Una hamburguesa vegana.

Una hamburguesa vegana. Europa Press

Economía

¿Hamburguesa vegana?: la industria cárnica y pesquera pide un diccionario legal para evitar la competencia desleal

9 octubre, 2024 02:30

Ni hamburguesa vegana, ni nuggets de pollo veganos, ni atún vegano. Las grandes asociaciones que aglutinan a la industria de la proteína animal en nuestro país, Anfaco-Cecopesca, Anice, Avianza y Cedecarne dan el golpe definitivo sobre la mesa: exigen que se defina de forma "urgente" qué es cada cosa para acabar con la "pillería vegana" que, denuncian, se traduce en competencia desleal. 

¿Cómo? Quieren que se legisle de forma "urgente" para definir exactamente qué es una hamburguesa, qué es un pollo y qué es el atún. Dicho de otra manera: que los productos veganos no puedan recurrir a términos que consideran son exclusivos de los alimentos basados en proteína animal

Es un asunto que les llevó a unirse en febrero en la alianza "#CadaCosaPorSuNombre", pero aseguran que acaban de obtener el respaldo definitivo a su tesis gracias al TJUE, que resolvió el pasado viernes una cuestión prejudicial con bastante miga en Francia y que guarda repercusiones para nuestro país.

El Gobierno galo había aprobado un decreto que prohíbe que para designar productos transformados que contienen proteínas vegetales se utilicen denominaciones como "bistec" o "salchicha", aunque luego se especifique "vegetal" o "de soja". Y ante la petición de anulación de dicho decreto por parte de varias entidades vegetarianas, el Consejo de Estado francés elevó consulta al TJUE.

¿La respuesta del tribunal? Salvo que se adopte una denominación jurídica, los Estados miembros no pueden prohibir la utilización de términos tradicionalmente asociados a los productos de origen animal para designar un producto que contiene proteínas vegetales. 

Definiciones

Es decir, si no está definido jurídicamente qué es un bistec o una salchicha, los Estados miembros no pueden impedir que los productores de alimentos a base de proteínas vegetales utilicen "denominaciones habituales" o "denominaciones descriptivas" como bistec o salchicha. 

Para las industrias españoles de proteína vegetal este pronunciamiento es una oportunidad. "España puede hacer esto: legislar. Nosotros tenemos unos listados de denominaciones de fresco y congelado y ahora toca legislar. Con eso se generarían denominaciones jurídicas y se evitaría que otros pusieran en sus definiciones descriptivas 'pollo vegano", sostiene a este periódico Roberto Carlos Baptista de Sousa, secretario general de Anfaco y portavoz de la alianza "#CadaCosaPorSuNombre".

Asegura Baptista de Sousa que no están en contra de los productos veganos, sino de la competencia "desleal" y la "pillería" que supone venderse como atún vegano o utilizando cualquier referencia a alimentos que provienen de animales.

"Queremos una competencia leal y una conciencia de lo que es cada cosa", insiste. Y espera que sea más pronto que tarde, teniendo en cuenta el rápido crecimiento del mercado vegano.

Mercado en auge

El consumo de estos productos se ha disparado un 48% en los últimos dos años en nuestro país, que es ya el cuarto mercado europeo de alimentos de origen vegetal, con unas ventas cercanas a los 500 millones de euros entre 2020 y 2022. 

Son datos recogidos en la encuesta paneuropea "Apetito en evolución: Investigación integral sobre la aceptación de la alimentación basada en plantas" publicada el año pasado por ProVeg, una organización para la conciencia alimentaria, bajo el proyecto Smart Protein de la UE y con financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.

"No es un mercado residual", subrayan las industrias. La alianza "#CadaCosaPorSuNombre" mantuvo este lunes una conversación con el Ministerio de Agricultura para trasladar su "interpretación de la sentencia del TJUE" e insistir en la petición de legislación.

"Sabemos que el Ministerio está sensibilizado, ellos lo que quieren es defender al consumidor", apostillan. Les piden ahora que dé un paso al frente para empezar a elaborar esa suerte de "diccionario" de alimentos y que dé a las comunidades autónomas las "herramientas necesarias para perseguir los etiquetados que puedan confundir al consumidor".

Publicidad engañosa

La petición que elevan ahora estas industrias es diferente a la iniciativa registrada en septiembre por el PSOE en el Congreso para luchar contra la publicidad engañosa de determinados productos veganos o vegetarianos que se venden como cárnicos.

Aquella iniciativa, presentada como proposición no de ley para ser debatida en la Comisión de Agricultura, que citaba el ya mencionado caso francés, alertaba del riesgo de "inducir a error a los consumidores acerca de la verdadera naturaleza y composición de los productos" al presentar formas y nombres similares a los productos cárnicos.

Pero el TJUE también ha aclarado esto. Una cosa es que no esté definido jurídicamente qué es una hamburguesa -lo que permite usar el nombre- y otra que se induzca a engaño sobre lo que se va a consumir.

En este último caso, indica que si una autoridad nacional estima que las condiciones específicas de venta o de promoción de un alimento inducen a engaño al consumidor, podrá actuar contra el operador del sector alimentario en cuestión.