Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, va perfilando lo que será el programa electoral de Sumar. Una serie de puntos en los que define su hoja de ruta para su proyecto de España durante los próximos años.
Una hoja de ruta que incluye diferentes puntos, que van desde propuestas económicas y sociales, y que afectan a diferentes ámbitos de la vida personal y laboral de los españoles. “Estamos en un cambio de época y hay que hablar de nuevas ideas y propuestas”, ha afirmado.
Propuestas, algunas de ellas, basadas en el estudio de una serie de expertos y que deben plasmarse en lo que ha venido a denominar como Ley de usos del tiempo. Una normativa que hará que los ciudadanos tengan “tiempo para vivir, para pensar, para aburrirse y hacer lo que nos guste”.
Más productividad
Parafraseando el sabio refranero popular que dice aquello de que ‘el tiempo es oro’, si se quiere tiempo para vivir habrá que dedicar menos tiempo a trabajar. De ahí que Yolanda Díaz apueste por una jornada laboral de cuatro días.
Eso sí, no de golpe y porrazo, sino de manera paulatina. Un primer tramo, en 2026, cuando la jornada laboral sería de 37,5 horas semanales para, ya en 2032, quedar en 32 horas. Es decir, cuatro días. Y es que, según Díaz, los actuales tiempos de trabajo se traducen en una “muy deficiente” productividad en España. Algo que hay que mejorar si el país quiere ser competitivo.
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"Tenemos menos productividad porque está demostrado que hay factores como extender la jornada y la dichosa presencialidad que no solo no mejoran la productividad, sino que la empeoran", ha afirmado la ministra. Por tanto, más teletrabajo porque, a diario, miles de trabajadores pierden horas y horas en ir y venir del trabajo. Horas perdidas para “vivir, para pensar…”.
Dicho informe, consciente de que no todos los trabajos son iguales, no aboga por que sea para todos al unísono. Habrá que tener en cuenta las especificidades de cada sector además de contar con los incentivos adecuados. ¿De qué tipo? No se especifican.
Mayor flexibilidad
Tempus fugit. La locución latina que se puede traducir como ‘el tiempo huye’, ‘el tiempo se fuga’, o ‘el tiempo vuela’ se ha convertido en una especie de ‘enemigo’ para Yolanda Díaz. Por eso, y para aprovechar mejor el tiempo, los expertos hablan de “compactación de las jornadas”.
Eso se traduce en acortar la jornada a la que se termina de trabajar, reducir las interrupciones en la jornada partida o reformar el horario nocturno para así no trabajar más de cinco noches seguidas. Medidas que se traducirán en “jornadas saludables, sostenibles y flexibles”. Fruto de todo ello, serían más productivas.
La idea es que, al ser sobre todo más flexibles, los trabajadores podrán decidir sobre su tiempo de trabajo. Es decir, si su puesto de trabajo se acomoda “a sus necesidades, y no a la inversa, todo va mejor”. Horarios a la carta, en resumen.
Más allá de aumentar la productividad, que sí queda claro en las propuestas de grupo de expertos, habría que preguntarse qué pasaría, por ejemplo, con el absentismo laboral. Conviene recordar que repuntó hasta el 6,1% en el último trimestre de 2022, cinco décimas más que en el tercer trimestre. Dicho de otra manera, cada día 1.243.229 personas no acudieron a su puesto de trabajo, tanto en su parte general como el absentismo producido por incapacidad temporal.
Otros horarios
Aunque las propuestas que formarán parte del programa de Sumar hablan en general, lo cierto es que también ponen ejemplos puntuales de cambios de horarios, sobre todo en el campo laboral y educativo, así como en los medios de comunicación.
En el caso concreto de las escuelas, apuestan por horarios “más saludables”. El fin no es otro que obtener mejor rendimiento académico a la par que “facilite la conciliación”. Todo porque España es el país de la OCDE con más horas lectivas. ¿Su propuesta? Que jóvenes y adolescentes arranquen sus clases más tarde. Y que las escuelas sigan el modelo de centros abiertos de Alemania y Portugal.
Respecto a los comercios, Europa vuelve a ser el espejo en el que mirarse. Allí, se cierra entre las cinco y las siete de la tarde. “Tenemos que compactar la pausa del medio día”, es su apuesta.
¿Y la tele? Si se trabaja menos horas, si los comercios cierran antes, antes estaremos en casa. Y antes podremos disfrutar del denominado como prime time. Es decir, los programas de más audiencia. Por tanto, proponen que dichos programas adelanten su horario de emisión “para mejorar el descanso de los trabajadores y los espectadores”.
Junto a ello, cambiar los horarios en la Administración, haciendo bueno el dicho de que hay que predicar con el ejemplo. De ahí que hablen de “humanizar los horarios de los cargos públicos”. Porque, ruedas de prensa a las 11 de la noche, no son compatibles con la España que quiere Yolanda Díaz para todos los trabajadores. Una administración pública donde habrá cuotas de participación de migrantes y refugiados, a la par que en empresas y organizaciones.
Por último, en esa España de Yolanda Díaz habrá un bono de emergencia para que las familias puedan costear la subida de las hipotecas a tipo variable. Y se creará un observatorio de márgenes empresariales que vincule los beneficios de las empresas a la revalorización salarial de sus empleados.
Parafraseando la famosa frase que Alfonso Guerra dijo en 1982, cuando el PSOE ganó por primera vez las elecciones generales, a la España de Yolanda Díaz “no la va a reconocer ni la madre que la parió”.