
Ursula von der Leyen.
El Libro Blanco de la Defensa pone las bases para que la mitad de la inversión en armamento sea en empresas de la UE
Apoya el plan Von der Leyen, reclama un fuerte recorte de las compras a EEUU y la creación de "campeones" europeos en armamento
Más información: Indra pone en su foco a Santa Bárbara de General Dynamics ante el "anhelo" de Sánchez de un gigante de la Defensa
El borrador del "Libro Blanco sobre el futuro de la Defensa", que recibió el pasado viernes sus últimas modificaciones, apuesta por secundar la estrategia industrial europea en ese sector. Sienta las bases para que, al menos, la mitad de la inversión en armamento se haga en empresas de la Unión Europea (UE), junto a Noruega y Reino Unido.
El documento se presentará este miércoles en Bruselas y, además de respaldar el plan "Rearmar Europa" que lanzó Von der Leyen hace dos semanas y abogar por un mercado único europeo en defensa, reclama un recorte drástico de la dependencia europea del mercado de Estados Unidos (EEUU) y China, que abarcan casi el 80% de todo lo que compra Europa.
Uno de los puntos fundamentales subraya "que la creación de un mercado único de defensa europeo es una prioridad, ya que la fragmentación y la falta de competitividad de la industria europea han obstaculizado hasta ahora la capacidad de la Unión para asumir una mayor responsabilidad como proveedor de seguridad".
Si trasladamos esa aseveración a la estrategia industrial que aprobó la UE hace ahora un año, ese postulado supone apostar por un embrión del mercado único de la defensa en el que se maneje, dentro de cuatro años, un 40% del volumen que llegan a alcanzar todos los socios comunitarios.
Esa pretensión choca con la dispersión que reina entre las empresas europeas, incluidas las españolas, que deben apostar por la innovación y la tecnología "única", si no quieren ver cómo el negocio que salga de la UE se lo llevan las más grandes.
El riesgo de tanta inversión es siempre la guerra de empresas, señalan desde el sector a la vista de lo ocurrido entre Indra y General Dynamics por Santa Bárbara.
Los propios datos de la Comisión corroboran que entre 2017 y 2023, el mercado de defensa de la UE creció un 64%, pero el comercio entre países comunitarios apenas lo hizo un 15%, una tendencia que el Libro Blanco pretende cambiar, aunque de facto eso suponga quitarle a EEUU al menos un 20% de todo lo que vende en Europa, según estiman fuentes empresariales conocedoras de este sector.
Los líderes comunitarios apuestan en el nuevo documento por fomentar una base industrial y tecnológica común en Europa (BITDE) que, a día de hoy, solo existe en los documentos oficiales, centrada sobre todo en temas como los drones (se gastan más de 10.000 al mes en Ucrania), el transporte aéreo estratégico y táctico, los ataques de precisión de largo alcance, los misiles y las municiones.
Toda esa base tecnológica e industrial debería servir, a medio plazo, para rechazar "cualquier escenario en el que los fondos de la Unión contribuyan a perpetuar o profundizar la dependencia con respecto a agentes no europeos, tanto para la producción de capacidades como para su despliegue".
Noruega, Reino Unido y los Balcanes
Para instrumentar y ordenar los 150.000 millones que el plan en marcha pretende destinar a compras conjuntas de la UE y los otros 650.000 que llegarán del aumento de los presupuestos de los socios comunitarios, el Libro Blanco recomienda la creación de un "sucesor del Fondo Europeo de Defensa que apoye la investigación y la innovación comunes a lo largo de toda la cadena de suministro".
En las deliberaciones que han servido para cerrar el borrador se recomienda incluso la creación de una especie de agencia europea similar a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa de los Estados Unidos (DARPA), que lleva décadas liderando la investigación y la innovación en aquel país.
Una de las cuestiones que más le interesan al Gobierno español en este documento básico de la UE es la cooperación entre la UE y la OTAN, toda vez que nuestro país participa en la mayor parte de los programas de inversión en defensa de la alianza, un gasto muy vinculado a la tecnología y computable a efectos europeos.
A pesar de la estrategia clara de lograr una mayor autonomía frente a EEUU, el Libro Blanco pide mantener alianzas con todo el mundo. Pero hace un hincapié especial con incluir a Noruega y Reino Unido, con "un pacto de seguridad amplio que abarque temas clave como la energía, la migración y los minerales fundamentales".
De la misma manera, el nuevo paradigma que ahora se predica plantea una mayor cooperación con los países de los Balcanes Occidentales, que "cuentan con una importante experiencia en industrias de defensa" y sobre los que "la Unión debe considerar la posibilidad de adquirir equipos militares".