"España ha hecho un buen trabajo en los últimos años, pero se han quedado muchas cosas por hacer. Los reformas hay que hacerlas cuando el viento sopla a favor, y a España se le está acabando el tiempo". Este es el diagnósitco que el nuevo ecomista jefe para Europa de Bank of America-Merrill Lynch, Rubén Segura-Cayuela, hace de la situación económica española, que mantiene la inercia positiva, con crecimientos que considera que este año y el que viene se moverán en torno al 2%, pero que corre el riesgo de llegar tarde a las puestas a punto que el país aún necesita y que ahora están aparcadas en medio de la parálisis política.
"Las reformas son urgentes, no para el corto plazo, sino para el medio y el largo, pero no veo esa urgencia en quienes deben llevarlas a cabo", añade. "Hacen falta grandes pactos de Estado", reclama. Se refiere a las reformas de las pensiones, de la educación, del mercado de trabajo, servicios y productos y al ajuste fiscal pendiente. El riesgo de posponerlas y no acometerlas ahora que España crece es claro: "Si viene un shock, no quedará otra que hacer un ajuste fiscal rápido y mal diseñado".
Segura-Cayuela tiene claros los factores que pueden detonar ese shock. Por un lado, la guerra comercial, de la que asegura que "no ha pasado lo peor", con lo que conviene aparcar la complacencia y no menospreciar los riesgos que aún contiene. Otro tanto ocurre con el Brexit. "Nos hemos centrado tanto en la guerra comercial que hay mucha complacencia sobre el Brexit, cuando el riesgo de que finalmente se produzca un Brexit duro es creciente", avisa.
El Eurozona y su débil crecimiento también forman parte del "interesante" y "preocupante" escenario actual. El economista jefe para Europa de BofA-ML subraya que la Europa del euro se moverá en un crecimiento del 1% o ligeramente por encima, pero que se encuentra en una situación tan vulnerable que cualquier evento la podría descabalgar del crecimiento. "Estamos navegando tan cerca del riesgo, que cualquier golpe de viento nos puede tirar", precisa. En este sentido, advierte de que si los principales riesgos se manifiestan, como que EEUU y China fueran a una guerra comercial abierta, la Eurozona podría sufrir "una recesión técnica en la primera mitad de 2020".
Con el agravante de que la región apenas cuenta con armas para luchar contra esta complicada situación. Segura-Cayuela considera que no existe demasiado margen fiscal en los países, con lo que nuevo todo "va a depender exclusivamente de la política monetaria". El problema es que en este terreno tampoco abundan las herramientas. Es más, no tiene nada claro que sea conveniente rebajar más los tipos de interés o retomar las compras netas de deuda en el mercado, que es en lo que ya está trabajando el BCE. "Me cuesta mucho ver la necesidad de bajar más los tipos y volver a comprar deuda de forma neta en el mercado. No veo el impacto adicional que pueden provocar", expone. Entonces, ¿qué puede hacer el BCE? "Comprometerse a mantener los estímulos actuales mientras la inflación subyacente no alcance una cota determinada, pero si se produce un shock, la capacidad de respuesta es limitada".