La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha negado este jueves haber propuesto limitar los salarios de los grandes directivos. Lo que hizo, dice ahora, es "una reflexión" sobre unas nóminas que son "abusivas" y la brecha que existe con lo que cobran sus trabajadores.
"Lo que he hecho es una reflexión sobre la distancia, la diferencia, que hay entre los salarios de los trabajadores y los grandes dirigentes del Ibex 35", ha dicho en una entrevista en Telecinco. La vicepresidenta segunda asegura que "son datos públicos del año 22, en los que se puede ver que hay una distancia de 54 veces".
De este modo, Yolanda Díaz trata de zanjar una polémica que ha enervado a la patronal CEOE y que ha podría afectar a cerca de 74.000 directivos en nuestro país. "Sencillamente he dicho que esos salarios eran excesivos y que en España se estaba ensanchando esa distancia. No he hablado de limitarlos", ha asegurado Díaz.
Sobre la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de un 5% acordada con los sindicatos para 2024 con el rechazo de las patronales, la vicepresidenta ha indicado que la CEOE sí se sentó a negociar, pero que luego no quiso firmar ningún acuerdo.
"Creo que Garamendi se ha equivocado, no quiso acordar y creo que han perjudicado los intereses que legítimamente representa la CEOE. Tiene que defender los intereses de las empresas y no hacer política partidaria", ha subrayado Díaz.
Reducción de la jornada laboral
Por otro lado, y en relación con la mesa de diálogo social que aborda la reducción de la jornada laboral semanal y que comienza hoy sus trabajos, la ministra ha reiterado que se trata de garantizar a los trabajadores un "mínimo legal" en el Estatuto de los Trabajadores para que puedan defender sus derechos.
"Es la garantía para que un sindicalista pueda defender a sus trabajadores o para que, sencillamente, un trabajador se vaya a un despacho de abogados si le están incumpliendo la jornada laboral y emprenda acciones", ha indicado.
Díaz ha denunciado que, aunque se ha logrado reducirlas a la mitad, España es un país que hace "multiplicidad de horas extras, muchísimas, y muchas de ellas vulnerando la legislación", pues ni se compensan con descanso ni tampoco se retribuyen.