Tanto los españoles con mayores ingresos como los que tienen menos se benefician de las mismas prestaciones sociales o ayudas estatales en muchas ocasiones. Y ello pese a que los primeros disponen de más medios económicos que los segundos.

Los ejemplos más claros y recientes de esa falta de eficiencia distributiva de ciertas ayudas estatales se encuentran en las medidas aprobadas por el Gobierno desde finales de 2021 para hacer frente a la crisis energética y la elevada inflación.

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Este sería el caso, por ejemplo, de la rebaja del IVA de los alimentos. Es la última medida adoptada por el Gobierno de Pedro Sánchez para paliar el impacto de la subida de precios en la cesta de la compra. Se rebaja el IVA al 0% en productos básicos y se baja del 10% al 5% el de las pastas y el aceite de oliva.

La medida es considerada regresiva dado que se aplica al 100% de los consumidores con independencia de la renta que tengan. 

Lo mismo sucede con otra de las iniciativas estrella del Gobierno: la gratuidad del transporte público de Cercanías y la reducción del coste del transporte público (medida también impulsada por comunidades autónomas y ayuntamientos). 

Tampoco prima el criterio de renta en el caso de la rebaja del IVA de la electricidad y del gas. En julio de 2021, el IVA de la luz se rebajó del 21% al 5%, descuento que se extendió hasta diciembre de 2023. El IVA del gas se redujo del 21% al 5% desde octubre de 2022 hasta diciembre de 2023. De estas medidas se están beneficiando tanto las rentas altas como las bajas.

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La rebaja del IVA de la electricidad y del gas, explicó el Banco de España en un informe publicado el mes pasado, sería la medida en la que una mayor proporción de su coste presupuestario beneficia a los hogares de renta baja, que en términos relativos a su gasto total se ven más beneficiados que los de renta alta.

No es el caso de la polémica bonificación al precio de los carburantes.  Esta medida destacó por su falta de focalización en los hogares más vulnerables, apuntó el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos.

Menos para las rentas bajas

Solo una pequeña parte de su coste presupuestario se dedicó a los hogares de renta baja, los cuales, a diferencia de las otras dos medidas, también se ven menos beneficiados en términos relativos a su gasto total.

En concreto, el Banco de España calculó que las rentas más altas se ahorraron 3.600 millones de euros con esa ayuda, un 75% más que las rentas bajas. 

"Incluso las medidas que afectan a bienes consumidos en mayor proporción por hogares de renta baja, como los alimentos y la electricidad", advirtió el Banco de España, "benefician en términos absolutos a los hogares de mayor renta cuyo consumo total es más elevado".

La inflación experimentada por el 30% de los hogares de menor renta habría sido de aproximadamente el 11,3%, frente a un 9,7% en el caso del 30% de los hogares de mayor renta, estimó Banco de España.

El bono cultural 

Otra de las medidas estrella de este Gobierno ha sido el bono cultural. Una ayuda directa de 400 euros para todos los jóvenes que cumplen 18 años. El objetivo es que suponga "una invitación para entrar en la edad adulta de la mano de la cultura". Por tanto, se benefician de ella todos aquellos que entran en la mayoría de edad sin distinción alguna. 

La misma situación en el caso del Impuesto de Bienes e Inmuebles, IBI. En este caso el cargo lo efectúan los ayuntamientos. Depende de la ciudad y de cada comunidad autónoma. En el caso de Madrid, por ejemplo, puede que el descuento llegue al 95%. Por tanto, daría lo mismo que una familia numerosa fuera la de Enrique Ossorio, la de Mónica García o la de un peón de construcción.   

Durante este curso 2023 también está vigente una ayuda al estudio universitario. Existe una beca básica de 300 euros, en la que no existe criterio de renta a la hora de percibirla. 

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) presentó en 2020 un informe en el que se detallaban ayudas estatales que tampoco eran eficientes desde el punto de vista distributivo.

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Por ejemplo, en la tributación conjunta en el IRPF, diseñado para adecuar el impuesto a la composición de rentas del hogar, la AIReF advirtió que el beneficio fiscal sí consigue su objetivo al beneficiar a los hogares que solo tienen un perceptor de rentas, pero genera un desincentivo a la participación laboral de las mujeres.

En el caso de la reducción por arrendamiento de viviendas en el IRPF, para fomentar la oferta de viviendas en alquiler, el organismo recomendó "reformular el incentivo reorientando su diseño para facilitar el acceso al alquiler a colectivos vulnerables".

La ausencia de diferenciación entre rentas ocurre también con los tipos reducidos de IVA, diseñados para facilitar el acceso a bienes y servicios de primera necesidad, pero no lo hacen de forma eficiente desde el punto de vista distributivo, destacó la Airef.

El organismo recomendaba, para no perjudicar a los hogares de rentas más bajas y evitar incrementar la desigualdad en la distribución de renta, "articular en paralelo
medidas de gasto dirigidas a los colectivos más vulnerables que garanticen un mejor acceso a dichos bienes".