Una señal con el mensaje 'Cámara Seca' durante unas tareas periódicas de mantenimiento del Canal de Panamá.

Una señal con el mensaje 'Cámara Seca' durante unas tareas periódicas de mantenimiento del Canal de Panamá. Reuters

Economía

Los problemas en los canales de Panamá o Suez ponen en jaque al comercio global y podrían agudizar su caída

El impacto del cambio climático en las infraestructuras marítimas se suma a la crisis económica o el proteccionismo como amenaza para el comercio.

26 agosto, 2023 02:45

El atasco registrado esta semana en el Canal de Panamá, con más de 130 buques en espera de tránsito por culpa de la sequía, ha supuesto un nuevo golpe al comercio mundial, que los expertos ya adelantan que podría provocar nuevos retrasos en las cadenas de suministros y subidas de precios.

Sin embargo, el Canal de Panamá no ha sido la única infraestructura marítima en la que se ha visto afectado el tráfico de buques esta semana. Los incendios registrados en Turquía obligaron a detener parcialmente el tráfico por el estrecho de los Dardanelos, mientras que un choque entre dos barcos detuvo la circulación en el Canal de Suez.

Estas incidencias se suman a la lista cada vez más larga de amenazas a las que se enfrenta el comercio mundial y que podrían provocar nuevas disrupciones en las cadenas de suministro, retrasos en las entregas y subidas de precios para empresas y consumidores.

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El cambio climático y sus consecuencias en formas de sequías o incendios, la desaceleración económica en varias regiones del mundo o el aumento del proteccionismo están provocando que, una vez superada la recuperación de la crisis provocada por la Covid-19, el comercio de mercancías lleve varios trimestres a la baja.

Así lo evidencia por ejemplo, la caída de las exportaciones y las importaciones entre los países del G20 en el segundo trimestre conocida esta misma semana. O el descenso del 1% del volumen del comercio de mercancías mundial en los tres primeros meses del año.

Canal de Panamá

Lo ocurrido esta semana en el Canal de Panamá era algo que ya esperaban los expertos. La fuerte sequía que sufre todo Centroamérica ha terminado por crear un cuello de botella en la circulación de buques por una infraestructura que es clave para el buen funcionamiento del comercio mundial. Y esto tendrá, sin duda, consecuencias económicas.

Así lo apunta José Manuel Corrales, economista y profesor de la Universidad Europea de Madrid, en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia. En su opinión, lo que está ocurriendo en el Canal de Panamá "evidentemente va a tener un impacto en la economía internacional, en la actividad del comercio global y también en los precios".

Vista general del Canal de Panamá.

Vista general del Canal de Panamá.

Y es que se trata de una infraestructura que acoge un tráfico valorado en casi 250.000 millones de euros y que conecta casi 2.000 puertos en 170 países. La propia Autoridad del Canal de Panamá ha reconocido que la actual sequía supone un desafío "que no tiene precedente histórico".

Para empezar, ya se ha elevado el tiempo medio de espera para que pasen los buques, de los 6-7 días de julio hasta los 10-11 días en agosto. Según Reuters, esta espera supera los 17 días para los buques de carga y los transportadores de gas licuado de petróleo, y es de casi 13 días para los petroleros. Sin embargo, un informe de Standard & Poor's agrega que se han llegado a alcanzar los 21 días.

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Esto está obligando a las empresas a buscar nuevas rutas o a asumir los costes derivados de estos retrasos. Y esto podría provocar a su vez nuevos problemas en las cadenas de suministros y subidas de precios en las mercancías para consumidores y empresas.

Corrales apunta que, pese a que esta situación impactará en toda la economía global, habrá un país se verá especialmente afectado: Estados Unidos. "En Europa, sus afecciones van a ser menores, pero sin lugar a dudas, en Estados Unidos y especialmente, en los precios y en la inflación puede tener efectos significativos, sobre todo si se alarga en el tiempo", advierte.

Infraestructuras marítimas

El incidente del Canal de Panamá no es el único que se ha vivido en los últimos días en algunas de las infraestructuras marítimas más importantes. Esta misma semana, un "ligero choque" entre un buque cisterna y un petrolero en el canal de Suez provocó la suspensión durante varias horas del tráfico. Se trata del séptimo incidente que se produce en esta vía marítima en lo que va de 2023. 

