La reunión tendrá lugar los días 30 y 31 de julio. Pero ya es oficial: la Reserva Federal (Fed) acometerá en ella la primera rebaja de los tipos de interés en EEUU desde diciembre de 2008. Si no fuera así, si no fuera eso lo que el banco central norteamericano tiene previsto hacer en esa cita, lo tenía que haber dicho este miércoles. Primero, con el discurso de su presidente, Jerome Powell, ante la Cámara de los Representantes. Y luego, con las actas de la anterior reunión, la que tuvo lugar a mediados de junio. Pero no lo hizo. Ni los mensajes de Powell ni los comentarios reflejadas en la actas dicen lo contrario, e incluso confirman que el mercado hace lo correcto al descontar por completo que, en efecto, el precio del dinero será más barato en la mayor economia del mundo en agosto. 

En su intervención, Powell recordó que en la cita de junio la Fed se comprometió a "actuar como sea apropiado para sostener el crecimiento". Y como elemento nuevo, añadió: "Desde entonces, y teniendo en cuenta los datos recibidos y otras evoluciones, parece que las incertidumbres sobre las tensiones comerciales y la preocupaciones sobre la fortaleza de la economía mubndial continúan pesando en las perspectivas económicas de EEUU".

Dentro del lenguaje de los bancos centrales, si en junio se abrió la puerta a bajar los tipos con esa disposición a apuntalar el crecimiento, y desde entonces el escenario incluso ha empeorado o los riesgos han crecido, la conclusión está clara: la Fed bajará los tipos. "Un recorte de los tipos en julio es ahora casi seguro. La fuerza del dato empleo de junio llevó a algunos a pensar que la Reserva Federal podría hacer una pausa para pensar. Está claro que no lo hará", opina James Mc Cann, economista senior de Aberdeen Standard Investment.

El mercado, que ya tenía pocas dudas, incluso ha reforzado la impresión más afilada, que pasa por un recorte de medio punto porcentual. En la víspera, daba una probabilidad del 3,3% a que la Fed decida este mes una reducción de 50 puntos básicos, hasta el 1,75-2%. Tras escuchar a Powell, esa probabilidad se ha disparado hasta el 26%. El 74% corresponda a un tijeretazo de un cuarto de punto, hasta el 2-2,25%. Lo que está fuera de duda para el mercado, tras la comparecencia del presidente de la Fed, es que la Fed abaratará el precio del dinero. El descenso se da por hecho. Al 100%

"Hasta noviembre de 2020 queda más de un año. Y una vez abierta la veda, difícilmente Trump se conformará con poco. Siempre querrá más. Y habrá que ver cuánto le da Powell"

Horas después, las actas de la reunión de junio confirmaron la impresión que Powell había dejado. Si ya entonces uno de sus miembros, James Bullard, votó en contra de mantener los tipos porque hubiera preferido recortarlos, las actas confirman ahora que "muchos de los participantes de la reunión vieron que la posibilidad de una política monetaria algo más acomodaticia se había fortalecido". Vamos, que entendían que había más argumentos para reducir los intereses. 

EL DÓLAR Y LA REELECCIÓN 2020

La Fed, por tanto, ya tiene en el 'horno' lo que el presidente de EEUU, Donald Trump, llevaba tanto tiempo reclamando: unos intereses más bajos. Aunque Powell y sus compañeros se esfuercen en justificar los motivos económicos que laten tras el totalmente esperado recorte de final de mes, la sospecha de que la Fed lo hará por la dura presión de Trump en los últimos meses resultará inevitable. O lo que es lo mismo, su independencia, aludida por Powell en su intervención de este miércoles, quedará en entredicho de todas, todas. 

Lo curioso es el círculo que cerrará la decisión de la Fed. Bajará los tipos por el impacto que ya está provocando la guerra comercial que Trump alimenta y que no cierra con una paz precisamente porque la Fed, como otros bancos centrales, diluyen en los mercados los riesgos que la guerra comercial tienen en las cotizaciones y la economía. "Es un círculo vicioso", confirma el economista jefe para Europa de Bank of America-Merrill Lynch, Rubén Segura-Cayuela. "Sin dolor en los mercados, porque la Fed lo mitiga, no hay incentivos para que haya un acuerdo en la guerra comercial", sostiene. 

Sea como sea, Trump tendrá su rebaja de los intereses, con la que pretende dos objetivos. El primero, evitar una apreciación mayor del dólar en caso de que otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo, adopten a su vez nuevas medidas expansivas. Y el segundo, prolongar el ciclo expansivo de la economía estadounidense para llegar con más opciones a las Elecciones de 2020, en las que Trump buscará la reelección. 

La cuestión es que hasta que llegue la cita electoral en noviembre de 2020 queda más de un año. Y una vez abierta la veda, difícilmente Trump se conformará con poco. Siempre querrá más. Y habrá que ver cuánto le da Powell. 

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