La economía española creció un 5,5% en 2022 a pesar de que el año se despidió con un claro frenazo de la actividad, según el avance de la Contabilidad Nacional que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el cuarto trimestre del año, el PIB avanzó un pírrico 0,2%, es decir, despidió el ejercicio prácticamente estancado.
Con estos datos -que son provisionales y por tanto, podrían variar en futuras revisiones- se constata la debilidad de la economía española que ya era posible vaticinar tras las cifras de la Encuesta de la Población Activa (EPA) que se publicaron el jueves. El empleo no es ajeno a este contexto económico y el mercado laboral también se estancó en el último trimestre de 2022 con un ligero avance de la tasa de paro hasta el 12,87%. Todo ello con una inflación todavía alta, del 5,7% en diciembre.
Pese a que el crecimiento del conjunto del año es superior al que habían vaticinado muchos organismos, no fue suficiente para recuperar el PIB previo a la pandemia, una meta superada ya por los países de nuestro entorno, pero que en el caso español podría retrasarse hasta finales de 2023 -sin que se descarte que sea en 2024-. Todo dependerá de cómo evolucione la actividad en los próximos meses.
La fotografía de la economía que hace el INE muestra cómo es el sector público el que sostuvo el crecimiento económico en la recta final del año. El consumo de los hogares registró un dato negativo (-1,8%) a pesar de la campaña de Navidad. Algo que confirmaría que las familias están comprando menos por los altos precios que ha traído el escenario de inflación. Mientras, el consumo final de las empresas fue del 0,7% y el de las Administraciones públicas del 1,9%.
Esto explicaría el dato negativo (-0,6%) registrado en el comercio, el transporte y la hostelería en el último trimestre del año, el de las cenas de empresa y eventos familiares. Algo que también padecieron las actividades artísticas y recreativas con una caída del 7%.
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En una foto más global, el crecimiento que experimentó el PIB en el conjunto del ejercicio fue gracias al impulso económico del segundo trimestre del año. Después, la temporada de verano no permitió consolidar esa tendencia a pesar de que el turismo extranjero se recuperó con buenas cifras y en Navidad, ese enfriamiento económico se enquistó en un contexto de debilidad económica en toda la zona euro.
El INE ha revisado los datos trimestrales publicados en los últimos meses. Con la nueva estimación, la economía española inició el año estancada en el 0%, después creció un 2,2% y el frenazo llegó en el verano, con un avance del PIB del 0,2% en los dos últimos trimestres. Exceptuando el periodo de enero-marzo, en el resto de los trimestres el INE ha revisado ligeramente al alza su cálculo.
El deflactor implícito del PIB (que mide la variación de los precios en el PIB) también sigue aumentando fruto de la inflación. En el último trimestre de 2022 aumentó un 5,2% frente al año anterior y siete décimas frente a los tres meses anteriores.
Por último, el empleo en horas trabajadas no dio buenas noticias con una variación intertrimestral del -0,1%, algo que no sorprende tras los datos de la EPA publicados esta semana. Sin embargo, los costes laborales unitarios crecieron un 3,2%.
Con todo esto, el Ministerio de Asuntos Económicos ha valorado con optimismo los datos de crecimiento económico al subrayar que "España prácticamente ha recuperado el nivel de PIB previo a la pandemia" y destacar que el dato oficial de hoy es superior a la previsión del Gobierno y de los principales organismos nacionales e internacionales.