Si existe una inversión segura en el inmobiliario, son las oficinas. Y ahora más que nunca. El final del teletrabajo que impuso la pandemia les ha dado un nuevo empujón que hace que ostenten la mayor rentabilidad bruta de entre todas las opciones del ladrillo: ofrecen un 12,8%; es 1,6 puntos más que hace un año.

Es un dato que sobresale aún más si se tiene en cuenta que la inversión en alquiler residencial, también considerada muy segura, retrocedió en el último año en términos de rentabilidad bruta. A cierre del segundo trimestre, otorgaba un 7,1%, una décima menos, según datos de Idealista.

Y se observará aún más lo abultado de la rentabilidad de las oficinas que recoge este estudio -que relaciona los precios de venta y alquiler de distintos productos inmobiliarios- si se tiene en cuenta que triplica la que ofrece las letras del Tesoro, que a doce meses han superado ya el 3,8%.

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Si las letras llegaron a ser señaladas como atractivas alternativas al alquiler residencial por el nulo riesgo que suponían, parece que también las oficinas pueden competir en esa categoría. O al menos así lo refleja su crecimiento en los últimos doce meses.

En ese tiempo su rentabilidad ha tenido una mayor escalada que la experimentada por las otras opciones inmobiliarias: los locales, que aportan un 9,7% (cuatro décimas más que hace un año), y los garajes, con 7,2% (un punto más).

Fin del teletrabajo

La explicación para el ascenso de las oficinas está en el fin del teletrabajo masivo. El regreso de la presencialidad, y también la necesidad de incorporar más trabajadores a las oficinas, "ha sido un factor que ha añadido más presión a esa tensión entre oferta y demanda" y ha hecho mejorar la rentabilidad, explica a EL ESPAÑOL-Invertia Salvador Rivero Valdenebro, consejero delegado de Alquirelax.

Su análisis, que describe una situación vivida en el conjunto del país, lo ciñe a la situación de Sevilla, la capital donde las oficinas logran la mayor rentabilidad bruta de España: un 15,2%, según Idealista.

Le siguen Zaragoza (11,7%), y Almería (10,7%). En Barcelona la rentabilidad se sitúa en el 7,8%. Coruña, Salamanca, Badajoz y Madrid comparten un 6,9% en una lista en la que continúan Ourense (6,8%), Málaga (6,6%), Palma (6,5%), San Sebastián (6,3%), Santa Cruz de Tenerife (6,2%) y Bilbao (6%).

El mercado de oficinas es heterogéneo, pero de alguna forma en Sevilla han encontrado la clave del éxito para sacar el mayor partido a la inversión. Las oficinas hispalenses arrojan un precio medio del metro cuadrado de 933 euros, mientras el que alquiler está de media en 9,43 euros por metro cuadrado, según un análisis de Alquirelax.

El caso sevillano

Como en cualquier gran ciudad, los precios, la demanda y, por consiguiente, su rotación varía mucho entre las zonas prime, aquellas en barrios cercanos al centro y de nivel socioeconómico medio-alto, como pueden ser Nervión, Buhaira, La Palmera, Los Remedios y el Casco Histórico, muy demandados, y la periferia, con menos interés.

Lo que hace diferente al caso sevillano es el cambio en las oficinas experimentado en los últimos años, que le ha permitido pasar de tener "un exceso de oficinas" a maximizar su rentabilidad.

En Sevilla, a diferencia del resto de España, los propietarios de oficinas, grandes y pequeños, "hace años que entendieron la situación y han creado un producto más rentable", explica Rivero.

¿Qué pasó? La sobreoferta llevó a que los propietarios de grandes edificios de oficinas, situados tanto en el centro como en la periferia, cambiasen su uso a hoteles e incluso viviendas. Ya no le veían partido a la inversión.

Se redujo la oferta y quienes resistieron, además, cambiaron sus metros cuadrados. Transformaron oficinas de 300 metros cuadrados o más para responder a una demanda de mercado "que necesita oficinas más pequeñas, de módulos entre 50 y 100 metros cuadrados".

Con esas dimensiones era más sencillo encontrar opciones en el centro y, a su vez, poner precios de alquiler más elevados. Una tendencia que creen que se notará con mayor intensidad en los próximos tiempos.