El polémico acuerdo UE-Mercosur llega al G20 como 'salvación' frente a los temidos aranceles agro de Trump
- Desbloquear el pacto se vuelve urgente para la UE, camino además de afrontar una factura récord por importaciones agroalimentarias.
- Más información: Así podría afectar la victoria de Trump a España: se avecinan cambios en materia económica
Los líderes de la Unión Europea han aterrizado en Brasil conscientes de que, además de la alianza contra el hambre y la pobreza y un eventual impuesto global a las grandes fortunas -objetivos oficiales de la cita- es urgente que se ocupen de otra tarea: desbloquear de una vez el acuerdo de libre comercio con el Mercosur.
El pacto, alcanzado en 2019 tras dos décadas de negociaciones, no se ha firmado todavía por la reticencia de varios países europeos liderados por Francia, donde la presión de los agricultores y ganaderos que temen verse arrollados por una mayor llegada de carne argentina es atronadora. Este lunes han vuelto a sacar sus tractores a la calle, pero se van quedando solos: ahora pesa más protegerse ante Donald Trump.
A los 27 les ha cambiado el radicalmente paisaje con el resultado de las elecciones en Estados Unidos y ahora predomina el temor a los posibles aranceles que el magnate aplique cuando asuma como presidente en enero, y que afectarían enormemente al apartado agroalimentario.
En esa lista de países inquietos sobresale España. Al sector primario de nuestro país no se le olvida que en su primer mandato Trump impuso aranceles por cerca de 7.000 millones de euros a 113 productos españoles; entre los principales perjudicados, el aceite de oliva, el vino -ambos gravados con un 25% adicional- y los lácteos.
Entonces el contexto era el conflicto entre EEUU y la UE por los subsidios que cada cual daba a Boeing y Airbus; ahora el renovado 'Make America Great Again' dispara el pesimismo sobre un regreso de estos aranceles, que se suspendieron en 2021 durante cinco años para todos, salvo para la aceituna negra de mesa: soporta aún un gravamen del 35 % por cada envío a Estados Unidos que se batalla en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Así las cosas, los líderes de la UE saben que tienen que buscar con urgencia una alternativa que les permita amortiguar el golpe que supondría que Trump reviviese sus medidas proteccionistas. Mercosur, con un mercado de 300 millones de personas, se presenta ahora como un enorme ventanal que hay que abrir cuanto antes.
"Desmantelamiento arancelario"
Que es el momento de avanzar lo ha dejado claro desde el consejo de ministros de Agricultura en Bruselas el responsable español del ramo, Luis Planas.
"Pienso subrayar en mi intervención lo que se refiere a la importancia del acuerdo Mercosur para la Unión Europea. Es un elemento muy importante y más en las circunstancias geopolíticas que estamos viviendo. Creo que lo es globalmente y también lo puede ser para el sector agroalimentario", ha sostenido.
El mensaje transmitido por el español en esa reunión contiene datos que reflejan el potencial del acuerdo para España, que tiene actualmente una balanza muy desequilibrada con el Mercosur: exportamos a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay productos agroalimentarios por valor de 400 millones de euros, pero importamos por unos 4.000 millones.
Es algo que puede mitigarse de forma importante con el acuerdo. Según un estudio encargado por la Secretaría de Estado de Comercio en 2021, las exportaciones de España a Mercosur crecerán un 37% cuando el pacto haya desplegado todos sus efectos.
¿Traducción sobre la economía? Habrá una mayor producción (0,23% del PIB) y empleo (0,11%, equivalente a más de 22.000 trabajos) en la mayoría de sectores productivos españoles.
"No es un giro de 180 grados, pero sí suma, sobre todo ahora que las circunstancias han cambiado radicalmente", señala a EL ESPAÑOL-Invertia Julio Guinea Bonillo, profesor en Derecho de la Unión Europea de la Universidad Europea, que ha seguido de cerca las negociaciones entre ambos bloques.
Guinea advierte de las posibilidades del "desmalentamiento arancelario" que supondría el acuerdo, dado que da por garantizado que volverán los aranceles con la nueva Administración Trump. "Francia debería reconsiderar su postura, es posible que lo haga por la presión y los nuevos datos. Esa presión internacional es la que va a jugar la baza definitiva", comenta.
Gasto récord en importaciones
Trump no es, con todo, el único elemento de presión que rema a favor del acuerdo UE-Mercosur. Las cuentas agroalimentarias del bloque comunitario pueden también verse muy golpeadas a resultas del encarecimiento del cacao, el café y té, que van a elevar la factura mundial de importaciones agroalimentarias de 2024 a récord: superará los 2 billones de dólares.
Este aviso es de la FAO. El coste de las importaciones mundiales de alimentos crecerá en conjunto un 2,2% con respecto a 2023 porque comprar esas materias primas será un 23% más caro; su menor producción por problemas climáticos y también por dificultades logísticas los ha hecho despegar y, con ello, llevan al alza la cuenta total.
También sube el precio de frutas y verduras, un 5,8%. En realidad se encarece todo menos cereales y semillas oleaginosas, y eso anuncia un varapalo importante para los países de altos ingresos, donde están los miembros de la UE, dado que este grupo paga el 66% de esa factura mundial de importación de alimentos.
Es decir: por un lado los 27 temen poder ingresar menos en exportaciones a Estados Unidos; por otro, se pagará más por productos esenciales para los europeos. Ese temido descalabro en las cuentas, concluye Guinea, también puede paliarse aunque sea solo en parte con el Mercosur.
"Para el campo español supondría exportar a precios menores a este conjunto de países, justo en un momento en que otros mercados se van a limitar", concluye.