"La pregunta ya no es si tendrá lugar El Niño, sino qué debemos hacer para mitigar su impacto", zanja la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Lo dice en un informe publicado este mes en el que advierte: el fenómeno, asociado con sequía, altas temperaturas e inundaciones, pone en alerta hasta entrado 2024 a cultivos en Asia y Latinoamérica, proveedores mundiales de materias primas agrícolas que pueden, como consecuencia, encarecerse en Europa.
Arroz, maíz, café, patata, quinoa, cacao, azúcar, ganado... Sus productores temen ya el impacto de El Niño, que ocurre entre cada dos y siete años y suele durar de nueve a 12 meses.
Un tiempo en el que puede causar grandes estragos. El último El Niño, registrado en 2015 y 2016, afectó de forma severa a 60 millones de personas y provocó que 23 países pidieran asistencia humanitaria internacional por valor de 5.000 millones de dólares, recuerda la FAO, que ya se prepara para lo que venga.
La única duda es qué intensidad tendrá esta vez. La Organización Meteorológica Mundial espera que el episodio "al menos sea de intensidad moderada".
Por ahora, la FAO ha elaborado un plan con acciones preventivas y respuestas tempranas que requerirán 89 millones de dólares para dar apoyo inmediato a los más vulnerables y afectados durante este segundo semestre.
Cultivos en el punto de mira
El plan prioriza acciones en 25 países del este y sur de África, Asia y América Latina, estudiando entre otros aspectos qué cultivos pueden verse afectados por la sequía que El Niño suele provocar en estas áreas geográficas.
Algunas de esas zonas son principales productores globales de materias primas agrícolas. En Asia, se espera que la potencial sequía que llegue a Camboya, Filipinas, Vietnam o Timor Oriental deje pérdidas en arroz, maíz y diferentes legumbres.
La reducción de los cultivos provocada por El Niño suele llevar a un encarecimiento de los precios de los alimentos. En la región y a escala global, remacha la FAO en su informe. Ya puede verse con el azúcar, una materia prima disparada esta primavera en los mercados por, entre otros motivos, el temor de la India a El Niño.
El país asiático, el otro gran productor internacional junto a Brasil, ha decidido limitar sus exportaciones hasta el primer semestre de 2024. Teme que sus cultivos mermen tanto que no consiga autoabastecerse, dado que también es uno de los grandes consumidores mundiales. Los precios se tensan, en consecuencia, sobre un producto que en España se ha disparado un 44% en un año.
También se teme el impacto en América Latina. Cultivos clave como el maíz, la patata, la quinoa y el ganado de Bolivia, afectados por menos pastos y agua, sufrirán retrasos y pérdidas.
En Colombia, unos 3,8 millones de hectáreas están "bajo fuerte amenaza de sequía inducida por El Niño", y en Ecuador se ha identificado riesgo alto o muy alto de inundaciones en 36 de sus 221 cantones. Las pérdidas potenciales de cultivos y ganado se estiman en 136 millones de dólares.
También se espera menor cantidad de cultivos en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
En Perú, se estiman daños en el ganado, y en Venezuela, la pérdida parcial o total de cultivos en La Guajira, Zulia y Falcón, afectando sobre todo a pequeños granjeros. Las consecuencias llegarán al ganado vacuno, ovino, caprino.
Arroz, trigo, azúcar y cacao más caros
Todos estos impactos se trasladarán a los mercados de materias primas, lo que a su vez determinará qué pasa con la cesta de la compra.
Aneeka Gupta, directora de análisis macroeconómico en WisdomTree, remarca que si el fenómeno se intensifica, "podría ser un importante catalizador de las subidas de precios del cacao, el aceite de soja, el azúcar y los cereales", estos últimos afectados ya por el impacto de la guerra en Ucrania, uno de los principales exportadores.
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También porque la demanda se ha incrementado teniendo en cuenta el golpe de la sequía en Europa. Es el caso de España, que tiene el 80% del campo afectado, con pérdidas irreversibles en más de 5 millones de hectáreas de cereal. Tal ha sido el impacto que las indemnizaciones del seguro agrario calculadas por sequía han batido los récords: 400 millones este año.
Así que llueve sobre mojado en el caso del cereal; o seca sobre sequía. Por el contrario, señala Gupta, El Niño podría implicar bajadas en los precios del algodón y el café.
Son conclusiones que surgen tras analizar qué pasó con los precios de las materias primas agrícolas en los últimos 11 episodios de El Niño. En ocho de ellos, el trigo, el aceite de soja y el cacao cotizaron al alza una media del 14%, 6% y 16%, respectivamente, seis meses después del inicio de El Niño.
La analista subraya que esta previsible subida del aceite de soja llega además en un momento en que la escalada de ataques entre Rusia y Ucrania "también está suscitando preocupación por el suministro de aceites comestibles de la región del Mar Negro".
"Es probable que la escalada de las tensiones y el bloqueo de las rutas marítimas del Mar Negro agraven la situación mundial del suministro de aceite comestible y cereales", apunta.
Es el mismo motivo por el que los precios internacionales del aceite de girasol han repuntado un 15% en julio. Las oleaginosas también han sufrido considerablemente este año.
Y no acaba aquí la preocupación. También es razonable esperar dificultades en los precios del arroz, porque las incidencias climáticas explicadas anteriormente van a cebarse con productores arroceros asiáticos, los grandes proveedores mundiales.
El Gobierno de Tailandia ha pedido a los agricultores que limiten su plantación a un solo cultivo este año, y el país prohibió las exportaciones de arroz blanco no basmati, lo que tensionó los precios del arroz.
Por si no fuera suficiente, su padecimiento provoca un efecto colateral: puede repercutir en otros productos básicos de sustitución, como el trigo.