El vino español busca imitar el éxito de la cerveza sin alcohol para rascar un mercado de 11.000 millones de dólares
- Los ensayos para conseguir caldos sin alcohol se multiplican en bodegas al calor de la demanda. Por ahora solo suponen el 1% de la categoría.
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Lo 'sin alcohol' puede ser la gran oportunidad de negocio de la próxima década para el vino. Así lo creen cada vez más bodegueros de nuestro país, que aceleran con sus ensayos para conseguir caldos 0,0% o de baja graduación, los llamados desalcoholizados o parcialmente desalcoholizados, especialmente en vinos blancos.
¿El objetivo? Imitar el éxito ya cosechado por la cerveza en este segmento -ya supone el 16% del total de la cerveza que consumimos- y abrirse una vía hasta hace poco impensable, pero que promete recompensas multimillonarias. Porque el valor de mercado de las bebidas sin alcohol o de baja graduación está disparado: ya supera los 11.000 millones de dólares.
Así lo constata un estudio de International Wine and Spirits Research (IWSR), que comenzó a fijarse en este asunto en 2022. Entonces ya avisaba de que seguiría en auge. De hecho, para 2026 prevé que haya aumentado en un tercio del consumo de bebidas de baja graduación o sin alcohol. En realidad, especialmente de este último.
Para el vino, un sector orgulloso de lo tradicional, la tendencia es ya imposible de ignorar. Los consumidores llevan dando claros avisos desde la pandemia de que cada vez buscan sabores más ligeros, algo que ha convertido en estrellas a los caldos blancos y espumosos y, a la vez, sumido en la preocupación a los productores de tinto.
Es una tendencia, en realidad, global, como muestra el llamado 'sorpasso' de los colores: la producción de tinto ha caído cinco puntos desde principios de siglo hasta representar ahora el 43% de la producción global, mientras que los blancos, liderados por el Prosecco italiano, y con sorpresas en España como el Godello, suponen ya el 49% de la producción de vino mundial.
Consumidores dispuestos
Pero esa querencia por lo liviano no termina con los blancos, sino que puede llegar hasta los caldos sin alcohol, sobre todo por la mayor moderación que muestran los jóvenes en cuanto al consumo de alcohol, y que abre puertas a estos vinos. Y esto no es una hipótesis, sino una posibilidad ya expresada por los propios consumidores.
Así lo reflejan en el 'Monográfico vinos desalcoholizados y vinos con bajo contenido de alcohol', una investigación realizada por el Instituto Cerdá para el Ministerio de Agricultura a finales de 2022 que incluía encuestas a consumidores. ¿Resultado? El 54% estaría dispuesto a tomar vinos desalcoholizados -aquellos con entre 0,0% y 0,5% de alcohol- habitualmente (7,9%) ó esporádicamente (47,2%).
En el caso de los vinos con bajo contenido de alcohol -entre 0,5% y 8%-, la intención de consumo aumenta: el 9,1% de los entrevistados estaría dispuesto a consumirlo habitualmente y un 58,3% esporádicamente. Los hombres muestran algo más de interés que las mujeres y la franja de entre 25 y 55 años se muestra más dispuesto a consumirlo.
Las bodegas se animan
Con estos números, desde la Federación Española del Vino están convencidos de que estamos ya ante una tendencia importante y con gran capacidad de crecimiento, teniendo en cuenta que actualmente los vinos sin alcohol o con baja graduación representan solo un 1% aproximadamente del total de la categoría vino.
Y lo cierto es que las presentaciones de vinos con poco o cero alcohol, que comenzaron a probar hace una década algunas bodegas -a las que el resto miraba con una ceja levantada- han acelerado en los últimos meses. El último anunciar que entra en el negocio ha sido Dcoop, que asevera que "hay que estar ahí" porque detectan demanda.
Este verano se presentaba el primer albariño sin alcohol: el Marieta Sin, de la bodega gallega Martín Códax. Una incursión en un nicho que domina Familia Torres, recocida este año por Mundus Vini Non-alcoholic como el “mejor productor internacional” de vinos desalcoholizados.
Su gama Natureo -el primer desalcoholizado de España-, que estrenó en 2008, así como para los vinos 0,0 de la marca Sangre de Toro son algunos de los vinos premiados en este certamen, un punto álgido para una bodega que comenzó a investigar para desalcoholizar vino en 2004.
Después se han sumado incluso desde González Byass, aunque en su caso con un vino de baja graduación, el Croft Twist, que presentan como "el Fino Spritz del sur de Andalucía" y que cuenta 5,5º de alcohol, o Bodegas Peñascal, del Grupo Entrecanales Domecq e Hijos, con Peñascal TO GO, la versión 0,0% de su rosado, el más vendido de España. Freixenet y Codorniú también tienen ya espumosos sin alcohol.
Cada vez son más. El ya citado monográfico sobre vinos también entrevistó a la industria para su investigación y halló que un 18,3% de las empresas vitivinícolas entrevistadas elaboran vinos desalcoholizados.
El tiempo medio que llevan elaborando vinos desalcoholizados estas empresas es de 11 años y representan un 13% de media sobre su producción total de vinos. Ya con respecto a los vinos con baja graduación, encontró que un 36,2% de las empresas vitivinícolas entrevistadas los elabora. En este caso, representan una media del 17% sobre su producción total de vinos.