La Reserva Federal de EEUU (Fed) ya tiene lista su bazuca frente al impacto económico del coronavirus. El organismo monetario van más allá de todo lo previsto por los economistas y anuncia este lunes compras de deuda sin límites de importe y tiempo en varios activos de renta fija. Una medida insólita hasta la fecha en las decisiones de la institución.
El organismo presidido por Jerome Powell ha lanzado este salvavidas justo después de que el Senado de EEUU haya paralizado uno de los paquetes de contención formulados por la administración Trummp. En el comunicado publicado este lunes, "La Fed se compromete a utilizar su gama completa de herramientas para apoyar a la economía de los EEUU en este momento difícil". Y lo ha hecho con contundencia.
Después de haber rebajado por sorpresa la tasa de interés oficial del dólar al 0,25% y haber puesto sobre la mesa un arsenal de medidas para facilitar el crédito, este lunes anuncia que "continuará comprando valores del Tesoro y cédulas hipotecarias en las cantidades necesarias para respaldar el buen funcionamiento del mercado y la transmisión efectiva de la política monetaria hacia condiciones financieras más holgadas". Es decir, un QE sin tope alguno.
Además, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) ha ampliado su programa de compras a valores respaldados por hipotecas comerciales a la par que se seguirán ofreciendo operaciones de recompra "a largo plazo y de un día para otro". En cualquier caso, se puntualiza que se siguen vigilando muy de cerca las condiciones del mercado y que se "evaluará el ritmo apropiado de sus compras de valores en futuras reuniones".
El comunicado además señala que "por unanimidad" se ha autorizado a su ramo de Nueva York, "hasta que se indique lo contrario, a ejecutar transacciones en la Cuenta de Mercado Abierto del Sistema [...] según sea necesario para mantener la tasa de fondos federales en un rango objetivo del 0% al 0,25%". En este sentido, se autorizan las compras de títulos del Tesoro Federal y de cédulas hipotecarias "en los montos necesarios" para respaldar este objetivo.
Incluso más allá del tope
Del mismo modo, "el Comité ordena a la Mesa que realice operaciones de recompra inversa durante la noche (y operaciones de recompra inversa con vencimientos de más de un día cuando sea necesario para acomodar convenciones comerciales de fin de semana, feriados o similares) a una tasa de oferta del 0,0%, en cantidades limitadas solo por el valor de los títulos del Tesoro" en cartera. El límite aquí se fija en una contraparte de 30.000 millones por día.
Además, la institución se compromete a reinvertir "todos los pagos de principal" de los bonos y cédulas hipotecarias en cartera que vayan llegando a vencimiento "cada mes". Además, se apunta que "pequeñas desviaciones de estas cantidades por razones operativas son aceptables". Por último se establece la participación de la mesa en "transacciones de cambio de dólares y cupones según sea necesario para facilitar la liquidación de las transacciones de valores respaldados por hipotecas de la agencia de la Reserva Federal", recoge el comunicado.
El anuncio ha llegado justo después de que la administración Trump se haya topado con la oposición del Senado para una de sus propuestas de apoyo a la empresa estadounidense, una medida que los inversores esperaban con impaciencia. Y también después de unas duras declaraciones de James Bullard, el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, en las que adelantaba que la tasa de paro podría alcanzar un 30% en el segundo trimestre si no se frena a tiempo el impacto del coronavirus.
El órdago a la grande de Powell incluye también la formulación de avales por parte del Tesoro Federal por hasta 30.000 millones de dólares para nuevos programas de financiación. El objetivo es que generen hasta 300.000 millones en nuevo crédito a empresas, cuentapropistas y en financiación al consumo.
Como en tiempos de Lehman Brothers
Igualmente, se crean nuevos programas de financiación a la gran empresa que pasan por la compra de bonos corporativos de nueva emisión con grado de inversión y la reactivación del antiguo TALF, un mecanismo que se puso en marcha con la crisis de 2008 por el hundimiento de Lehman Brothers y que proporciona financiación en titulizaciones de nuevos préstamos, fundamentalmente estudiantiles, créditos de automóvil y tarjetas de crédito.
Estas medidas llegan solo tres días después de que la Fed haya anunciado su enésimo programa coordinado con otros bancos centrales para celebrar subastas diarias de dólares a escala global. En este caso, con otras cinco instituciones financieras incluido el Banco Central Europeo (BCE). Asimismo, la institución comenzó a admitir bonos de entidades municipales en su plan de compra de títulos de deuda de la administración pública.