Se esperaba con gran expectación, también con bastante ansiedad, que los últimos meses dejaran lluvias que aliviaran el campo español en uno de los peores años que se recuerdan, pero, al final, para el litoral mediterráneo las malas noticias llegan hasta el final de 2023.
Las zonas de España donde se concentran frutales, la producción de hortalizas, y hasta la cuna del aguacate y el mango español vuelven a apretar los dientes por la escasez de precipitaciones en unos meses que sí han sido abundantes para la otra mitad del país: Galicia, Castilla y León, parte de Castilla-La Mancha y hasta Extremadura.
El mapa de España queda así partido en dos por la falta de agua, que este año deja una reducción notoria en las cosechas emblema de nuestro país: los cereales, cuya producción se desplomó un 40%; el olivar, que tendrá una campaña un 34% por debajo de la media, y el vino, que registra este año una cosecha un 15 % inferior a la del año pasado.
Pero el otoño no ha dado tregua a la parte mediterránea. Ha llegado incluso a ser "extremadamente seco" en puntos de Cataluña y en zonas de Málaga, señala un resumen estadístico del Ministerio de Agricultura.
En el Levante, mitad oriental de Aragón, Castilla-La Mancha, Andalucía y parte del archipiélago canario ha sido "seco"; incluso "muy seco" en la isla de Lanzarote.
Teniendo en cuenta la sequía prolongada que padece el 13,5% del territorio español, esta situación "acentúa el empeoramiento del este peninsular, particularmente en Cataluña y en el Júcar". Además, el informe subraya que, si bien las lluvias de octubre y noviembre han mejorado la situación del Duero y han sido importantes en zonas del Ebro y del Guadiana, no son "suficientes para mejorías relevantes en sus zonas más afectadas".
Por su parte, en el Guadalquivir y en las cuencas internas andaluzas "no se ha producido apenas esta mejoría, y en las cuencas internas de Cataluña el problema se sigue agravando pues los dos primeros meses del año hidrológico han vuelto a ser extremadamente secos".
Este carácter seco también hace que las demarcaciones del Júcar y especialmente del Segura "empeoren en sus escenarios de escasez".
Cultivos afectados
La falta de agua impacta en zonas claves para los frutales, que se concentran especialmente en Cataluña y Aragón, para la huerta que se reparte entre Alicante, Murcia y Almería especialmente, aunque también en las zonas del Bajo Guadalquivir.
Arroz, zanahorias, tomate para industria, brócoli o coliflor han dejado de sembrarse este año o se han reducido considerablemente en la cuenca del Guadalquivir. Que siga sin llegar el agua supone un nuevo golpe para otros productos de la huerta que en el último año ya han visto dispararse sus precios en un contexto de sequía.
Por citar algunos ejemplos, el pepino se ha encarecido en origen un 62%; ahora el kilo cuesta 0,8 euros. La cebolla ha subido un 23%, hasta los 0,4 euros el kilo y, aunque todos los tipos de tomates han subido, ninguno destaca tanto como el de racimo: se ha disparado un 133% en el último año (ahora está en 1,4 euros el kilo).
También ha sido especialmente llamativa la escalada de la coliflor: un 120% más cara en un año, hasta costar ahora en origen 1,15 euros el kilo.
Mención aparte para el aguacate, que tiene el 77% de sus cultivos en Andalucía, especialmente en la Axarquía malagueña. A las puertas del otoño, el sector preveía una caída en torno al 60 % del aguacate durante la campaña 2022/2023 y del 80% para el mango por la sequía.
Que el otoño haya sido especialmente seco en esta zona implica que la tierra no ha tenido alivio y, por tanto, que el 2024 arranque aún en tensión.
636 millones en ayudas directas
Todo esta situación ha generado diversos impactos económicos. Está por un lado el encarecimiento de precios ya descrito, y por otro el paquete de ayudas puesto en marcha por el Gobierno para dar una respuesta al sector agrario y ganadero.
El más importante es el activado a través de un Real Decreto-ley presentado en mayo que incluía ayudas directas por importe de 636,7 millones (355 millones para los sectores ganaderos cárnico y lechero; 276,7 millones para la agricultura, y 5 millones para la apicultura).
A este montante se suman los 81 millones asignados por la Comisión Europea del fondo de reserva de crisis, conseguidos a petición de España junto a Francia y Portugal y apoyado por el resto de Estados miembros. El MAPA ha activado los mecanismos para el pago de estas ayudas, que podrán efectuarse en octubre.
Este real decreto incluía también la ampliación en 40,8 millones de las subvenciones a la contratación de seguros agrarios, que se sitúa ya en 358 millones.
Además, se amplió en 20 millones la dotación de la línea ICO-MAPA-SAECA para facilitar el acceso a la financiación en condiciones favorables a los sectores agrario y pesquero. Igualmente, se amplió en 3 millones la línea de ayuda a la financiación de avales de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (SAECA).
El decreto de sequía contemplaba también medidas fiscales, como la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles a las explotaciones agrarias que sufran en este ejercicio una pérdida del rendimiento bruto de al menos el 20%.