...Y vuelta a empezar: el regreso de los bancos centrales ante el parón económico
- Australia, Nueva Zelanda o India ya han bajado los tipos en 2019
- EEUU abre la puerta a abaratar el precio del dinero este año
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Y casi sin tiempo para retirarse, los bancos centrales están de vuelta. Protagonistas absolutos de la cruzada 'anticrisis' desatada desde 2008 para luchar contra el peor colapso económico y financiero desde la 'Gran Depresión', las instituciones que manejan las palancas monetarias, las que deciden cuánto cuesta el dinero y cuánto dinero hay en circulación, regresan con nuevas medidas expansivas.
Poco espacio han tenido para ejecutar la denominada 'normalización monetaria', consistente en revertir las extraordinarias políticas descerrajadas contra la crisis en forma de los tipos de interés más bajos de siempre -incluso inferiores al 0%- y de masivas inyecciones de liquidez, bien mediante operaciones especiales de financiación bancaria, bien con compra directa de deuda y otros activos en el mercado o con una mezcla de ambas estrategias. Casi sin desmontar semejante andamiaje monetario ya deben volver sobre sus propios pasos. Es más, en algunos casos, como el del Banco Central Europeo (BCE), apenas han podido 'retroceder'.
La culpable de esta 'operación retorno' es la incertidumbre que genera la denominada 'Guerra comercial'. Sin necesidad de haber estallado oficialmente, porque las negociaciones siguen abiertas, su simple presencia intimida y paraliza inversiones, exportaciones e importaciones, con el consiguiente impacto en un crecimiento que ya está menguando. Un frenazo que, además, no se limita a los principales contendientes de esta disputa, EEUU y China, sino que se propaga a todo el mundo, con especial incidencia a los países con un perfil más exportador y más expuestos a la actividad comercial de las dos grandes potencias mundiales.
"Sin haber estallado de manera oficial, la 'guerra comercial' ya frena el crecimiento. Y los 'señores del dinero' vuelven a bajar los tipos. Hasta la propia Fed está lista para reducirlos"
Por eso no sorprende que Australia, que encaja con esa descripción, haya recortado los tipos de interés esta semana. El Banco de la Reserva de Australia los ha bajado en un cuarto de punto, hasta el 1,25%. Se trata del primer descenso desde 2016. ¿La causa? "Los riesgos derivados de las disputas comerciales han aumentado", expuso la entidad en su comunicado.
Australia es la primera de las grandes economías desarrolladas -está entre las 15 primeras por Producto Interior Bruto (PIB)- que reduce los tipos ante el enfriamiento de la economía. Antes, India también los habia reducido en febrero, del 6,5% al 6,25%, en abril, hasta el 6%, y también esta semana, al 5,75%. Chile se ha sumado igualmente a esta nueva oleada de recortes con una rebaja del 3% al 2,5%. Y a comienzos de mayo Nueva Zelanda los recortó del 1,75% al 1,5%.
Pero todo indica que la lista crecerá. Y con nombres de postín. Esta misma semana, que ha cundido lo suyo en el campo monetario, Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, ha abierto la puerta a hacer realidad la demanda del presidente estdounidense, Donald Trump, que lleva meses reclamanda una rebaja de los tipos en la mayor potencia del planeta. "La Fed actuará como sea apropiado para sostener la expansión económica", admitió en un comparecencia en Chicago.
El mercado, siempre alerta a este tipo de mensajes, ha recalibrado sus expectativas. Y ya concede una probabiidad del 85% a que la Fed abarate el precio del dinero en la cita de los días 30 y 31 de julio, cuando hace una semana esa posibilidad era inferior al 30%.
En su caso, al menos, a la Fed le ha dado tiempo a elevar los tipos en nueve ocasiones entre 2015 y 2018, para llevar los intereses del 0-0,25% al 2,25-2,50%, y ha reducido el volumen de su balance de 4,5 a 3,85 billones de dólares. Eso sí, ambos niveles se encuentran lejos de los estándares de otras fases de recuperación, que terminaban con unos tipos más altos y un balance menos lustroso. Un dato: en agosto de 2007, justo antes de las primeras medidas excepcionales contra la crisis, el balance del banco central norteamericano no llegaba al billón de dólares.
UN RELEVO DIFÍCIL
Y, por supuesto, el BCE. La institución aún presidida por Mario Draghi, que dejará el cargo en noviembre, intentó esa 'normalización'. En junio de 2018 se atrevió a decir que sus intenciones pasaban por elevar los tipos hacia septiembre u octubre de 2019 y en diciembre del año pasado puso fin a las compras netas de deuda en el mercado.
La realidad, sin embargo, ha acabado imponiéndose. En marzo de este año, el BCE ya retrasó la subida de los tipos hasta "al menos finales de 2019" y anunció la convocatoria de una nueva ronda de financiación bancaria (TLTRO III) orientada a revitalizar el crédito en la Eurozona con la intención de luchar contra el frenazo de la economía y 'fabricar' inflación. Este jueves, Draghi ha dado una nueva vuelta de tuerca a esas novedades y ha retrasado el supuesto aumento de los intereses hasta mediados de 2020 y ha precisado las condiciones para el TLTRO III con la pretensión de reavivar el crédito para intentar atajar el deterioro de la economía y la tendencia desinflacionista de los precios.
Todo ello, a la espera de conocer quién sustituirá a Draghi en noviembre. Su nombre se desvelará en las próximas semanas. No recibirá una herencia sencilla. Pero es que ningún banco central lo tiene fácil. Casi no han tenido tiempo de normalizar nada. Y ya regresan con nuevos estímulos.