La crisis en O.Medio se cuela en el retrovisor del 'agro', que remonta tras años de sequía y costes disparados
Un informe de CaixaBank Research constata que el sector primario empieza a dejar atrás su 'via crucis': este año habrá más cereal y aceite de oliva.
2 octubre, 2024 14:01La crisis desatada en Oriente Medio es, por el eventual impacto que podría tener sobre los precios de la energía, un nuevo elemento "a vigilar" por el sector primario español, muy sensible ante el encarecimiento de los costes energéticos.
Así lo advierten este miércoles especialistas de CaixaBank Research, que han presentado un informe en el que se constata que, por fin, el 'agro' está remontando tras dos difíciles años marcados por la sequía y, precisamente, un acusado encarecimiento de los costes.
En ese último apartado se ubican fertilizantes, semillas y energía, que se disparó en 2022, justamente por el impacto que tuvo sobre el precio de los combustibles la invasión rusa de Ucrania. Es un aspecto que se ha ido moderando: en 2023 el coste de la energía para el agro se desplomó un 30% sobre el año precedente, arranque del conflicto bélico.
El peso de estos costes para el sector primario, que ascendieron a 2.484 millones de euros, es menor que el de otros gastos para los agricultores, que gastaron ese año mucho más en piensos (18.070 millones de euros), pero cualquier variación deja a la cadena expuesta porque el combustible es imprescindible para la actividad.
"Es un sector muy sensible a los costes energéticos", han admitido los especialistas del CaixaBank Research, que han sido muy cautos. El precio del petróleo subió este martes hasta un 5% intradía tras el ataque con misiles de Irán a Israel, pero ahora están "más contenidos".
Intuir qué va a pasar es complicado, sostienen, pero en todo caso habrá que vigilar, sobre todo teniendo en cuenta que actualmente, y sin impacto directo por la tensión en Oriente Medio, los costes agrícolas continúan un 30% por encima de lo normal.
Remontada 'agro'
Todo en un momento en el que se comienza por fin a ver la ansiada remontada en el campo español, lastrado en los últimos dos años por la sequía y los elevados costes de producción.
En el primer semestre, el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector primario ha crecido un 7,6% interanual, más del doble que el PIB general de la economía española, remarca el informe, que constata la recuperación de los cereales de invierno, que se situarán en un nivel algo superior al promedio de las últimas cinco temporadas, y del aceite de oliva, cuyos aforos están a punto de divulgarse.
No obstante, advierte que la producción de algunos cultivos "sigue lastrada por unas condiciones hidrológicas adversas". Actualmente el 12% del territorio está en situación de sequía prolongada, frente al 45% que lo estaba hace justo dos años.
Influyen como condicionantes otros retos pendientes, como la falta de mano de obra, impacto del cambio climático, o la adaptación a nuevas exigencias regulatorias que "limitan su capacidad de crecimiento de forma más estructural".
Por su parte, la industria alimentaria también comienza a reactivarse. La producción industrial creció un 1,9% interanual en la primera mitad de 2024, de nuevo gracias a la moderación en el crecimiento de los costes de producción.
Potencia exportadora
Como en efecto dominó, la mejora de la producción agraria en el primer semestre de este año ha llevado a que las exportaciones agroalimentarias hayan vuelto a crecer en volumen, (un 3% interanual), tras dos años consecutivos de retrocesos, y en valor de forma más acusada. Han crecido casi un 6% en el primer semestre, gracias al alza en los precios que han venido registrando la mayoría de los productos agroalimentarios en los mercados internacionales.
El informe de CaixaBank Research pone el foco en el intenso repunte que han sufrido los precios de los alimentos en España en 2022 y 2023, de tal manera que acumulan un incremento del 30,7% desde diciembre de 2019, situándose casi 13 puntos por encima de la media del IPC.
De cara a los próximos trimestres, se prevé que el descenso de los precios de las materias primas agrícolas y de la energía en los mercados internacionales ayude a contener los costes de producción agrarios "y, con ello, que sigan moderándose las presiones inflacionistas sobre los alimentos". Si no llegan sobresaltos de Oriente Medio.