La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) estima que la economía española crecerá un 1,5% este año, medio punto más respecto a la estimación anterior. Además, pronostica un crecimiento del 1,4% en 2024, cuatro décimas menos, según sus previsiones económicas para España 2021-2023 publicadas este lunes.
"El comportamiento 2023 será algo mejor de lo anticipado y en 2024 será algo peor", ha explicado el director general de Funcas, Carlos Ocaña, en rueda de prensa para presentar la actualización de las previsiones económicas para España para el periodo 2023-2024.
Ocaña ha explicado que en 2023 el comportamiento de la economía española será "desigual", con un primer semestre en el que se registrarán tasas de crecimiento más elevadas que en la segunda parte del año.
En concreto, Funcas ha anticipado un crecimiento intertrimestral del 0,4% en el primer trimestre, del 0,3% en el segundo trimestre, del 0,1% en el tercer trimestre y el año cerraría con un crecimiento nulo para después volverse a recuperar a inicios de 2024. Pese a esto, España conseguirá alcanzar los niveles de actividad económica previos a la pandemia a finales de este mismo ejercicio.
Entre los factores que están jugando a favor de la economía española este año destaca el mejor comportamiento de los precios energéticos, la plena normalización del turismo y el mejor ritmo de ejecución de los fondos europeos. "Todos estos factores van a impulsar la economía particularmente en la primera mitad del año", ha asegurado Ocaña.
Tensiones financieras
Por el contrario, en la segunda mitad del año otros factores menos favorables van a ir ganando más peso, como el efecto contractivo de la política monetaria y las tensiones financieras. "Eso dará lugar a que el comportamiento de la economía en esos dos últimos trimestres de 2023 sea menos dinámico", ha señalado Funcas.
En 2024 Funcas ha recortado sus previsiones debido a que se anticipa una ralentización de la demanda interna por estos elementos contractivos mencionados y debido a que la política fiscal del país ya no podrá ser tan expansiva ante la reactivación de las reglas fiscales europeas y en un contexto de subida de tipos de interés.
Según ha explicado el director de Coyuntura, Raymond Torres, la caída de los precios energéticos ayudará a moderar la inflación, aunque esta seguirá por encima del objetivo del BCE. El deflactor del consumo de las familias se incrementará un 4,3% este año y un 3,4% el próximo.
Por su parte, el deflactor del PIB --que mide la presión de los precios internos, es decir, descontando los costes importados-- subirá con más vigor, un 4,8% en 2023 y se frenará hasta el 3,2% en 2024.
[Los alimentos suben un 16,5% y la inflación se sitúa en el 3,3% en marzo]
Raymond Torres ha explicado que la reducción de IVA a determinados alimentos básicos --que entró en vigor a principios de este año-- está teniendo "poco impacto" en la inflación de los alimentos. "Pueden más otros factores, como por ejemplo el incremento de los costes de los fertilizantes que se registró el año pasado, de los piensos o de los precios pagados por los agricultores", ha señalado Torres.
Estos factores han borrado el impacto que podía tener el recorte de IVA en los alimentos en general, aunque puntualmente sí que ha podido tener un efecto, según ha señalado Torres.
En cualquier caso, desde Funcas han insistido en que medidas como la reducción de IVA solamente pueden tener efectos puntuales y no pueden quebrar una dinámica de precios. Además, han apuntado que al aplicarse al conjunto de consumidores y no a los más vulnerables están registrando un coste presupuestario alto en relación a su resultado final.
Creación de 200.000 empleos
El mercado laboral se mantendrá como uno de los principales factores de resistencia de la economía española. Pese a la desaceleración de la actividad, Funcas prevé la creación de cerca de 200.000 empleos netos este año (en términos equivalentes a tiempo completo) y de otros 170.000 en 2024. La tasa de paro bajará hasta el 11,9% en 2024, un nivel todavía elevado en comparación europea.
El plus de ingresos provocado por la inflación y los nuevos impuestos permitirán un descenso del déficit público. Pero el recorte será leve, hasta el 4,5% del PIB en 2023, por la ralentización de la economía, las medidas anti-inflación, la indiciación de las pensiones y las mayores cargas financieras por la subida de tipos. Para 2024 se espera que baje al 4,3%. Ese año la deuda pública se situará en torno al 110% del PIB.
La persistencia de un déficit público superior al 4% es una de las mayores amenazas para la economía española, en un contexto de retirada del apoyo del BCE en materia de tipos y de compra de deuda pública. Pero el riesgo más preocupante es una perturbación financiera más intensa de lo previsto, según avisan desde Funcas.
Bajo la hipótesis incorporada en esta previsión de una subida adicional de tipos de interés de 75 puntos básicos, los pagos por intereses de los hogares aumentarían en 16.000 millones de euros y los de las empresas no financieras, en 24.000 millones. Un encarecimiento de las cargas financieras más abrupto de lo anticipado aumentaría el riesgo de impago en los sectores más vulnerables, advierte Funcas.