La Virgen de la Macarena recibe la Rosa de Oro, máxima condecoración otorgada por el Papa, en un acto previo a la Magna.

La Virgen de la Macarena recibe la Rosa de Oro, máxima condecoración otorgada por el Papa, en un acto previo a la Magna. Joaquín Corchero Europa Press

Economía

Sevilla cuenta ya las pérdidas de la Magna: la hostelería se dejará el 80% de sus ventas con el comercio y el turismo a la baja

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Sevilla se prepara para su gran fin de semana de ebullición entregada a la devoción, pero también a la aprehensión. Preocupan y tensan las cuentas que va a dejar la Magna en un puente que tradicionalmente suponía garantía de grandes ingresos para la caja de hosteleros, hoteleros, comercios y también recintos turísticos.

Este año, sin embargo, la situación puede darse la vuelta al extremo contrario. Así lo temen en estos sectores a resultas de las limitaciones que deberán aplicar para garantizar la seguridad durante el evento, que va a recibir a un millón de personas para ver durante casi 40 horas seguidas de procesiones al Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana o el Cachorro.

El cortejo cerrará el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, en una estampa inédita que reunirá además a la Virgen de los Reyes, la Virgen de Valme de Dos Hermanas, la Consolación de Utrera y Setefilla de Lora del Río. En suma: un cénit cofrade que, a pocas horas de su arranque, asume que convivirá con otro cénit, el del malestar de los sectores económicos que con la cita van a perder dinero. 

La lista es extensa pero nadie duda de quien la lidera. Los hosteleros. A ellos se les exige que despejar las estrechas calles del centro, por donde discurrirán las imágenes, de veladores, cuestión más que delicada: de aquí proceden de media el 80% de sus ingresos.

Es por ello el punto de mayor tensión en cuanto al equilibrio entre devoción y actividad económica. En el "entorno del evento", avisa el Ayuntamiento de Sevilla, no podrá haber mesas y sillas desde las 12.00 horas del domingo 8 hasta las 2.00 del lunes, día 9.

"No tiene ni pies ni cabeza"

La opción que se les da es guardar el mobiliario en el interior y mantener allí el servicio, pero en el sector aseguran que la medida es inviable para muchos locales del centro que, por sus dimensiones, quedarían de facto sin espacio para atender a clientes. Así las cosas, habrá que pierda el 80% de las ventas, pero otros perderán el 100%.

"Esto no tiene ni pies ni cabeza. Por aquí no pasa ninguna, la Macarena por lo menos a 200 metros, y nos dan orden de cerrar el velador. Esta medida solo la toma quien tiene su sueldo asegurado", sostiene a EL ESPAÑOL Juan García Moreno, encargado del bar Las Columnas, en el entorno del barrio de la Alameda. 

En este local tienen unas 13 mesas en terraza que desaparecerán por la Magna. Ocho de ellas estaban reservadas, en algunos casos "desde hace meses", remarca García, y ahora deben localizar a los clientes. Está además el galimatías de gestionar el personal, reforzado de cara a las fiestas.

"Nos estamos planteando cerrar o darle descanso a la mitad de la plantilla", resume. También están en la duda en el bar San Lorenzo, frente a la basílica del Gran Poder. Aquí solo abren dos domingos al año, el de Ramos y el de Resurrección, pero pensaban hacer una excepción con la Magna teniendo en cuenta la caída de ventas en Semana Santa por las lluvias.

Ahora si no pueden poner veladores no les compensa, comenta a este periódico su encargada, Noelia Pineda. Pineda está echando ya los números de otro coste: el del género que aprovisionó para este día y que ahora no podrá vender sin el velador. "Hay pedidos que he reducido, pero en otros caso no he podido por tiempo. Me ha supuesto un gasto que no iba a tener", explica.

Los hoteles, con 10 puntos menos de reservas

También se resiente la actividad hotelera. Actualmente la ocupación para el puente está entre el 68 y el 70%, frente a los 80% que suele tener en estas fechas. El presidente de la asociación que aglutina a los hoteles de Sevilla, Manuel Cornax, aún tiene esperanza en que esa cifra remonte algo con las reservas de última hora, aunque admite que es difícil.

"El turista vacacional siempre puede visitar Sevilla en cualquier momento del año, y hay que tener en cuenta que todo el centro va a estar colapsado. Con la Catedral cerrada y el Alcázar sin estar plenamente operativo, no es éste un evento que haga fácil pasear", comenta a este periódico.

Los conjuntos monumentales verán así mermados sus ingresos. La circunstancia golpea a una de las grandes fechas para los hoteles, pero también para los comercios que buscan su pico de ventas de cara a la Navidad y que también van a verse afectados por una afluencia que hará poco atractivo el ir de compras.

Horas extra de los agentes

No solo hostelería, comercio o turismo van a perder dinero. Las cuentas que siguen cerrándose en estas horas también contemplan el incremento del gasto que supondrá las horas extra de la Policía Local, que va a desplegar a 975 agentes, casi toda su plantilla.

La idea es "dar cobertura a toda la ciudad, que no puede pararse por un solo acontecimiento", ha explicado el alcalde, José Luis Sanz. Este sábado, por ejemplo, se juega el Betis-Barça.

A ellos se sumarán más de 1.100 policías nacionales y 275 guardias civiles. Además, habrá refuerzo también de la línea de autobuses municipales Tussam. En las horas punta, todas las líneas que van al centro contarán con toda la flota. Además, desde el día 7 la oferta se incrementa en un 40% respecto a un sábado normal, mientras que el día 8 llegará al 80%. El lunes, el balance final.