Asimismo, un incendio en la provincia de Çanakkale, en el oeste de Turquía, también obligó a las autoridades del país a suspender el pasado martes el tráfico marítimo de sur a norte por el estrecho de los Dardanelos, por el que pasan más de cien embarcaciones y buques al día.

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Sin embargo, estos incidentes no son algo nuevo. A finales de marzo de 2021 un barco portacontenedores de Evergreen quedó encallado en el Canal de Suez y detuvo el comercio internacional durante casi una semana en una vía por la que se estima pasa el 12% del comercio mundial.

Y a mediados de 2022 un aumento de las restricciones para hacer frente a nuevos brotes de la Covid-19 en China provocó una importante congestión de buques en las terminales del puerto de Shanghái, uno de los más importantes del mundo, poniendo de nuevo en riesgo las cadenas de suministro.

Cambio climático

El cambio climático se ha convertido en los últimos tiempos en una de las principales amenazas para el comercial mundial y su impacto se está notando tanto en los diversos incidentes ocurridos en las infraestructuras marítimas como en la propia producción de bienes.

"Estamos viendo como el cambio climático provoca efectos distorsionantes en el comercio global", incide Corrales, quien afirma que los efectos de la sequía en concreto y del cambio climático en general "ya están percibiéndose de una manera clara en la cadena de suministros" y está provocando "enormes impactos económicos".

Un persona camina sobre tierra afectada por la sequía.

Un persona camina sobre tierra afectada por la sequía. EFE

Por ejemplo, Corrales apunta también que los incendios en Canadá han provocado "una enorme afección", así como los ocurridos recientemente en Hawái o en España, en la isla de Tenerife, que van a tener "consecuencias económicas y sociales evidentes".

La propia Organización Mundial del Comercio (OMC) indica en su último informe anual que el cambio climático está cambiando las perspectivas económicas y comerciales de los países y advierte de que supone "una gran amenaza para el crecimiento y la prosperidad futuros".

"Las temperaturas más altas, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes traen consigo la posibilidad de pérdidas de productividad, escasez de producción, daños a la infraestructura de transporte e interrupciones en el suministro", alerta.

Ante esta situación, Corrales remarca que son necesarios "sólidos marcos regulatorios" y acciones para frenar este cambio climático, así como "un cumplimiento y una ejecución veraz de los compromisos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se plantean en la Agenda 2030".

Caída del comercio mundial

El cambio climático se suma así a la serie de acontecimientos que, según la OMC, "han golpeado a la economía mundial y han hecho perder impulso al comercio mundial", cuyo crecimiento disminuyó en 2022 y ha seguido siendo bajo a principios de 2023. Entre ellos, menciona la Covid, la guerra en Ucrania, la inflación, el endurecimiento de la política monetaria o una situación generalizada de sobreendeudamiento.  

"Hay muchos riesgos de deterioro, desde las tensiones geopolíticas hasta una posible inestabilidad financiera, que ensombrecen las perspectivas a medio plazo del comercio y de la producción en general", avisa la organización. A ello, se suma el aumento del proteccionismo por parte de algunas grandes economías, que para el Fondo Monetario Internacional (FMI) supone otra importante amenaza para el comercio.

Los últimos datos de la OMC recogen que el comercio mundial de mercancías cayó un 1% en el primer trimestre de 2023, agravando una desaceleración que comenzó a finales de 2022. Sólo el sector del automóvil parece estar aguantando en un momento en el que los pedidos de exportación son "escasos".

Asimismo, los datos publicados esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran que el comercio de mercancías en los países que forman el G20 se contrajo en el segundo trimestre, como reflejo de la debilitada demanda mundial y la disminución de los precios de las materias primas, en particular la energía.

En concreto, las exportaciones cayeron un 3%, lo que supone su tercer descenso en los últimos cuatro trimestres, mientras que las importaciones se redujeron por cuarto trimestre consecutivo tras caer un 2% en el periodo comprendido entre abril y junio.