeres en puestos directivos y en el Consejo de Administración. Asimismo, se considera el mantenimiento de procedimientos de gestión de personal que garantizan la ausencia de discriminación y las numerosas medidas para fomentar y facilitar la flexibilidad y la conciliación, la variedad de información y recursos disponibles en su  Portal de Igualdad, la formación obligatoria para personal con equipos a su cargo, y las actuaciones de responsabilidad social en materia de igualdad, entre otras medidas. Y es que, en el III Plan de Igualdad de Sabadell ya figuraban todos estos puntos así como anexos con un protocolo de prevención del acoso laboral, sexual y por razón de género así como una guía de lenguaje inclusivo.



A estos logros ahora se unen otras acciones fundamentales del Banco respecto a la presencia de mujeres en el comité de dirección con el nombramiento de Sonia Quibus, Directora de Personas. Gracias a este paso, se ha incrementado en 5 puntos porcentuales la cuota de mujeres en la compañía y se sitúa en un 18,2% actualmente, acercándose a la media de las empresas del Ibex-35 (19,66%).



Pasos como estos que está dando Banco Sabadell en materia de política de empresas resultan claves para lograr que la brecha de género vaya disminuyendo con miras a que nuestras generaciones futuras puedan vivir en una sociedad donde la igualdad total sea una realidad.